A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PeriodismoHistoriaLiteraturaDerechoPolíticaBiografía

Galván, Manuel de Jesús (1834-1910).

Poeta, narrador, historiador, periodista, jurista, político, diplomático y profesor universitario hispano-dominicano, nacido en Santo Domingo en 1834 y fallecido en San Juan (Puerto Rico) en 1910. Considerado como uno de los intelectuales más prestigiosos e influyentes en el ámbito geo-cultural antillano durante la segunda mitad del siglo XX, desarrolló al mismo tiempo una infatigable actividad política que, en su firme compromiso con los lazos históricos que unían a su nación con España, no fue bien recibida por los partidarios de la independencia dominicana. Pese a todo, Manuel Galván ocupó durante muchos años algunas de las más elevadas instancias del gobierno de su país, y dejó, tanto en sus funciones públicas como en sus escritos literarios y periodísticos, un valioso legado cultural y humano puesto al servicio de sus anhelos de justicia y progreso para su patria.

Vida

Nacido en el seno de una familia acomodada, su infancia transcurrió en el Santo Domingo sujeto a la dominación haitiana, circunstancia que sin duda pesó, ya en su edad adulta, a la hora de buscar en la anexión española una ayuda para contener las agresiones políticas y culturales de sus vecinos. Desde muy temprana edad dio muestras de poseer unas deslumbrantes dotes intelectuales que pronto le orientaron hacia el estudio de las disciplinas humanísticas, sin que su polifacética capacidad de aprendizaje y asimilación despreciara otras parcelas del saber humano, como el ámbito de la ciencia. Su formación secundaria se desarrolló en el célebre colegio dominicano de San Buenaventura, donde coincidió con algunos muchachos que, andando el tiempo, habrían de convertirse en las cabezas rectoras del pensamiento, las artes, las letras y la política de la nación.

Poco después, ya definitivamente orientado hacia la creación literaria, el joven Manuel de Jesús Galván se integró plenamente en los principales foros y cenáculos culturales de la capital dominicana, donde pronto se dio a conocer como poeta merced a la publicación de unas composiciones primerizas que vieron la luz entre las páginas de la revista El Oasis, órgano portavoz de las ideas estéticas de un grupo de jóvenes autores congregados en la denominada "Sociedad de Amantes de las Letras", fundada por el propio Galván y el Manuel J. de Heredia. Estos primeros balbuceos literarios del escritor de Santo Domingo, modestamente presentados tras el pseudónimo poético de "Enmanuel", le permitieron alcanzar, en plena juventud, un cierto reconocimiento intelectual que, ampliado por la brillantez con que cursó sus estudios superiores de Leyes, le abrió las puertas de los círculos dominantes en la vida política y cultural de la futura República Dominicana.

Durante muchos años, su constante ejercicio de la abogacía y su fecunda actividad docente (en calidad de profesor de Derecho) le impidieron dedicarse al cultivo de la creación literaria, aunque no por ello dejó de cultivar la escritura a través de numerosos artículos publicados en diferentes rotativos y revistas (entre ellos, el diario La Razón, fundado por el propio Manuel de Jesús Galván en 1862). Al mismo tiempo, se ferviente compromiso político le llevó a manifestarse en favor de la reanexión de su país a España (1861-1865) durante el mandato del presidente Pedro Santana, a cuyo lado creció en importancia la dimensión política de Galván desde su cargo de secretario. Al frente de La Razón -que se había convertido, durante aquel periodo de la historia dominicana, en el órgano portavoz de los intereses gubernamentales-, el humanista de Santo Domingo reiteró sus razones en defensa de la reincorporación de su país a la antigua metrópoli, y llegó a tildar de rebeldes y traidores a quienes se mostraban en favor de la independencia. Tras esta ideología conservadora de Manuel de Jesús Galván latía con fuerza su convicción de que la grave crisis reinante a la sazón en su país, avivada por los conflictos culturales y territoriales con Haití, impedía el establecimiento de la justicia y el orden, lo que a su vez cerraba el paso a las inversiones del capital extranjero. Sin ellas, el político y escritor juzgaba imposible la consecución del progreso y el desarrollo económico de su pueblo, opinión que no era compartida por sus adversarios políticos, que le acusaron a lo largo de toda su carrera de buscar siempre el camino más fácil y adaptarse sin escrúpulos a las situaciones acomodaticias.

