A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaReligiónBiografía

Gómez de Toledo. Gutierre (ca. 1330-1389)

Obispo de San Salvador de Oviedo, nacido en Toledo hacia 1330 y fallecido en Oviedo el 1 de abril de 1389. Desarrolló labores administrativas en la Corte de la reina Juana Manuel, esposa de Enrique II, pero su carrera política se desarrolló sobre todo durante el reinado de Juan I, formando parte de la Audiencia y del Consejo Real.

Fue el segundo hijo de don Tello Fernández de Toledo y de Mencia Fernández de Toledo, ambos pertenecientes a la ilustre familia de los Toledo, con intrincados enlaces genealógicos; su familia estaba relacionada con importantes personajes eclesiásticos y políticos del siglo XIV, como Blas (o Vasco) Fernández de Toledo, que fue obispo de Palencia, canciller real y posteriormente primado de las Españas, o Pedro Tenorio, el personaje eclesiástico más importante de la época de los primeros Trastámaras. Nació en la parroquia de San Justo, en Toledo, en cuyo barrio sus padres tenían unas casas. Se cree que estudió en París, aunque hay autores que sostienen que su formación tuvo lugar en Salamanca o Valladolid. En todo caso, tuvo una buena formación jurídica, que completó a principios de la década de 1360.

En 1369 don Gutierre fue nombrado canónigo de San Antolín de Palencia, con la prebenda aneja de abad secular y racionero de la iglesia de Santa María de Husillos, localidad cercana a Palencia. Por este tiempo era además capellán mayor de la reina Juana Manuel, de quien su tío era canciller y a quien don Gutierre ayudó en sus tareas, al menos desde 1370. Esto motivó frecuentes desplazamientos de don Gutierre de su residencia en Palencia a Valladolid o el lugar que fuese requerido por la corte. Sin embargo no descuidó su prebenda de Husillos, que gobernó en sus ausencias por medio de un vicario. Su primera intervención conocida está relacionada con la elección de un nuevo prior para Santa María, tras la muerte del anterior, en enero de 1370. En 1371 recibió de los canónigos de San Antolín la autorización para edificar una capilla que le sirviera de enterramiento, para él y sus familiares. No llegó a ser enterrado allí. En 1374 realizó una generosa donación a la catedral metropolitana de Toledo, ciudad a la que siempre se sintió muy vinculado. Un año después, a la muerte de su madre, don Gutierre compró a sus hermanas las casas que doña Mencia les había dejado en herencia, consiguiendo formar una gran patrimonio urbano en su barrio natal. En los años siguientes también adquirió dos bloques de casas en Valladolid. Hacia 1378 sustituyó a su tío en el oficio de canciller mayor de la reina, que incluso siguió desempeñando después de acceder a la mitra ovetense, hasta la muerte de la reina en mayo de 1381.

En 1377 abandonó el oficio abacial, al ser nombrado obispo de la diócesis de San Salvador de Oviedo como sucesor del obispo Alfonso, por una bula de Gregorio XI fechada el 27 de abril. Asistió a las Cortes de Burgos (octubre de 1377) y después marchó a Asturias, no habiendo quedado noticia de que tomase posesión de su diócesis antes de finales de año. Desde el comienzo de su pontificado puso en marcha un ambicioso plan de reforma para sacerdotes y fieles y trató además de reforzar jurídicamente los dominios de San Salvador, chocando en ocasiones con don Alfonso Enríquez, conde de Noreña, cuando el prelado quiso asegurar la inmunidad de sus concejos episcopales. Consiguió en 1378 no pagar nada para la guerra contra Navarra por los concejos de Quirós, Teverga y Proaza, a pesar de que Enríquez reclamó que tales lugares debían pechar al condado de Noreña. Pero a principios del año siguiente regresaron las pretensiones del conde de Noreña, que llegó a tomar por la fuerza bienes de los tres concejos de la mitra. La cuestión fue resuelta a favor del obispo por un albalá de Enrique II fechado el 22 de febrero. En abril de 1379 el obispo, por orden expresa de la reina, tomó posesión de la sinagoga de Valencia de don Juan (León), construida por los judíos del lugar contraviniendo el ordenamiento castellano.

El obispo de Oviedo acudió a la coronación de Juan I, sucesor de Enrique II, que siguió defendiendo los derechos de la mitra ovetense ante las renovadas pretensiones de Alfonso Enríquez, cuando éste volvió a reclamar los tributos de los tres concejos en litigio. El fallo real fue suficiente para zanjar la cuestión de manera definitiva. La coronación del nuevo rey supuso para el obispo el ascenso a la élite política castellana, al convertirse en oidor de la Audiencia y pasar a formar parte de un equipo de eclesiásticos que asesoraron y apoyaron al rey con sus acciones. Desde las cortes de Toledo de 1380 don Gutierre aparece en la documentación como miembro del Consejo Real. Participó en todas las cortes celebradas durante el reinado de Juan I.

A mediados de 1381 recibió del rey el encargo de mantener la paz en la región asturiana, en la que Alfonso Enríquez había protagonizado una fallida rebelión contra su hermano, el rey. En 1382 el obispo fue nombrado lugarteniente y plenipotenciario del rey castellano en Asturias. Vencido el conde de Noreña (1383), éste acudió al obispo, como modo de poder negociar la rendición y el poder real del modo más favorable; Alfonso Enríquez fue perdonado por su hermano, a quien tan sólo permutó sus heredades en Asturias por el condado de Valencia de don Juan. El rey concedió al prelado y a la iglesia de Oviedo el señorío de Noreña. Después don Gutierre viajó con la Corte y se ocupó de asuntos varios, aunque no descuidó el gobierno del señorío de San Salvador.

En la primavera de 1385 el obispo colaboró con Pedro Tenorio, arzobispo de Toledo, en la preparación de la flota castellana para la ofensiva contra Portugal. Tras la derrota de Aljubarrota don Gutierre acudió a las cortes de Valladolid y un año después volvió a recibir el encargo de defender las tierras asturianas frente a un posible ataque anglo-portugués. Hizo testamento en Segovia en septiembre de 1387, probablemente aquejado de alguna enfermedad de la que sobrevivió, pero que le acompañó hasta la muerte. Desde esta fecha su actividad se redujo enormemente y aparece mencionado en pocos documentos, entre ellos la jura como heredero al trono castellano del príncipe Enrique, en septiembre de 1388. Su último acto público conocido fue la confirmación de una constitución eclesiástica dada por el cardenal Pedro Luna, el 4 de octubre del mismo año.

Si en el plano político don Gutierre se había mostrado como un fiel colaborador de la política de Juan I, en el eclesiástico luchó por proteger las rentas y la autonomía política de San Salvador frente a las aspiraciones de la nobleza local. Denunció los abusos y lanzó cartas de excomunión contra quien osara inmiscuirse en la jurisdicción eclesiástica o tratara de aprovecharse de sus bienes. Fue el obispo de Oviedo un decidido reformador bajo cuyo pontificado se celebraron seis sínodos diocesanos, con asistencia masiva del clero.

Bibliografía

  • FERNÁNDEZ CONDE, F.J. Gutierre de Toledo, obispo de Oviedo (1377-1389); reforma eclesiástica en la Asturias bajomedieval. Oviedo, 1978.

  • FERNÁNDEZ CONDE, F.J. La iglesia de Asturias en la alta Edad Media. Oviedo, 1971.

  • FUENTE, V. DE LA. Historia eclesiástica de España. Madrid, 1873-75.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero