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CineBiografía

Ford, John (1895-1973).

Director de cine norteamericano, cuyo verdadero nombre era Sean Aloysius O’Feeney (O’Fearna), nacido el 1 de febrero de 1895 en Cape Elizabeth (Portland. Maine. Estados Unidos) y fallecido en Palm Desert (California. Estados Unidos) el 31 de agosto de 1973.

Vida

El caso de este director es verdaderamente peculiar. A los treinta años era un veterano de la realización cinematográfica, su experiencia era considerable, pero lo mejor de su carrera estaba todavía por llegar. Otro en su situación habría, con toda probabilidad, agostado su capacidad de trabajo, él no.

La opinión sobre su obra ha pasado por diversas consideraciones. Durante bastante tiempo y dada su temprana adscripción al negocio del cine, se le consideró un profesional eficiente, capaz de sacar adelante diversas historias -aunque en la mayoría pueda detectarse un denominador común-, para luego pasar una etapa en la que se le consideró un militarista "lame botas", colocándole la etiqueta de fascistoide. Por último, la redacción de Cahiers du Cinema, en la época más gloriosa de la revista francesa, reivindicó su figura hasta enaltecerla y convertirle en un clásico del cine, cuya obra globalmente considerada merece un capítulo trascendental de la historia del mismo.

En apariencia y desde los tiempos de El caballo de hierro (1924) hasta sus últimas producciones Ford ha sido un director que ha ido construyendo una visión del hombre y de los Estados Unidos, desde el sosiego y la tranquilidad. Él, a pesar de lo que muchos que no han visto sus películas comentan entre sí, era en realidad alguien meditativo. Sabía reducir, o mejor, presentar a los héroes desde un lado posibilista y humano. No caía en el surrealismo irónico de Capra, en la fantasía de raíces religiosas de su compañero italoamericano, pero de un modo paralelo construía historias de gente corriente, que muchas veces se veía abocada a situaciones grandiosas que en sus manos se transformaban en algo que podía parecer lógico y asequible.

Decimotercer hijo de una familia de origen irlandés, comenzó en el cine ayudado por su hermano Francis, actor y director de la Bison. Tras desempeñar todo tipo de trabajos -obrero, ayudante de dirección, atrezzista, y especialmente de actor en película de Francis- hasta que Carl Laemmle le permitió dirigir alguno de los primeros westerns de la Universal, debutando en 1917 con varias películas de dos bobinas. Aunque su relación de películas es extensísima, todos los teóricos y aficionados están de acuerdo en considerarle el hombre que mejor supo entender el género del western y hacer de él una canción épica, en la que los Estados Unidos encontraban un punto de referencia cultural y social.

En sus westerns la figura del protagonista no es alguien grandioso, sino que lo que prima en ellos es el pesado caminar de una hilera de carromatos o el desierto como un lugar en el que el hombre se asienta y lo domestica, pero sin alaracas. En buena medida este hombre que, como dijimos, en algún momento les pareció a algunos un tipo de estética próxima a lo autoritario, era en realidad un autor en el que lo social predomina por encima de lo personal, de lo individual.

El grupo de personas encerradas en la angostura de La diligencia (1939), el capitán de La legión invencible (1950), los colonos mormones de Wagon master, todos comparten una misma visón de la vida o bien se ven reunidas por más o menos el mismo motivo.

Cartel de La diligencia.

En el año de 1946, cuando toca el tema del duelo en O. K. Corral en Pasión de los fuertes lo hace, no desde el de la gestualidad violenta y retadora con que el mismo argumento ha sido tratado por otros autores, sino desde una dimensión en la que el personaje de Wyatt Earp no tiene nada de sobrehumano o diferente a los demás.

De origen irlandés, Ford se encontraba cómodo en una América de cuya historia se sentía satisfecho, en la que la contemplación de los grandes hechos y de las esperanzas primarias no le impedía asumir que habían sido realizados por gente de diverso talante, mucho más apegados a los gestos habituales que a los ademanes grandiosos. De hecho, en su filmografía apenas se da la violencia ligada a la idea de empresa o aventura personal.

