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Ingeniería y tecnologíaLiteraturaBiografía

Gernsback, Hugo (1884-1967).

Inventor, escritor y editor de ciencia ficción estadounidense de origen luxemburgués, nacido en Luxemburgo el 16 de agosto de 1884 y fallecido en Nueva York (Estados Unidos de América) el 19 de agosto de 1967 en Nueva York. Pionero de la utilización de las nuevas tecnologías como material literario, acuñó la etiqueta de Ciencia Ficción para denominar este género, al que aportó uno de sus órganos de divulgación más prestigiosos: la revista Amazing Stories. Y fue autor de uno de los clásicos del género, la novela titulada Ralph 124C 41+ (1911).

Cursó estudios de Ingeniería en su ciudad natal, formación que luego amplió en diferentes Escuelas Técnicas de Europa, en las que se puso al día acerca de los últimos adelantos sobre telecomunicación eléctrica y sistemas telefónicos.

En 1904, cuando sólo contaba veinte años de edad, emigró a los Estados Unidos ante la convicción de que allí podría desarrollar, mucho mejor que en la vieja Europa, sus proyectos de ingeniería. Al poco de llegar, fundó una compañía de telecomunicaciones denominada Electric Importing Company, empresa que pronto le convirtió en uno de los pioneros de la innovación electrónica. Consciente de ello, en 1908 el joven Gernsback creó la revista Modern Electrics, pronto erigida en la publicación de mayor difusión entre los amantes de las nuevas tecnologías.

Dos años antes, Hugo Gernsback, plenamente integrado en la sociedad americana, había contraído matrimonio con Rose Harvey. Más tarde habría de casarse en otras dos ocasiones: en 1921, con Dorothy Kantrowitz; y en 1951, con Mary Hancher.

El origen de la revista Modern Electrics es muy curioso, ya que, en un principio, no era más que el catálogo de productos de la compañía Electric Importing, fundada por Gernsback nada más llegar a los Estados Unidos. Esta empresa se dedicaba a distribuir por correo artículos electrónicos novedosos (principalmente, Radio Shack y otros equipos de radiocomunicación), para lo cual recurría a un modesto catálogo que, poco a poco, fue llamando la atención de sus clientes por las innovaciones tecnológicas que anunciaba.

En 1911, siempre atento a los gustos del mercado, Gernsback publicó una novela titulada Ralph 124C 41+, actualmente considerada como un clásico dentro del subgénero de la anticipación tecnológica, a pesar de su escasa o nula calidad literaria. Firmada con un pseudónimo coincidente con su propio título, esta novela describe la vida cotidiana de una civilización del futuro en la que ocupan un papel primordial las aeronaves empleadas como medio de transporte.

Hugo Gernsback se consolidó como editor de revistas tecnológicas con el lanzamiento de Electrical Experimentor (1913), publicación que, en 1919, acabaría convirtiéndose en la exitosa Science and Invention, donde ya era patente su gusto por presentar, íntimamente ligados, los adelantos tecnológicos y los frutos de la creación literaria. En efecto, Sciencie and Invention afrontó la competencia con su más enconado rival, la revista Popular Science Magazine, incluyendo entre sus páginas, junto a la información puramente tecnológica, una serie de relatos y novelitas breves de ciencia ficción, piezas literaria que pronto interesaron a los lectores más que los artículos novedosos presentados en la revista.

Gernsback -que en 1920 había lanzado otra publicación similar, Radio News- se dio cuenta de este creciente interés por la literatura basada en los adelantos científicos y tecnológicos; y así, tras fundar una emisora de radio (WRNY) en 1925, lanzó al año siguiente la que habría de convertirse en la publicación emblemática de la Ciencia Ficción: Amazing Stories (1926). Con esta y sus anteriores revistas (y, desde luego, con su irregular novela), Hugo Gernsback se consagró como el principal representante de una corriente que, dentro del género, representa la confraternidad armoniosa -aunque ciertamente imposible- entre el inventor y el escritor; o, dicho de otro modo, la creencia del lector iluso en la posibilidad de llevar a feliz término, con los adelantos tecnológicos del momento, las fantasiosas invenciones de los escritores.

Pese a ser tan endeble, esta idea caló hondo en el entusiasmo del público lector de los años veinte, que llenó de elogiosas y entusiastas cartas al director la redacción de Amazing Stories. Pronto surgió un fanzine (1929), que dio paso a un club de fans (1930), a la publicación de un importante repertorio bibliográfico (1935) y, finalmente, a una convención celebrada en 1936, donde pudieron conversar animadamente todos los partidarios del género. Por aquel tiempo, Gernsback, convertido en una especie de iluminado, se consideraba responsable de llevar a cabo, por medio de sus revistas y seminarios, una misión educadora destinada a preparar a las nuevas generaciones para que fueran asimilando los inminentes cambios que iba a introducir en sus vidas el imparable desarrollo tecnológico.

No olvidaba, entretanto, su propia dedicación a la invención, que le llevó a desarrollar, hacia finales de los años veinte, un proyecto embrionario de lo que pronto sería conocido como televisión. A lo largo de su vida, Gernsback patentó unos ochenta inventos, entre los que cabe recordar una pila seca, el primer radio-receptor doméstico y varios modelos rudimentarios de lo que más tarde se llamaría radar.

Pero lo que le dio fama realmente fueron sus publicaciones científico-literarias, que se vieron incrementadas en 1929 con una nueva revista, Science wonder stories. Buena parte del éxito de todas ellas -con la muy difundida Amazing Stories a la cabeza- se debía a la inclusión en sus páginas de relatos de autores consagrados de la Ciencia Ficción, como Herbert George Wells (1866-1946), Julio Verne (1828-1905) o Edgar Allan Poe (1809-1849).

Además, Gernsback tuvo el acierto de contar con la colaboración del dibujante Frank Rudolph Paul, cuyas vistosas e imaginativas recreaciones de objetos tecnológicos futuristas adornaron centenares de cubiertas y páginas interiores de Amazing Stories, y contribuyeron sin lugar a dudas a fijar los modelos formales del género entre los lectores.

Tras haberse consolidado como el editor más importante de la Ciencia Ficción durante los años veinte y treinta, Gernsback, por una serie de complejos mecanismos editoriales, perdió la dirección de Amanzing Stories, revista que acabó siendo superada, en las preferencias de los lectores, por una nueva publicación que también habría de hacer historia entre los amantes del género: Astounding. Hugo Gernsback probó fortuna con el lanzamiento de nuevas publicaciones, como Air Wonder Stories y Thrilling Wonder Stories, pero jamás logró alcanzar el éxito de Amazing Stories.

Fundador de la "Science Fiction League" en 1934, fue condecorado por la Archiduquesa Carlota de Luxemburgo en 1954, por sus servicios a la Ciencia y al desarrollo tecnológico. Seis años después, la Convención Internacional de Ciencia Ficción le reconoció públicamente como uno de los "padres" del género, y decidió bautizar con su nombre el galardón que concede anualmente (el "Premio Hugo"), considerado como el más prestigioso de cuantos subrayan los méritos de este tipo de obras.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.