Garnica Echevarría, Pablo de (1876-1959).
Político y financiero español nacido el 28 de diciembre de 1876 en Madrid y fallecido el 12 de diciembre de 1959 en la misma ciudad. Brillante estudiante, consiguió con tan sólo 21 años licenciarse y doctorarse en Derecho por la Universidad Central, y posteriormente consiguió superar las oposiciones al cuerpo de Abogados del Estado.
Formó parte además del despacho de Díaz Corbeña, junto a otros dos juristas, Niceto Alcalá Zamora y Manuel Azaña. En 1901 inició su carrera política al ser elegido diputado a Cortes por el Partido Liberal. Desempeñó los cargos de director general de lo Contencioso, promoviendo entre otros el desarrollo del Reglamento para el Impuesto de Derechos Reales, y el de Fiscal del Tribunal Supremo.
Ocupó además el puesto de subsecretario de Hacienda, participando en las negociaciones con Francia y Estados Unidos al finalizar la Primera Guerra Mundial, por lo que fue condecorado con la medalla de la Gran Cruz de Isabel La Católica.
El 9 de noviembre de 1918 fue nombrado ministro de Abastos en el gobierno de García Prieto, y en 1919 ministro de Gracia y Justicia. Con la llegada al poder de Primo de Rivera, Pablo de Garnica abandonó por completo su carrera política, centrándose en su actividad financiera e industrial.
En 1924 fue nombrado consejero delegado de La Unión y el Fénix, y ocho años más tarde presidente del Banco Español de Crédito. Durante la Guerra Civil estableció una doble dirección de la entidad bancaria, mediante la creación el 8 de octubre de 1936 de un comité de dirección del Banco que operó paralelamente a la junta de jefes y del comité de dirección del Banco Español de Crédito en la zona nacional, con la finalidad de velar por su supervivencia. Además, entre 1933 y 1946 fue presidente de CAMPSA, siendo cesado en este cargo por orden directa de Franco a causa de una carta en la que Pablo de Garnica le muestra su preocupación, junto con la de otros monárquicos de la época, por la falta de institucionalización del régimen.
Hasta su muerte ocupó los puestos en el consejo de la Unión y El Fénix y en la entidad bancaria. Su interés por defender los derechos sociales le llevó a ocupar un puesto como vicepresidente de la Real Academia de Jurisprudencia y a ser miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
Hombre de carácter generoso y de una gran rectitud moral, se ganó el respaldo de sus colaboradores, entre los que destaca Jaime Gómez Acebo, de fuerte temperamento e ideas liberales. A su muerte se cerró una época en las finanzas españolas. En 1986 su nieto, Pablo Garnica, fue nombrado director general del banco.
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