Grandier, Urbano (1590-?)
Clérigo francés que nació alrededor del 1590. Era cura de San Pedro en Loudun, y canónigo de la iglesia de Santa Cruz. Solicitó la plaza de capellán de un convento de Ursulinas de dicha ciudad, pero ésta fue conferida a un competidor más afortunado. Poco después, las ursulinas fueron acometidas de una especie de locura contagiosa, durante la cual se creían atormentadas por los espíritus malignos, de que era jefe Asmodeo. Al poco tiempo todo el mundo pensó que las ursulinas estaban poseídas del demonio, y acusaron al desgraciado Grandier de haber hecho un maleficio. Este prelado se presentó al obispo de Burdeos, Carlos de Sourdis, quejándose de la atroz calumnia de que era objeto; y si bien el obispo logró calmar los ánimos, el pueblo no tardó en sublevarse de nuevo, y reprodujo la misma acusación ante el consejero Laubardemont, emisario del duque de Richelieu. El cura fue declarado culpable de adulterio, de sacrilegio, de magia, de maleficio y de posesión, y condenado a ser quemado vivo después de haber sufrido tormento. La sentencia fue ejecutada en 1634 en la plaza de Loudun. Se consideró esta ejecución atroz como una venganza del cardenal, contra quien Urbano Grandier había escrito un folleto titulado La zapatera de Loudun.
