Gómez-Moreno González, Manuel (1834-1918)
Pintor y arqueólogo español, nacido en Granada en 1834 y muerto en la misma ciudad en 1918, que fue académico de la Historia, de la de Bellas Artes de San Fernando y de la Real de bellas Artes de Granada, así como miembro del Instituto Arqueológico Alemán. Ocupó, además, varios cargos oficiales, tales como vicepresidente de la Comisión de Monumentos, organizador de museo arqueológico provincial o miembro de los patronatos del Museo de la Capilla Real de Granada y de La Alhambra. Fue, asimismo, catedrático de la Escuela de Artes y Oficios y del Colegio de Santiago.
Desde joven, destacó por su capacidad para investigar y recopilar datos. Ello se plasmó en la Guía de Granada que publicó en 1892, así como en numerosos estudios dedicados a figuras como Diego de Siloé o Alonso Cano y a monumentos granadinos, ya en general (Carácter de los monumentos granadinos), ya sobre algún aspecto en particular (Las pinturas de La Alhambra, Medina-Elvira, El palacio de Carlos V).
Dentro del paupérrimo ambiente cultural de la Granada del XIX, la obra pictórica de Gómez-Moreno resulta casi un milagro. Su formación pictórica será autodidacta y la primera etapa de su pintura se inscribe dentro del costumbrismo andaluz, bien que evitando cuidadosamente todo detalle superficial. Son escenas en las que se retratan escenas de la vida de las clases media y baja granadinas tales como La lectura de la carta. Posteriormente, viaja a Madrid, donde será alumno de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando durante tres años y donde tiene ocasión de estudiar en el Museo del Prado. En 1876, obtiene la medalla de oro de la Exposición de Granada y se le otorga una pensión para que estudie en Roma. Allí entra en contacto con pintores españoles como Ferrant, Pradilla o García Ramos y pinta La salida de la familia de Boabdil de la Alhambra, cuadro de asunto histórico y colorido luminoso que hace llegar desde Italia al Museo Provincial de Bellas Artes de su ciudad natal. Al estilo histórico pertenece también salida de los moriscos de Granada, lienzo de considerables proporciones en el que el cuidado por el color y la luz muestran al gran pintor que fue Gómez-Moreno, aunque las desfavorables circunstancias le impidieran una mayor dedicación y una proyección más amplia.
A su regreso a España, se dedica con preferencia al retrato y a la pintura de asunto religioso, de entre la que destacan San Juan de Dios librando a los pobres del incendio del hospital real (por el que obtuvo medalla de segunda clase en la Exposición Nacional de 1881) y el cuadro que preside el retablo de la Iglesia del Sagrado Corazón en Madrid. El escaso ambiente cultural de su ciudad lo llevó a un progresivo abandono de la pintura en favor e la arqueología, tarea en la que lo ayudó enormemente su facilidad para el dibujo.
