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LiteraturaBiografía

Fuentelapeña, Antonio de la (ca. 1628-1702).

Fraile capuchino, natural del pueblo zamorano del que lleva el apellido, nacido hacia 1628 y muerto en 1702. Tomó los hábitos en 1643. Ignoramos cuales fueron sus estudios, aunque, a juzgar por su obra, debemos considerarlo, cuando menos, como un enfervorecido lector. Son obra suya el Retrato divino en que para enamorar las almas se pintan las divinas perfecciones con alusión a las facciones humanas (1685); el Compendio de la mística teología (1701); y Luz de la verdad (1702).

Sin embargo, su fama la debe al tratado sobre monstruos y fantasmas que dio a la imprenta en el año de 1677 con el título de El Ente Dilucidado. En esta obra, de contenido muy dispar y con una parte considerable dedicada a la magia y al ocultismo, pretende demostrar que dichos fantasmas y monstruos son también parte de la creación, por lo que no hay que temer nada de ellos, dado que "estos Duendes [...] que [...] se sienten en las casas, nunca hacen mal a nadie". Para tratar de un tema tan susceptible de tener problemas con las autoridades eclesiásticas, el autor se mantendrá dentro de los que pudiéramos llamar los "fantasmas positivos", esquivando cualquier referencia al mundo demoníaco.

Incluye, asimismo, dos capítulos o "dudas" dedicados a discutir las posibilidades de la navegación aérea. Se trata al parecer del primer texto impreso en España sobre el tema. Así, en la "duda V", Fuentelapeña examina "si los duendes pueden volar naturalmente en el aire y sostener en él". Adopta, para ello, las ideas de Gaspar Schott, a quien se refiere con elogio. Cita las experiencias de hidráulica de Marin Mersenne y la máquina de Otto von Guericke para hacer el vacío en una esfera de metal.

El tratado finaliza en la "Duda VI", titulada "si el hombre pudiera artificiosamente volar", con un diseño del propio autor de una máquina para volar. También aquí muestra poseer conocimientos de física y un agudo sentido de observación. Imagina una aeronave a semejanza del cuerpo del águila, y toma de Gaspar Schott la idea de un dispositivo para mover las alas. Establece curiosas consideraciones sobre las particularidades de éxito de su aeronave, y no concede ningún crédito a las historias sobre el tema. Al dar razón de tal descubrimiento, argumenta como cierta la capacidad del ser humano para volar, aunque acabe por asegurar que nadie lo ha hecho todavía.

El único problema del razonamiento de Fuentelapeña es que en la argumentación, para convencer al lector, recurre a ejemplos tan extremos que resulta difícil contener una sonrisa. Como ejemplo, bástenos la reseña que hace de que "Vives afirma haber sabido de muchos testigos que el príncipe Rabastasio tenía diamantes preñados que parían otros diamantes [...] y Manescal afirma que refirió una persona fidedigna que una señora de la familia de los Luxembur tenía dos diamantes vinculados en su casa, los cuales le producían y parían otros diamantes, especialmente en verano". Ejemplos como éste se repiten por toda la obra y son la causa fundamental de que se recuerde. A tal respecto, recordaremos que el ejemplo, narrado también, con leves variantes, en el Jardín de Flores Curiosas de Antonio de Torquemada, de la condesa (lamentablemente no se nos informa del título) que paría a diario despertó, todavía a finales del siglo pasado, la hilaridad de don Juan Valera, quien utilizó dicho ejemplo para burlarse de los naturalistas franceses en sus Apuntes sobre el nuevo arte de escribir novelas. Pudiéramos pensar, a partir de tales afirmaciones, si no ha estado el buen capuchino burlándose del lector a lo largo de toda la obra.

Respecto del impacto que tuvo entre el público El Ente Dilucidado, bastará con reseñar la noticia que transmite Palau de que la orden a la que pertenecía el sufrido autor intentó hacerse con las sucesivas ediciones del tratado para destruirlas.

Bibliografía

Fuentes

El Ente dilucidado. Discurso único novissimo que muestra ay en naturaleza animales irracionales invisibles, y quales sean. (Madrid; Imp. Real, 1676).

Estudios

DUHEM, Jules. "Un capucin aéronaute", en Mercure de France, nº 291 (1939).
LÓPEZ PIÑERO, J. M.; NAVARRO BROTÓNS, V.; y PORTELA MARCO, E. Materiales para la historia de las ciencias en España. Siglos XVI-XVII. (Valencia; Pre-textos, 1976).

G.F.S.E. / Víctor NAVARRO BROTÓNS.

Autor

  • G.F.S.E. / Víctor NAVARRO BROTÓNS.