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LiteraturaHistoriaBiografía

Herculano de Carvalho Araújo, Alexandre (1810-1877).

Narrador, historiador y político portugués, nacido en Lisboa el 28 de marzo de 1810 y fallecido en Vale de Lobos (Santarém) el 13 de septiembre de 1877. Alexandre Herculano, sobre ser el escritor que mejor representa el primer Romanticismo literario portugués, fue un personaje prócer que gozó de la más elevada consideración como intelectual e íntegro y coherente hombre de estado en una época caracterizada por una gran inestabilidad política.

Vida

Hijo de un modesto funcionario administrativo, no pudo estudiar una carrera universitaria, como era su deseo, debido a la prematura muerte de su padre. Ello le obligó a decantarse por un curso intensivo de Comercio y Diplomacia que le preparase rápidamente para acceder al funcionariado. Si por un lado le tocó vivir una época llena de incertidumbre política, en la que Francia dominaba Europa a su antojo, también es verdad que dicha situación le permitía un contacto directo con otras culturas. Así, en su adolescencia, supo de escritores de la talla de Schiller o Chateaubriand. El interés que a Herculano le suscitaba la literatura le llevó a entrar en los ambientes culturales prerrománticos de Portugal, en concreto en los salones de la marquesa de Alorna, que daban cabida a la generación del poeta Manuel Bocage.

Herculano se vio obligado a huir a Inglaterra tras el fracaso de la revuelta de 1831. En su paso por Francia, pudo leer a escritores que marcarían, determinantemente, el discurrir subsiguiente de su obra, sobre todo, Victor Hugo y Lamennais. Regresó a su país enrolado como soldado del ejército de D. Pedro, y aunque combatió en acciones militares, se dedicó a colaborar en proyectos de reforma cultural. En Oporto, organizó la biblioteca pública con los fondos extraídos de los monasterios. Y en la misma ciudad, en 1835, teorizó sobre el Romanticismo por vez primera en Portugal.

La inestable situación política del país le propició, paradójicamente, notoriedad, y Alexandre Herculano se convirtió en la voz crítica más respetada. La revolución de 1836 llevó al poder a nuevos gobernantes; Herculano, en señal de protesta, dimitió de su cargo de bibliotecario y se marchó a Lisboa, donde escribió un folleto en el que manifestaba su disconformidad. En 1837 se hizo cargo de la dirección del semanario cultural O Panorama, por el cual publicó narrativas históricas y artículos eruditos, al tiempo que trabajaba como redactor en el Diário do Governo. En 1839 fue nombrado director de las bibliotecas reales. Entró directamente en política al año siguiente, al ser elegido diputado; pero el golpe de estado de Costa Cabral le decepcionó de tal manera que a partir de entonces se entregó a la actividad literaria y científica.

De aquí partió su periodo más prolífico. En O Panorama publicó los relatos históricos O bobo (1843), Eurico, o presbítero (1844) y O pároco da aldeia (El párroco de la aldea, 1844), además de opúsculos, cartas, leyendas y textos sobre Historia. Su ambiciosa História de Portugal, escrita en varios volúmenes, comenzó a editarse entre 1846 y 1850, que desató una reacción contestataria en la institución eclesiástica. Espoleado por las críticas que se hacían sobre él, emprendió una campaña para defenderse, de la que salieron varios escritos: "Yo y el Clero", "Solemnia verba" y un buen número de cartas publicadas en prensa; finalmente, la intolerancia religiosa que vivió tan de cerca le inspiró la Historia del origen y establecimiento de la Inquisición en Portugal.

De nuevo metido en política, forzado por las revueltas circunstancias políticas, y de nuevo enfrentado al gobierno. Entre 1851 y 1853 fundó los periódicos O País y O Português, a través de los cuales desenvolvió su oposición gubernamental. Ese último año, además de publicar el cuarto y postrero volumen de la História de Portugal, se presentó con éxito a las elecciones municipales de Belém. Su prestigio nacional era por entonces sólido; continuó, por tanto, su cruzada antieclesiástica, viajó por el país para estudiar las condiciones del pueblo e intervino en la redacción del Código civil, para el que propuso la introducción del matrimonio civil.

En 1866, pese al ideal que mantenía de celibato a ultranza para poder desarrollar con mayor efectividad sus labores literarias, se casó con un viejo amor de juventud. Se instaló en una quinta adquirida en el término de Vale de Lobos, preludio de su cobijo definitivo en pro de la anhelada "vida retirada" de los clásicos. Aunque la agricultura pasó a ser su actividad principal, el enorme prestigio nacional de Herculano aún le obligó a escribir multitud de cartas, opúsculos (editados en 1872) y entrar en polémicas fiel a su carácter rebelde frente a todo modo de intolerancia e injusticia. En los últimos años de su vida rehusó todas las distinciones honoríficas con que se le reconoció. Su fallecimiento fue motivo de una gran manifestación de luto.

Obra literaria

La poesía de Alexandre Herculano, sólo escrita en los años de juventud, se encuentra adscrita en toda su extensión al movimiento romántico. El último poema compuesto data de 1849 y la parte más importante de su creación poética se titula A harpa do crente (1838). Partiendo, a menudo, de las reflexiones que le inspiran un paisaje, un hecho, la imagen de un monumento o de unas ruinas, el conjunto principal de sus poemas versa sobre la muerte, Dios ("Creo que Dios es Dios y los hombres, libres"), la libertad y lo transitorio de la vida humana, y otro significativo núcleo poemático tiene como materia sustancial el exilio y la guerra civil, el cual es uno de los testimonios poéticos más importante de la gran crisis social que sufrió el Portugal decimonónico. Herculano, igual que su admirado Victor Hugo, pensaba que la poesía debía tener una función pública y doctrinaria.

A Alexandre Herculano le deben las letras portuguesas haber introducido la novela histórica en la línea de Walter Scott, que en cierta medida supuso el inicio de la novelística portuguesa moderna. Pertenecen a este género sus títulos más señalados: O bobo (1843), Eurico (1844) y O monge de Cister (1848). Estas obras de Herculano participan de la mezcla de lirismo, descripciones pintorescas, erudición y meditaciones socio-morales. Son obras que están ambientadas, mayormente, en la Edad Media, según el patrón romántico, en las que el autor se detiene en cierto regusto por la reconstrucción minuciosa de los lugares y la descripción detallada del costumbrismo local (fiestas, ceremonias, etc.) y contienen escenas dramáticas con profusión de diálogos.

El Herculano historiador introdujo también una concepción moderna de la Historia, en la que la colectividad, con sus instituciones, relaciones políticas y clases sociales, pasa a un primer plano; ya no se trata de la Historia de los hombres más celebres, el individuo se encuentra inmerso en una comunidad y es ésta la que prima, como un todo orgánico. Cierto es que aún presenta lagunas en lo referente a algunos aspectos, pero tiene la virtud de haber demostrado la falsedad de ciertos fraudes históricos.

Enlaces en Internet

http://alfarrabio.um.geira.pt/vercial/herculan.htm

JUAN LÁZARO

Autor

  • Juan Lázaro.