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PinturaBiografía

Giotto (1267-1337).

Pintor y arquitecto italiano del que se tiene primeras informaciones en 1267, en relación con Vespignano. Murió en Florencia en 1337. Su nombre fue el de Giotto di Bondone. Su juventud y su formación, debido a la gran fama y popularidad que le ha acompañado a lo largo de los siglos, se encuentra rodeada de leyendas. Se formó en el taller de Cimabue, autor que inicia el proceso de transformación de la pintura heredada de los bizantinos. Sus primeras obras reconocidas se sitúan en Roma o en Asís, donde conoció y le marcó la tendencia al clasicismo de la pintura que se desarrollaba en estas ciudades. Asimismo, fue un gran conocedor de la escultura románica y de la dinámica linealidad del gótico. Se puede decir que Giotto representa la suma y la superación de la cultura figurativa de la época medieval.

Giotto simboliza el nuevo gusto dantesco por los sentimientos humanos, realizando la renovación del lenguaje pictórico, así como Dante lo realiza en la poesía. Las leyes del deseo y el dolor están reproducidas plásticamente en sus composiciones, siguiendo el camino de investigación que estaba recorriendo Dante, que lo recordará con gran elogio en un terceto. Correspondiendo al entusiasmo de Dante por su pintura, Giotto, gran admirador del poeta, realizará su retrato en los frescos del palacio del Gobernador de Florencia. Los dos sentaron las bases que permiten la gran eclosión artística del Renacimiento italiano.

Entre 1290 y 1295, para algunos críticos, para otros una década antes, ejecuta las Escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, de la iglesia alta de San Francisco de Asís. De ellas se han identificado como seguras del artista, las Escenas de la Vida de Isaac o la del Lamento por Cristo muerto, que se caracterizan por su dramatismo y la compleja estructura compositiva. Un tiempo después realiza la gran Cruz de Santa María Novella en Florencia, con una visión cercana a la pintura de Nicola Pisano y Arnolfo di Cambio.

En Asís lleva a cabo también la serie de la Leyenda de San Francisco, fechada alrededor de 1296 e interrumpida en 1300, ya que el artista fue solicitado por el Papa Bonifacio VIII. Esta basílica, que comenzaron a decorar Prieto Cavallini y Cimabue, enriquecida más tarde con los frescos de Giotto, es, sin duda, el santuario de los orígenes de la pintura italiana del Renacimiento, un verdadero museo del arte trecentista. De planta de una sola nave, con ventanas altas, deja en su vastos muros un espacio libre a los pintores. Cimabue, maestro de Giotto, había realizado veintiocho frescos en ella. Rompió con la tradición y se aventuró en un repertorio completamente original, al presentar las escenas más culminantes de la vida de San Francisco. A Giotto se le encargó representar el resto de escenas de su vida y formular en ellas la leyenda franciscana. Giotto concibe al santo como un campeón de la Iglesia, dejando claro su papel histórico. Las composiciones se caracterizan por la construcción dinámica de los espacios. La leyenda franciscana será reproducida por los discípulos de Giotto, tal y como la inventó el maestro, enajenado por su amor a la naturaleza, predicando a los pájaros o conversando en éxtasis con el mismo Dios.

Muerte de San Francisco de Asís. Giotto. Asís. Italia.

De su estancia en Florencia en los primeros años del siglo XIV, muy productiva, solo se conservan algunos fragmentos de los frescos realizados para el palacio de Letrán, actualmente en la Basílica de esta ciudad, así como el Políptico de Badia, actualmente en los Uffizi de Florencia, o la Virgen en el trono de San Giorgio alla Costa. En este mismo período, pasa un tiempo en Rímini, donde su obra produce una gran influencia en los pintores locales. Realizó obras como el Crucifijo del templo Malatestiano.