Supo también extraer de la geografía una capacidad de expresión que en muchos momentos se acerca al lirismo, pero sin que en modo alguno bordee, ni de cerca, cualquier atisbo de cursilería. Él puso de moda el Monument Valley como escenario de algunas de sus imágenes más importantes. Pero a diferencia de, por ejemplo, un Cecil B. de Mille, lo que ese paisaje, ese decorado, nos muestra es su austeridad, su fibra y, en el fondo, su sencillez.

Aunque su carrera fue prolífica, su labor fue casi siempre la de director, que concluyó con un gran reconocimiento después de más de cincuenta y cinco años de trabajo. Entre sus obras más conocidas cabe citar El caballo de hierro en la que nos cuenta la vicisitud de la construcción del ferrocarril que acabó uniendo los Estados Unidos y la peripecia de los obreros irlandeses y chinos que participaron en su realización, con el fondo de una historia de amor.

En 1939 La Diligencia, uno de su trabajos más reconocidos e influyentes, donde épica y cotidianidad se mezclaban con una habilidad que ni el mejor escritor hubiese sabido plasmar en un novela. En ese mismo año realiza El joven Lincoln, una biografía de los años jóvenes del presidente más trascendental en la historia del país. De 1940 es Las uvas de la ira, una producción que abandona los escenarios de sus queridos western para introducirnos en un mundo de trabajadores, emigrantes internos, que para muchos es una narración neorrealista antes de que los italianos pusiesen de moda el término, siguiendo la novela del mismo título de John Steinbeck.

Con Fort Apache es uno de los primeros en presentar también a queridos militares desde una óptica más crítica de lo que muchos de sus comentaristas han señalado, de una manera elíptica señalaba los defectos de un general como Custer, que durante años había sido un héroe de una pieza para la historia oficial de los Estados Unidos.

El hombre tranquilo es una película de una belleza apasionante; fuera también del territorio del Oeste. Sitúa la acción en su querida Irlanda, a donde se retira un boxeador que ha matado por la fuerza de sus puños a otro en un combate y cómo se integra en la vida de un pueblo irlandés y cómo se enamora de una muchacha de apariencia agresiva. Es una de sus cintas más atractivas y que mejor resisten el paso del tiempo.

En el cine de Ford hay una evolución que va desde la perspectiva histórica del hombre blanco a la comprensión de que Estados Unidos está formado por gentes con otro color de piel. Quizá por ello rodó El sargento negro, donde a través de un juicio militar presenta la vidriosa integración de los negros en la sociedad constituida por los blancos.

En 1964, ya en las postrimerías de su carrera, encontramos El gran combate, una película de resultado desigual, en la que Ford reconoce implícitamente la problemática y la injusticia cometida contra la nación india ante la expansión de los blancos hacia el Oeste.

Ford fue un autor que se caracterizó, a lo largo de su vida, por la homogeneidad, lo que no conviene confundir con el aburrimiento. Su obra, como la de algunos colegas de sus mismos años, pasa revista a la historia americana desde una perspectiva posibilista e incluso agradecida. Pero considera que el motor principal de esa historia es el individuo en cuanto que forma parte de un contexto social. Consigue ser poético sin ser grandilocuente y crítico sin necesidad de ser hiriente.

A lo largo de su carrera fue experimentando una evolución sutil y poco llamativa, pero que, examinando su obra en conjunto, permite observar cómo fue asumiendo los valores de todos los habitantes de los Estados Unidos en sus diferentes períodos.

