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PolíticaHistoriaBiografía

Godofredo II, Duque de Lorena (ca. 1020-1069).

Príncipe alemán nacido hacia 1020 y muerto en diciembre de 1069. Conocido como Godofredo el Barbudo, mantuvo una larga querella contra el emperador Enrique III por el ducado de la Baja Lorena.

Hijo del duque Gozelo I de Lorena, Godofredo luchó junto con su padre contra el conde Odo de Champaña, a quien vencieron en 1037. En 1039 Godofredo fue asociado al trono de Lorena por el emperador Conrado II y apoyó con Gozelo al emperador Enrique III en la sumisión de Bohemia (1041). En 1044 murió Gozelo y el emperador Enrique III dividió su herencia en dos ducados: la Alta y la Baja Lorena. Godofredo heredó la Alta Lorena, cuyo título ducal ya había detentado durante la vida de su padre, pero la Baja Lorena fue entregada a su hermano, Gozelo II, alegando Enrique cumplir una última voluntad de Gozelo. El duque de la Alta Lorena participó en una campaña del emperador contra Hungría, pero el mismo año 1044, decepcionado por la división del ducado, comenzó a conspirar contra Enrique III.

El primer aliado al que acudió el duque fue el rey de Francia, Enrique I, pero también consiguió el apoyo de un sector nacionalista de la Borgoña y un juramento de fidelidad ilimitada por parte de los magnates de su propio ducado, durante tres años. Aunque todavía no se había producido ningún acto de rebelión, el emperador, enterado del complot urdido por el duque, convocó a Godofredo a una asamblea de príncipes en Aquisgrán, en el propio ducado de la Baja Lorena. Godofredo fue encontrado culpable y condenado a perder todas sus tierras, incluidos el ducado de la Alta Lorena y el condado de Verdún, que había mantenido como un feudo del rey. Entonces se declaró en franca rebeldía; reforzó las guarniciones de las ciudades y entregó armas a sus habitantes, respondiendo con la fuerza a todo aquel leal al emperador. Enrique no pudo contar con grandes contingentes para enfrentarse a él, debido al gran hambre que sufría el país, pero pudo conquistar la fortaleza de Bockelheim y encargó la toma de otros castillos a nobles locales. Los éxitos del emperador en otros territorios hicieron a Godofredo desistir de todo intento de rebelión y en julio de 1045, en Aquisgrán o en Maestricht, presentó su sumisión a Enrique. A pesar de todo fue enviado en cautividad a la fortaleza alemana de Gibichestein.

En 1046, pacificado el reino, Enrique III llamó a su presencia a Godofredo, que, después de arrojarse a sus pies pidiendo clemencia, fue restaurado como duque de la Alta Lorena. El condado de Verdún, sin embargo, fue entregado al obispo de la ciudad, Ricardo, y el ducado de la Baja Lorena, cuyo titular, Gozelo II había muerto (1046), a Federico de Luxemburgo, hermano del duque Enrique de Baviera.

En 1046 el emperador viajó a Italia, circunstancia que fue aprovechada por Enrique I de Francia para reclamar el ducado de Lorena, probablemente instigado por el duque Godofredo. Aquel mismo año murió un hijo de Godofredo que había quedado como rehén del emperador; ésto y la noticia que le llegó de que el emperador no había mencionado su nombre en Roma, en la lista de los reconciliados, le llevó a sublevarse de nuevo. Consiguió la alianza de Balduíno de Flandes y otros nobles holandeses. En esta ocasión el duque reclamó la ciudad de Verdún , mientras que su aliado, el conde Teodorico (Dietrich) de Holanda, pugnó con el obispo de Utrecht para recuperar las tierras alrededor de Flushing. El emperador reaccionó y en otoño de 1047 envió a Lorena al ejército con el que se encontraba luchando en Hungría. Verdún fue incendiada y Godofredo desposeído de nuevo de su ducado y excomulgado por el papa León IX, una hechura del propio Enrique; para evitar el anatema, Godofredo hizo pública penitencia y restauró magníficamente la catedral destruida, pero Enrique entregó la Alta Lorena a un tal Adalberto, a quien, por otra parte, dejó encargado de la región para que luchase sus propias batallas. Godofredo se enfrentó a él y logró su muerte, en una campaña que las crónicas describen como especialmente violenta y en la que fueron arrasados los campos del país. Pero Enrique nombró duque de la Alta Lorena al duque Gerardo de Chatenois, emparentado con Adalberto y con la casa de Luxemburgo.

En verano de 1051 Enrique III tomó una peligrosa decisión: restituyó a Godofredo un antiguo feudo en la diócesis de Colonia, con la intención de que fuese el propio Godofredo el que guardase la paz en la Baja Lorena, donde habían surgido problemas con el margrave Balduíno de Antwerp. Desde entonces y hasta su matrimonio con Beatriz de Toscana en 1054, Godofredo fue un leal vasallo del emperador. Beatriz era viuda del marqués Bonifacio de Toscana y aportó las tierras de su herencia al matrimonio. De hecho, el citado matrimonio establecía un vínculo entre los enemigos del emperador en Italia y Lotaringia y Enrique ordenó apresar a Beatriz y a su hija Matilde, acusada la primera de casarse con un enemigo público; ambas fueron trasladadas a Alemania y Godofredo se hizo cargo de los Estados de su esposa, llegando a conseguir un amplio poder en el norte y centro de Italia.

A la muerte de Enrique III (1055), su heredero, Enrique IV, era un niño de seis años y asumió la regencia su madre, la emperatriz Inés de Aquitania, cuyo débil gobierno trajo consigo el engrandecimiento del poder de los nobles germanos. Godofredo fue nombrado gobernador imperial de Italia y recibió el ducado de Spoleto (1057). En 1061 apoyó al papa Alejandro II frente al candidato nombrado por el partido de la reforma y respaldado por la emperatriz, Honorio II. Fue una de las torpezas que precipitaron la regencia de Inés y desembocaron en el golpe de Estado por el que el arzobispo Anno de Colonia se hizo con el poder (1062). Es muy probable que Godofredo fuese uno de los instigadores del golpe, junto a Otón de Baviera y Ecberto de Brunswick.

En 1065, recién inaugurada la mayoría de edad de Enrique IV, Godofredo fue nombrado duque de la Baja Lorena. Un año después el duque reunió un ejército de alemanes y toscanos y marchó hacia Roma, amenazada por los normandos. Godofredo actuó en defensa de sus propios intereses y no de los del emperador. En realidad, en previsión de un resurgir del poder imperial, se anticipó a Enrique, a quien el papa había pedido auxilio previamente. El resultado fue que los normandos y el papa firmaron la paz, pero a la vez, Enrique IV perdió cualquier ventaja que le hubiera proporcionado el actuar como protector del Papado. La muerte de Godofredo de la Baja Lorena, en navidades de 1069, apartó uno de los mayores obstáculos del camino de Enrique IV. El ducado de la Baja Lorena pasó a Godofredo III el Giboso, que permaneció fiel a al autoridad imperial.

Bibliografía

  • DIEGO HERNANDO, M. El Imperio en la Europa medieval. Madrid, 1996.

  • HALLER, J. y DANNENBAUER, H. De los Carolingios a los Staufen. Época antigua de los Emperadores alemanes (900-1250). México D. F, 1974.

  • THOMPSON, J.W. Feudal Germany. Chicago, 1928.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero