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LiteraturaBiografía

Galindo, Sergio (1926-VVVV).

Narrador, dramaturgo y editor mexicano, nacido en Xalapa (en el estado de Veracruz) en 1926. Autor de una espléndida producción narrativa que ahonda en la transgresión social, la aniquilación de los seres humanos más débiles y, en general, el juego de las pasiones extremas (con especial atención a la pulsión sexual), está considerado como uno de los narradores más destacados de la generación de escritores aztecas que brillaron con singular relieve en la segunda mitad del siglo XX (entre los que se cuentan Emilio Carballido, Rosario Castellanos, José Emilio Pacheco y Sergio Pitol).

Figura ilustre en el panorama cultural mexicano contemporáneo, Sergio Galindo ha desplegado una intensa actividad intelectual que, al margen de su obra de creación, ha ofrecido otros frutos tan sazonados como la revista La palabra y el hombre, fundada por el escritor de Xalapa en la ciudad de Veracruz. Además, desde su cargo de director del Departamento Editorial de la Universidad Veracruzana ha impulsado con notable acierto las letras hispanoamericanas del siglo XX, merced a la publicación de numerosas obras de autores mexicanos y del resto de los países de América Latina. El resto de su brillante labor de impulso y desarrollo cultural la ha llevado a cabo desde su puesto de director de Coordinación Regional del Instituto Nacional de Bellas Artes. Por el conjunto de los méritos reunidos en el desempeño de estos cargos, y por la calidad y hondura de su producción literaria, Sergio Galindo ha sido distinguido con múltiples honores y reconocimientos, entre los que conviene destacar su elección como miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua.

En su faceta de escritor, el autor de Veracruz ha cultivado con asombrosa maestría el género narrativo, tanto en la modalidad de novela extensa como en la compleja parcela del relato breve. Entre los títulos más sobresalientes de su primera etapa como prosista de ficción, cabe citar La máquina vacía (México: Fuensanta, 1951), Polvos de arroz (Xalapa: Universidad Veracruzana, 1958), La justicia de enero (México: Fondo de Cultura Económica, 1960), El Bordo (Id. Id., 1960), La comparsa (México: Joaquín Mortiz, 1964), Nudo (Id. Id., 1970), ¡Oh, hermoso mundo! (Id. Id., 1975), El hombre de los hongos (Xalapa: Universidad Veracruzana: 1976) y Este laberinto de hombres (Id. Id., 1979).

En la década de los años ochenta, Sergio Galindo volvió los ojos hacia su ciudad natal para ahondar en sus propias raíces y convertir Xalapa en el eje temático y estructural de su obra de ficción. Las narraciones que dio a la imprenta en esta segunda fase de su carrera novelística fueron Terciopelo violeta (México: Grijalbo, 1984), Los dos ángeles (México: Fondo de Cultura Económica, 1984), Declive (Id. Id., 1985) y Otilia Rauda (México: Grijalbo, 1986), esta última considerada unánimemente por críticos y lectores como su obra maestra. En ella relata las vivencias de un personaje femenino que se caracteriza por su atrevimiento, su valentía en la lucha y su exaltación de la libertad. Además de estos títulos narrativos, el autor veracruzano ha realizado alguna incursión en el género dramático, donde conviene recordar su obra Un dios olvidado.

