Ford, Ford Madox (1873-1939).
Poeta, narrador, periodista y ensayista británico, nacido en Merton (en el condado de Surrey) en 1873, y fallecido en la localidad francesa de Deauville (en el estuario del Sena) en 1939. Hombre de vasta formación cultural y amplias inquietudes intelectuales, dejó impresa una profunda y rigurosa producción literaria en la que sobresale su prosa de ficción, construida a partir de una concienzuda elaboración estilística que centró su atención, principalmente, en un novedoso tratamiento del tiempo narrativo.
Hijo del crítico musical alemán Francis Hueffer y de una ciudadana inglesa, recibió en su partida de nacimiento el nombre de Ford Hermann Hueffer, con el que se le conoció hasta que en 1919 -ya con cuarenta y seis años de edad- adoptó el apellido "Ford" y empezó a firmar sus obras como Ford Madox Ford. La sensibilidad artística de su progenitor le proporcionó una esmerada formación humanística que pronto despertó su innata vocación literaria, manifiesta en el joven Ford Hermann cuando sólo contaba diecisiete años de edad. De aquella época, en efecto, datan sus primeras incursiones en la creación literaria, que a la postre quedaría configurada como una de las más fecundas de las Letras inglesas de su época, con más de sesenta novelas y otros muchos volúmenes de poesía, ensayo, memorias y crítica literaria.
Fue este precoz lanzamiento al campo de la escritura lo que le permitió establecer en plena juventud algunos contactos privilegiados con algunos de los grandes escritores de su tiempo, lo que a su vez le proporcionó un apoyo y un aprendizaje del oficio que fueron básicos en estos primeros compases de su trayectoria literaria. Entre estos pasos iniciales del joven Ford Madox Ford al lado de otros autores ya consagrados (o que iban camino de estarlo), resulta obligado reparar en la amistad que le unió al gran narrador de origen polaco Joseph Conrad, con el que Ford llegó a colaborar durante esa primera etapa de su carrera en diferentes proyectos literarios. Por aquellos años finales del siglo XIX, también entabló una sólida amistad con el poeta, narrador y periodista estadounidense Stephen Crane, que se había afincado en Londres en 1897 para olvidar su desafortunado matrimonio y alejarse de la dudosa reputación de su mujer.
Plenamente integrado, pues, en los principales foros y cenáculos literarios londinenses de finales del XIX y comienzos de la siguiente centuria, en 1908 Ford Madox Ford protagonizó una de las iniciativas culturales más destacadas del momento, sobre todo por lo que supuso de ayuda y lanzamiento a numerosos autores noveles (o carentes, hasta la fecha, de un amplio reconocimiento literario) que luego habrían de convertirse en algunas de las figuras más sobresalientes de las Letras británicas contemporáneas. Fundó, en efecto, en dicho año la prestigiosa publicación cultural English Review, en la que pronto tuvieron cabida, al lado de las firmas de otros autores célebres, esas prometedoras voces de quienes estaban llamados a protagonizar la inmediata historia literaria inglesa. Esta importante labor de animación y promoción le fue muy útil también para asegurarse el apoyo y la admiración de una comunidad artística e intelectual que, a mediados de la segunda década del nuevo siglo, saludó con entusiasmo la primera gran obra de Ford Madox Ford, una novela titulada The good soldier (El buen soldado, 1915).
En su faceta de escritor, el humanista de Merton ya era conocido por aquel entonces por sus composiciones poéticas y sus artículos de crítica literaria, difundidos no sólo en su revista, sino también en otras muchas publicaciones culturales del Reino Unido (y, posteriormente, también de París, ciudad en la que residió durante algún tiempo). Pero fue esta narración extensa la obra que le situó con pleno derecho en la elite de la narrativa contemporánea, en la que no tardó en asentarse definitivamente durante la década siguiente, merced a la publicación de su famosa tetralogía narrativa centrada en la I Guerra Mundial y, en particular, en la descripción de los avatares que vivió durante el conflicto armado internacional el protagonista de la saga, llamado Christopher Tietjens. Formada por cuatro entregas que fueron apareciendo a lo largo de los años veinte bajo los respectivos títulos de Some do Not (1924), No More Parades (1925), A Man Could Stand Up (1926) y The Last Post (1928), esta monumental narración de Ford Madox Ford fue conocida en su conjunto, muchos años después, bajo el nombre global de Parade's end (El final del desfile, 1950), título dado a una reedición póstuma de las cuatro entregas, publicada en un solo volumen a los once años de la muerte del escritor de Merton.
En líneas generales, la prosa de ficción de Ford Madox Ford (que, tal vez debido a su alambicada elaboración, nunca llegó a gozar de una gran aceptación popular, aunque sí fue objeto de la atención de la crítica especializada y de numerosos colegas de oficio) juega consciente y -en su época- de una manera muy audaz con el tratamiento de la dimensión temporal, hasta el extremo de apuntar algunos logros que, aunque apenas intuidos o esbozados por el narrador de Merton, pasaron pronto a dominar las técnicas de construcción novelística más representativas del siglo XX. Entre estos logros insinuados en las novelas de Ford Madox Ford, resulta obligado detectar la precoz presencia del procedimiento constructivo denominado "flujo de conciencia", que, considerablemente perfeccionado, apareció poco después de la publicación de The good soldier en algunos autores de tan señalado alcance universal como el irlandés James Joyce. Asimismo, fue decisiva la influencia de la obra de Ford Madox Ford en la incipiente carrera literaria de la escritora británica (nacida en la isla antillana de La Dominica) Ellen Gwendolen Rees William(1894-1979), más conocida por su pseudónimo literario de "Jean Rhys", que publicó su primer relato en 1924 y confesó que había comenzado a escribir impulsada por la lectura de las narraciones del autor de Merton.
Cabe citar, por último, antes de concluir esta apresurada semblanza bio-bibliográfica de Ford Madox Ford, algunas de sus obras en prosa que, aunque ajenas a la literatura de ficción, le granjearon también un merecido prestigio literario. Entre ellas, sobresale su espléndido ensayo titulado The english novel (La novela inglesa, 1929), en el que volvió a dar muestras de una asombrosa lucidez en el ejercicio de la crítica literaria, así como su valiosa autobiografía, publicada un año antes de su muerte bajo el título de Mightier Than the Sword: Memories and Criticisms (1938).
J. R. Fernández de Cano.