Fue lo suficientemente hábil como para soslayar las dificultades con los ejecutivos de las productoras y jamás se le puede reputar conflictivo. A cambio de eso consiguió siempre hacer el cine que le apetecía y del modo que estimaba conveniente. Conocía todos los entresijos industriales y eso le permitía acercarse muchas veces a lo artístico sin dificultades. Llegó a ser muy respetado por todos los profesionales, que reconocían su prestigio y admiraban su talento para contar historias, de una forma que por clásica se hacía intemporal. Orson Wellesle consideraba el único director que merecía la pena estudiar. Encontraba en él hallazgos estéticos y de puesta en escena que pasaban desapercibidos para la mayoría, pero que constituían recursos de gran eficiencia.

Fue un hombre con un código de valores tradicional, pero no por ello se hacía exclusivista, ni segregador. Cristiano, respetuoso con la familia y las instituciones, estaba claro que le atraía el ejército. No obstante, conforme fue envejeciendo, tomaba cada vez más conciencia de que los valores y las instituciones están ejercitadas por los hombres y entre éstos se puede encontrar de todo.

Aunque su carrera fue muy extensa, la mayor parte de su obra más representativa se encuentra ligada al actor John Wayne del que supo extraer sus mejores registros y convertirlo en un arquetipo creíble del colonizador del Oeste. Con su corpulencia, su autoridad ante la cámara y el gesto duro y noble al mismo tiempo, Ford convirtió a Wayne en uno de los mejores actores de cine, por reducida que fuese la capacidad de maniobra del actor para diversificarse en otro tipo de papeles.

Parte de su obra, que aún hoy día sigue conservando la misma frescura de los años de su estreno, ha resistido con relativa facilidad el paso del tiempo. Pero es más bien la técnica lo que sobrevive, la forma en la que nos cuenta la historia, pues muchos de sus personajes fueron envejeciendo con el propio director. Los tiempos han seleccionado otro tipo de valores y de formas, distintos a los que Ford ejercitó en su momento.

Desde una óptica más crítica cabe indicar que, salvo en sus postreros trabajos, estaba convencido de que la verdad y el bien se encontraban en un lado, mientras que el mal se localizaba en otro y que lo conservador era un concepto valioso. Sin embargo, eso no permite considerarle, ni mucho menos, como un retrógrado. Era alguien que siempre escuchaba lo que se tenía que decir, aunque al final él tomase sus propias decisiones. Supo ser valiente desde la discreción y, siendo un artista excelente, no dejó de ser un hombre normal.

A lo largo de su carrera realizó varias secuencias -que no serán acreditadas- de películas como Aventuras de Marco Polo (1938), de Archie L. Mayo; Pinky (1949), de Elia Kazan, Hondo (1953), de John Farrow, y El Alamo (1960), de John Wayne.

Consiguió varios Oscar como mejor director: El delator (1935), Las uvas de la ira (1940), ¡Qué verde era mi valle! (1941) y El hombre tranquilo (1952), además de otra estatuilla por el documental de guerra The battle of Midway (1942).

Filmografía

Como actor

1914: Aventuras de Lucille Love.
1915: Three bad men and a girl; El nacimiento de una nación; The doorway of destruction; The hidden city; La moneda rota.
1916: The lumber yard gang; Ped o’the ring; Chicken-hearted Jim; The bandit wager.
1917: The trail of hate.
1918: Delirium.
1920: El misterio de los trece.
1971: Directed by John Ford.

Como director

Cortometrajes:
1941: Sex higene.
1942: The battle of Midway; Torpedo squadron.
1943: December 7th; We sail at midnight.
1951: This is Korea.
1958: So alone.
1959: Korea.
1971: Vietnam, Vietnam.

