A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
MúsicaBiografía

Grossi, Giovanni Francesco (1653-1697).

Cantante italiano nacido el 12 de febrero de 1653 y fallecido el 29 de mayo de 1697. Giovanni Francesco Grossi desarrolló su carrera musical como cantante castrado. Su fama comenzó con la interpretación del papel de Siface, en la ópera Scipione affricano, del compositor Pier Francesco CAVALLI, que se estrenó en Roma en el año 1671. A partir de este momento, el cantante sería conocido precisamente bajo este nombre de Siface.

La formación musical y los primeros tiempos de la carrera de Giovanni Francesco Grossi se desarrollaron, como era frecuente en la época, dentro de una capilla musical eclesiástica. A partir de abril de 1675, Grossi formó parte de la capilla más prestigiosa de su época: la asociada a la corte papal. Tras haber alcanzado la fama y el prestigio como integrante de este selecto grupo de intérpretes, Grossi siguió un camino que, a partir de su época, se convertiría en un modelo de trayectoria profesional muy frecuente entre los castrati: el de pasar de formar parte de una institución musical con sede eclesiástica a pertenecer a una capilla musical asociada a una casa noble. En el caso de Grossi, fue la capilla de Francesco II d´Este, el Duque de Modena, la que le serviría, no sólo como un escenario privilegiado desde el cual pudo mostrarse ante los círculos musicales profanos más exquisitos de la época, sino, incluso, como alma mater, ya que el intérprete seguiría ligado a esta capilla a lo largo de toda su vida, a pesar de los frecuentes compromisos musicales que lo reclamaban desde todas las cortes de Europa. De este modo se equilibraba una relación que proporcionaba al músico seguridad material, mientras que la casa d´Este obtenía el prestigio de que un nombre tan célebre como el del castrato se asociara con el de esta familia.

El paso a la posteridad de Pier Francesco Grossi se debe, fundamentalmente, al hecho de que fue el primer castrato que alcanzó verdadera fama como intérprete operístico. Sus interpretaciones de diversos personajes pertenecientes a las óperas compuestas por los más célebres músicos de su época no se desarrollaron solamente en Italia, sino también en las cortes de toda Europa. Entre estas interpretaciones pueden destacarse las de la ópera Nerone, del compositor cremonés Benedetto Pallavicino, así como el papel de Mitridate en la ópera Pompeo del compositor Alessandro Scarlatti. La belleza de su voz, su cuidada técnica vocal y su talento interpretativo, así como también los crecientes rumores que aquellos que lo habían escuchado no dudaban en extender por el resto de los círculos más cultivados de la Europa de la época, dieron lugar a que la presencia de Grossi fuera reclamada en los teatros y las cortes más brillantes de su tiempo, no solamente en Italia, sino también en otros lugares como Francia y, sobre todo, en Inglaterra. Entre los monarcas europeos que admiraron su talento destaca la figura de la reina Cristina de Suecia, quien disfrutó de la oportunidad de escucharlo durante su estancia en Roma, ciudad a la que se había retirado tras su abdicación y en la que llevó a cabo diversas obras de mecenazgo. No resulta extraño que, consciente de la expectación que despertaba su arte, Pier Francesco Grossi se convirtiera en lo que, dentro de lenguaje utilizado en los ambientes teatrales y operísticos, se conoce como un divo, es decir, en un intérprete que no dudaba en rehusar las ofertas de trabajo aparentemente más ventajosas, así como en hacer esperar, en ocasiones infructuosamente, a aquellos auditorios que asistían a sus interpretaciones y que, muy a menudo, se encontraban integrados por los personajes más señalados de su tiempo, todo esto en función de sus indómitos estados de ánimo.

En el año 1687, Grossi fue enviado a Inglaterra por su patrón, el duque Francesco d´Este, con el propósito de que se incorporara a la capilla de Jacobo II, el marido de Beatrice d´Este, una de las hermanas del noble modenés. Siguiendo sus instrucciones, el castrato, muy conocido ya en las principales cortes europeas, inició un viaje hacia la ciudad de Londres, a lo largo del cual se detuvo en varias de estas cortes con el propósito de ofrecerles una demostración de su arte, lo que acrecentó aún más su fama. Sus actuaciones en Inglaterra, ya fuera ante la corte real o bien en las casas ilustradas de la época, como la de Samuel Pepys, contribuyeron a extender en Inglaterra la popularidad del género operístico, así como, muy especialmente, la del repertorio de ópera italiano, que con tanta fuerza acabaría implantándose en este país. En todo caso, Pier Francesco Grossi nunca llegó a adaptarse a este país ni a su húmedo clima, así como tampoco a la sociedad británica, lo que terminó apresurando su regreso a Italia en el mismo año 1687. En cualquier caso, las opiniones acerca del arte de este castrato en Inglaterra resultan dispares. Así, mientras que algunos testimonios de la época aprecian la calidad de su voz, si bien consideran sus interpretaciones poco inspiradas, su huella sí quedó marcada en los ambientes musicales y entre los compositores de su época, al menos si se hace caso al testimonio musical de este hecho dejado a la posteridad por el músico Henry Purcell, quien le dedicó una composición con ocasión de su partida hacia tierras italianas que lleva por título Sefauchi´s Farewell (Adiós a Siface).

La carrera de Siface en los escenarios italianos continuó mereciendo toda clase de elogios por parte de sus contemporáneos a lo largo de los años que siguieron a su regreso y hasta su muerte, acaecida de forma violenta en el año 1697, como consecuencia de un turbio conflicto con la familia Marsili en el que el castrato se vio involucrado. Según las crónicas de la época, el cantante se había jactado de mantener alguna clase de relaciones amorosas con una de las mujeres de esta familia. Durante un viaje de Grossi, unos asesinos pagados por los Marsili acabaron con su vida.

Bibliografía

  • WORSTHORNE, S. T.: Venetian Opera in the Seventeenth Century (Oxford, 1954).

  • HERIOT, A.: The castrati in the Opera. (Londres, 1956).

Autor

  • Lucía Díaz Marroquín