Gobbi, Tito (1913-1984).
Barítono italiano, nacido en Bassano del Grappa el 24 de octubre de 1913 y fallecido en Roma el 5 de marzo de 1984.
Nacido en el seno de una familia de condición muy humilde, encontró muchas dificultades para completar una buena formación académica. Logró, empero, ingresar en la Universidad de Padua, donde comenzó a cursar la carrera de Leyes.
Fue por aquellos años de estudiante cuando un músico amigo de su familia descubrió sus dotes para el canto y le convenció para que empezara a educar la voz, pues estaba convencido de que podría llegar a convertirse en un excelente intérprete operístico. Marchó entonces a Roma y se puso bajo la tutela del maestro Giulio Crimi, un célebre tenor italiano de la primera mitad del siglo XX. A su lado, el joven Gobbi progresó de tal forma que, en 1936, resultó vencedor en un certamen internacional celebrado en Viena, donde, entre otros premios, se le concedió una beca para que siguiera formándose en la Scala de Milán.
Entretanto, se ganaba la vida a duras penas interpretando películas de bajo coste, actividad que había comenzado a desplegar desde su adolescencia, para poder costearse los estudios. Finalmente, su paso por la escuela del célebre teatro de Milán dio sus frutos y Tito Gobbi logró debutar como cantante de ópera en el Teatro Adriano de Roma, donde interpretó el papel de Germont en La Traviata, de Verdi.
Las dotes del joven Gobbi no pasaron inadvertidas para el maestro Tulio Serafin, que a la sazón dirigía el Teatro de la Ópera de Roma. Allí comenzó a brillar el nuevo cantante, quien, bajo la batuta de Serafin, tuvo ocasión de lucirse en numerosos papeles, como el de Rigoletto y el de Ford. A pesar de que el estallido de la II Guerra Mundial (1939-1942) perjudicó mucho su incipiente trayectoria operística, Tito Gobbi cosechó algunos triunfos memorables a las órdenes de Serafin, entre ellos el que logró en 1942 interpretando al protagonista de Wozzeck, la opera prima del gran compositor vienés Alban Berg.
La crítica especializada señaló que su voz carecía de la fuerza adecuada para el complicado repertorio que había comenzado a interpretar; sin embargo, Gobbi hizo gala de un refinamiento musical y una capacidad de recrearse en las letras y en las actuaciones que le llevaron a convertirse en uno de los principales representantes de una nueva generación de actores-cantantes italianos, caracterizados por su aspecto robusto y su habilidad teatral para transmitir una sensación de emoción o amenaza. Gobbi sentó las bases de este nuevo estilo, fundamentado en la fusión total de la voz y la acción.
Su proyección internacional comenzó en 1947, cuando debutó en Estocolmo. Al año siguiente cantó por vez primera en los Estados Unidos de América (concretamente, en la Ópera de San Francisco), donde obtuvo un sonoro triunfo que le catapultó al Coven Garden londinense (1950). Posteriormente, también fueron muy aplaudidas sus actuaciones en la Chicago Civic Opera, en la Ópera de París y en el Staatsoper de Viena, sin olvidar sus memorables éxitos en la Ópera de Roma y la Scala de Milán.
A lo largo de las décadas de los años cincuenta y sesenta, Tito Gobbi fue incrementando su fama y la amplitud de su repertorio, con trabajos tan celebrados por la crítica y el público como su encarnación de la figura de Scarpia, junto a Maria Callas en el papel de Tosca, en la ópera del mismo título de Puccini. Con más de cien títulos en su repertorio, fue un consumado especialista en la interpretación de papeles escritos por Verdi o Puccini para óperas como Otello, Falstaff, Simón Bocanegra, Don Carlo, Il Tabarro o las ya citadas Rigoletto y Tosca; pero, sobre todo, brilló como nadie en la ejecución de Don Giovanni, de Mozart y El barbero de Sevilla, de Rossini.
Estuvo en activo hasta mediados de los años setenta, cuando se retiró y fundó una escuela para jóvenes cantantes en Florencia. Desde allí, recorrió numerosos lugares del mundo (Inglaterra, Suiza, Suecia, Austria y Estados Unidos) en calidad de profesor de canto, invitado por las mejores escuelas y teatros.
JRF