Pese a ello, Manuel de Jesús Galván llegó a desempeñar altos cargos públicos, primero como representante del gobierno español (que, una vez restablecida la independencia de la República Dominicana, le nombró Regente de la Real Hacienda en Puerto Rico, pues se había negado a regresar a su país durante el régimen dictatorial de Buenaventura Báez). A la caída de éste, Galván desembarcó de nuevo en las costas de su tierra natal y continuó desplegando una brillante trayectoria política que le condujo, en 1876, hasta su nombramiento como ministro de Asuntos Exteriores bajo el gobierno de Ulises Espaillat (quien, paradójicamente, había sido años atrás uno de los enemigos más enconados de la reanexión). Durante otros tres periodos desempeñó idénticas funciones de canciller (en uno de ellos, bajo el mandato del presidente Ulises Heureaux, llevó adelante las negociaciones en busca de un compromiso territorial con Haití), y sirvió también a la diplomacia de su nación en diferentes misiones europeas y americanas de gran calado político (como, v. gr., la que le condujo hasta Washington para negociar, con el gobierno estadounidense, la implantación de una base militar en la bahía dominicana de Samaná). De vuelta a su país, fue nombrado presidente del Tribunal Supremo, cargo que ostentó durante más de un lustro (1883-1889); finalmente, abandonó la política activa y se refugió, ya sexagenario, de nuevo en la docencia, para impartir clases como profesor de Derecho Constitucional desde 1896 hasta 1902). En sus últimos años de vida huyó del rechazo que le seguían mostrando quienes recordaban su aversión a la independencia y se instaló en Puerto Rico, en donde, pese a su avanzada edad, aún tuvo ánimos para fundar el rotativo La España radical, donde pudo seguir ejerciendo hasta sus días postreros esa vocación periodística que, a lo largo de toda su vida, había dejado plasmada en otros medios como El Oasis, La Razón, El eco de la opinión y El teléfono.

Obra

Autor de una única novela, Manuel de Jesús Galván ha pasado, empero, por méritos exclusivamente literarios a la historia de las Letras hispanoamericanas merced a su poderosa capacidad para reconstruir una fase muy significativa de la historia dominicana y contribuir, con ello, a la forja de la identidad nacional de sus compatriotas. Y, aunque ya en su tiempo no faltaron quienes denunciaron el propósito de Galván de crear, alrededor del territorio dominicano, el mito de una nación indígena enriquecida por el mestizaje europeo, pero escasamente influida por la aportación de las gentes procedentes de África, lo cierto es que su espléndida narración, publicada bajo el título de Enriquillo, leyenda histórica (Santo Domingo: Imprenta de García Hermanos, 1879), todavía conserva intactos sus indiscutibles valores estéticos y narrativos, con independencia de la vocación españolista del autor y su consecuente posición política en contra de la soberanía de su nación.

En el Enriquillo, Manuel de Jesús Galván se hace eco de un suceso relatado ya por el padre Bartolomé de las Casas, quien dio a conocer al Viejo Mundo la bravura y el orgullo de un cacique mestizo -Enriquillo-, recompensadas a la postre con el perdón del propio emperador Carlos V. El relato de Galván -que, a pesar de la fuente histórica, constituye una auténtica narración, del todo ajena a las leyendas indigenistas que había puesto en boga el gusto romántico de la época-, pasó por un complicado proceso de edición, ya que primero apareció, en una versión inconclusa, en 1879, para volver a salir de la imprenta, ya en su redacción definitiva, tres años después. Cuenta la extraordinaria historia del cacique converso Enriquillo, quien, después de haberse rebelado contra la dominación española y haberse, incluso, levantado en armas contra conquistadores y colonizadores, se sometió de grado a la obediencia del emperador cuando recibió una carta autógrafa del propio Carlos V, quien, además de dirigirse a él con el título de "Don Enrique", le garantizaba su plena libertad -y la de todos los indios y mestizos que le siguieran- si acataba la soberanía imperial.

El alcance histórico de esta anécdota -narrada por Manuel de Jesús Galván con un vigoroso estilo que deja traslucir su entusiasmo ante este primer vínculo político y cultural entre los indígenas de la época colonial y las autoridades españolas- habría pasado prácticamente inadvertido de haber mediado la voluntad política y la inspiración literaria del escritor de Santo Domingo. Gracias a él, la decisión del cacique cobró una singular relevancia no sólo en el ámbito geo-cultural hispanoamericano, sino en toda la cultura de Occidente (en 1956, la UNESCO difundió una traducción al ingles del Enriquillo bajo el título de The Cross and the Sword [La cruz y la espada]).

Además de esta espléndida narración, Manuel de Jesús Galván dejó impresos numerosos escritos de carácter periodístico, ensayístico, político y jurídico, algunos de ellos recogidos en el volumen titulado El arreglo de la cuestión dominico-española de 1879 (Puerto Rico, 1879). Y, en su faceta de historiador e investigador, se aproximó a la obra política y a la dimensión humana de uno de los presidentes a los que había servido (Escritos de Espaillat: artículos, cartas y documentos [Santo Domingo: Imprenta la Cuna de América, 1909]).

Bibliografía

  • GARCÍA CABRERA, Estela: "La conquista y colonización de América a la luz de Manuel de Jesús Galván", en Revista de la Universidad Católica de Puerto Rico (Ponce), 31, 61 (octubre de 1987), pp. 5-12.

  • SOMMER, Doris: "La ficción fundacional de Galván y las revisiones de Bosch y Marreno Aristy", en Revista Iberoamericana (Pittsburgh [U.S.A.]), LIV, 142 (1988), pp. 99-128.

  • ---: "El otro Enriquillo", en Revista de Crítica Literaria Latinoamericana (Lima), 17 (1983), pp. 117-145.

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • 0102 JR.