Largometrajes:

1917: The tornado; The scrapper; El amigo Cayena; El bravo Cayena; A prueba de balas; Bajo sentencia de muerte; Hombre entre hombres; Bucking Broadway.
1918: Bajo la máscara; Wild Women; Thieve’s gold; La gota de sangre; La envenenada; El barranco del diablo; Lealtad.
1919: Deuda pagada; Hombre sin armas; The fighting brothers; El contrabandista; The rustlers; By indian post; Gun law; El jinete vengador; The gun packer; The last outlaw; The outcasts of poker flat; The rider of the law; El jinete de hierro; El hombre de las pistolas de oro; La fuerza de las circunstancias.
1920: The prince of avenue A; La joven del cuarto 29; Ligaduras de oro; Buenos amigos.
1921: Manos de hierro; The freeze out; El golpe; Caminos de desesperación; Acción energética; Sure fire; Juanita.
1922: La señorita Sonrisas; El herrero de la aldea; Silver wings; The face on the barroom floor.
1923: Venciendo abismos; La jornada de la muerte; Sota, caballo y rey; Hoodman blind.
1924: El caballo de hierro; Hearts of oak.
1925: Corazón intrépido; Don Pancho; Sangre de pista; Con gracias a porfía.
1926: La hoja del trébol; Tres hombres malos; Al águila azul.
1927: Ser o no ser; ¡Madre mía!
1928: Cuatro hijos; El legado trágico; El barbero de Napoleón; Policías sin esposas.
1929: ¡Viva la ambición!; Shari, la hechicera; El triunfo de la audacia (codirección); Tragedias submarinas.
1930: El intrépido (codirección); Up the river.
1931: Mar de fondo; La huerfanita; El doctor Arrowsmith.
1932: Hombres sin miedo; Carne.
1933: Peregrinos; Doctor Bull.
1934: La patrulla perdida; Paz en la tierra; Judge priest.
1935: Pasaporte a la fama; El delator; Stemboat’ round the bend.
1936: Prisionero del odio; María Estuardo; The plough and the stars.
1937: La mascota del regimiento; Huracán sobre la isla (codirección).
1938: Four men and a prayer; Submarine patrol.
1939: La diligencia; El joven Lincoln; Corazones indomables.
1940: Las uvas de la ira; Hombres intrépidos.
1941: Tobacco road; ¡Qué verde era mi valle!
1945: They were expendable (codirección).
1946: Pasión de los fuertes.
1947: El fugitivo.
1948: Fort Apache; Three godfathers.
1949: La legión invencible.
1950: Bill, qué grande eres; Wagon master; Río Grande.
1952: El hombre tranquilo; What price glory.
1953: The sun shines bright; Mogambo.
1955: Cuna de héroes; Escala en Hawai.
1956: Centauros del desierto.
1957: Escrito bajo el sol; The rising of the moon.
1958: Un crimen por hora; El último hurra.
1959: Misión de audaces.
1960: El sargento negro.
1961: Dos cabalgan juntos.
1962: El hombre que mató a Liberty Valance; La conquista del Oeste (codirección).
1963: La taberna del irlandés.
1964: El gran combate; El soñador rebelde.
1965: Siete mujeres.

Otros trabajos:
1920: Under sentence (argumento).
1936: The last outlaw (argumento).
1949: El gran gorila (productor).
1951: The bullfighter and the lady (supervisor de montaje).

Bibliografía

  • BOGDANOVICH, Peter: John Ford. Madrid. Editorial Fundamentos. 1983.

  • BOURGET, J.L.: John Ford. París. Rivages. 1990.

  • FERRINI, F.: John Ford.Firenze. La Nuova Italia. 1975.

  • FORD, John: La diligencia. Madrid. Editorial Fundamentos. 1976.

  • HAUDIQUET, P.: John Ford. París. Seghers. 1976.

  • McBRIDE, J. y WILMINGTON, M.: John Ford. Madrid. Ediciones JC. 1984.

  • MITRY, Jean: John Ford. Madrid. Rialp. 1960.

  • ROLLET, P.: John Ford. París. Cahiers du Cinéma. 1990.

  • VV.AA.: John Ford. Lisboa. Cinemateca Portuguesa. 1985.

  • VV.AA.: John Ford. Madrid. Filmoteca Española. 1988.

Santiago Sánchez González / Emilio C. García Fernández

Autor

  • Santiago Sánchez González / Emilio C. García Fernández