En líneas generales, las novelas y relatos de Sergio Galindo (tanto en su etapa inicial como en su segunda fase creativa) giran en torno al análisis de los conflictos humanos, siempre alimentados en sus textos por la intensificación de las pasiones, las imposiciones morales de una sociedad hipócrita, el deseo de escapar a la opresión y, a la postre, el castigo que recae en quienes osan afrontar esta huida. Todo ello adobado con la tiranía del impulso sexual, que en la prosa de Galindo muestra todo el alcance de su dominio sobre el ser humano: sus personajes buscan el gozo carnal, luchan por entregarse al cumplimiento de su deseo contraviniendo cualquier norma social o moral, y, a la postre, se convierten en víctimas de esta irrefrenable pasión erótica, ya que la culminación plena del amor -con su inherente satisfacción de los deseos sexuales- parece imposible en el universo narrativo del escritor mexicano. La muerte, la vejez, la enfermedad o cualquier otra suerte de pérdida o merma del ser amado confieren a las narraciones de Sergio Galindo una dimensión trágica en la que, de una u otra forma, acaban atrapados todos sus personajes: unos son víctimas de los castigos que acarrea la transgresión del orden social establecido; otros se ven condenados a vivir un amor imposible; muchos sufren las secuelas de antiguas pasiones amorosas fracasadas; y, en definitiva, todos acaban cayendo en la soledad, el vacío y la aniquilación, conscientes de que los breves momentos de felicidad que han vivido no son más que meros espejismos tan falaces como transitorios.

La genialidad de Sergio Galindo radica en que, en medio de este caos trágico al que se ven abocados todos sus personajes, sabe crear una amplia y variada galería de ellos que abarca todas las clases sociales del país, desde la aristocracia decadente, la burguesía adinerada pero siempre insatisfecha, las vapuleadas clases medias y el submundo de la marginación (poblado por criminales, prostitutas, etc.). Al mismo tiempo, el novelista veracruzano sitúa a estos protagonistas variopintos en numerosos espacios bien diferenciados (las grandes zonas urbanas del México contemporáneo, los sórdidos ambientes carcelarios, las explotaciones rurales de la burguesía terrateniente, la rutinaria y funcional frialdad de la oficina poblada por elementos de la clase media urbana, etc.); así, logra crear un vasto y complejo universo narrativo en el que la dimensión trágica apuntada en el parágrafo anterior no puede interpretarse solamente como la injusta condena milenaria que pesa sobre los menos favorecidos, sino más bien como el castigo ineludible que acompaña a la condición humana, siempre jalonada -hasta en sus clases más acomodadas- de seres retraídos, solitarios, huraños, desarraigados y fracasados (solteronas, alcohólicos, ancianos acabados y desvalidos, etc.). Y, por encima de todas, una lectura amarga triunfa en el conjunto de sus obras: los transgresores de este penoso orden social y moral acaban siempre sufriendo el castigo que la miseria de la vida reserva a quienes tiene la osadía de rebelarse.

Desde el punto de vista estilístico, Sergio Galindo crea unas estructuras narrativas bastante tradicionales, deudoras en muchos casos de las técnicas heredadas de la novelística decimonónica en la que primaba el relato de aventuras y la dosificación de las informaciones que contribuían a crear el suspense. Sin embargo, el escritor veracruzano no desprecia algunas novedades de la narrativa contemporánea (como la experimentación lingüística) ni otros procedimientos que, aunque ya explotados en el siglo XIX, interrumpen el fluido lineal de la narración (como, v. gr., la recuperación de hechos anteriores al tiempo de la acción que se está narrando, o la anticipación de otros sucesos que más tarde habrán de cobrar importancia dentro de la trama).

Bibliografía

  • BRUSHWOOD, John S.: México en su novela, México: Fondo de Cultura Económica, 1973.

  • CLUFF, Russell M.: Siete acercamientos al relato mexicano actual, México: Universidad Nacional Autónoma de México/Gobierno del Estado de Querétaro, 1987.

  • PAVÓN, Alfredo: El universo del relato literario (El sentido narrativo de "Polvos de arroz"), Tuxtla Gutiérrez: Universidad Autónoma de Chiapas, 1984.

  • ---: De mujeres y hombrecitos, Tlaxcala: Universidad Autónoma de Tlaxcala/Universidad Autónoma de Puebla, 1992.

  • TREJO FUENTES, Ignacio: Segunda voz (Ensayos sobre novela mexicana), México: Universidad Nacional Autónoma de México/Gobierno del Estado de Querétaro, 1987.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.