De Rímini se traslada a Padua, donde se encuentra desde 1304, allí lleva a cabo los frescos de la capilla de Enrico Scrovegni all'Arena. En ellos se pierde parte de su dramatismo inicial y la forma se hace más suave y esfumada. En el magnífico conjunto de frescos, Giotto renueva la forma de representación de las escenas Evangélicas, con un programa iconográfico sobre la redención del hombre. En la zona más alta se plasman escenas de la vida de San Joaquín, Santa Ana y la Virgen. En el nivel medio Escenas de la vida de Cristo, mientras que en el zócalo se representan las Virtudes y los Vicios. En la pared de ingreso, realiza la gran composición del Juicio Universal.

Escenas de la vida de Cristo: 17. Flagelación (Fresco, 1304-1306). Capilla de la Arena (Padua, Italia).

El edificio de la capilla se caracteriza por su absoluta sencillez y simplicidad. De planta de paralelepípedo cubierta con bóveda de cañón, no presenta ningún tipo de molduración o recargamiento (si no fuera por los frescos, los muros se mostrarían desnudos e inarticulados). Este hecho y la absoluta sumisión de la arquitectura a la pintura han llevado a pensar que el edificio fue igualmente diseñado por Giotto. La iluminación de la capilla se realiza a través de sencillas y pequeñas ventanas, no se trata de la iluminación efectista del gótico, sino de una iluminación pensada para la visión de los frescos a ejecutar.

Toda la concordancia compositiva del edificio y la pintura, reforzada por la unidad temática de los frescos, y el encadenamiento y sentido narrativo del programa iconográfico, no invalida el que cada escena tenga un carácter propio e individualizado.

Posterior a su experiencia en Padua, Giotto realiza la Maestá de Ognissanti de Florencia, conservada en el Museo de los Uffizi. De 1310, aproximadamente, son los frescos de la capilla de la Magdalena de la iglesia inferior de Asís, diseñados por Giotto, pero realizados por sus discípulos. Después de una nueva y corta estancia en Padua, alrededor de 1317, donde realiza algunas obras hoy desaparecidas, vuelve a Florencia donde realiza las Historias de los dos San Juan en la capilla de Peruzzi de la iglesia de San Corce. A este período pertenece también el políptico de Raleigh y un conjunto de Escenas de Cristo, pequeñas tablas actualmente repartidas en varios museos del mundo.

Desde 1329 a 1333, Giotto trabaja con numerosos discípulos en Nápoles, con importantes interrupciones. Del conjunto de obras realizadas por él y sus discípulos, no se conserva ninguna en esta ciudad. En 1334, fue llamado a Florencia como arquitecto, donde realiza la base del campanario de la catedral y deja varios dibujos para los primeros relieves ejecutados por Andrea Pisano y su escuela. Hacia 1335 el artista se encuentra en Milán y aquí realiza con sus discípulos obras hoy desaparecidas, en el palacio de Azzone Visconti.

Obra

Galería multimédia

Bibliografía.

  • ARGAN G. C.: El arte italiano de Giotto a Leonardo. Torrejón de Ardoz, Akal, 1987.

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  • BASILE, G.: Giotto, las historias franciscanas. Madrid, 1996.

  • BAXANDALL, M.: Giotto y los oradores. La visión de la pintura de los humanistas italianos y el descubrimiento de la visión pictórica (1350- 1450). Madrid, Visor, 1996.

  • BONSANTI, G.: Giotto: opera omnia. Madrid, Encuentro, 1991.

  • BRANDI, C.: Giotto. Barcelona, 1983.

  • CANTÓ RUBIO, J.: Giotto y la secularización. Alicante, 1975.

  • SALVINI, R.: Giotto: los frescos de Asís. Granada, 1966.

  • SEMENZATO, C.: Giotto: la Capilla de los Scrovegni. Granada.

  • ZUFFI, S.: Giotto. Madrid, 1996.

E. Alegre Carvajal.

Autor

  • Esther Alegre Carvajal.