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HistoriaPolíticaBiografía

Flores, Cirilo (1779-1826).

Político guatemalteco, nacido en 1779 en la ciudad de Guatemala y muerto el 13 de octubre de 1826 en Quetzaltenango, víctima de una revuelta popular promovida por amplios sectores del clero guatemalteco, que fue presidente de la República de Guatemala (1826).

Vida

Cirilo Flores fue un personaje destacado en los primeros momentos revolucionarios que concluyeron con la independencia definitiva de Guatemala respecto de la Corona de España. En un primer momento, Cirilo Flores se adhirió con entusiasmo al Plan de Iguala, firmado el 24 de febrero de 1821, por el que Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero apostaron por la instauración de una monarquía independiente en México, lo que hacía factible la anexión de todos los territorios centroamericanos a la nueva monarquía. El proyecto no cuajó debido al propio desmembramiento de la aventura real llevada a cabo por el ambicioso Iturbide y por la decidida disconformidad de El Salvador y Granada a dicha anexión. Finalmente, el 1 de julio de 1823 se constituyeron las Provincias Unidas de América Central y al día siguiente se formó la Asamblea Nacional Constituyente, encargada de redactar una constitución republicana y federal, en la que Cirilo Flores tomó parte activa.

La nueva república centroamericana, presidida por el salvadoreño Manuel José de Arce, comenzó su andadura política con bastante inseguridad y poco realismo político en cuanto a los deseos de unidad y optimismo hacia el futuro, máxime tras cerca de dos años de continuada desunión y caos entre sus miembros. Los serios problemas económicos y sociales que surgieron en el seno de la federación vinieron a demostrar la poca preparación de los dirigentes políticos centroamericanos y la ocasión propicia para que se implantara con éxito el tipo de nación moderna y progresista que los redactores de la Constitución de 1824 habían imaginado.

El Gobierno del presidente federal Arce nunca consiguió aplicar un control efectivo sobre ninguno de los cinco estados que formaban la federación, pero mucho menos sobre Guatemala, país que estaba presidido por el liberal radical Juan Barrundía (1824-1827), con Cirilo Flores como vicepresidente, cuyas posturas habían derivado hacia posturas muchos más extremistas si cabe que las defendidas por Barrundía. En vista de que el Gobierno de Barrundía no cesaba en sus ofensas y desafíos contra los elementos más conservadores del Gobierno federal de Arce, en abril del año 1826 éste destituyó a Barrundía y el de septiembre lo puso bajo arresto, por lo que inmediatamente Cirilo Flores se puso al frente del país, respaldado por la Asamblea Nacional guatemalteca.

Cirilo Flores se dispuso a organizar la resistencia contra el Gobierno federal y se negó a los requerimientos de Arce de disolver el ejército guatemalteco. En previsión de un más que seguro ataque por parte de las tropas federales, Flores trasladó la sede del Gobierno de la ciudad de Guatemala a la de San Martín de Jilotepegue, y más tarde a Quetzaltenango, donde la legislatura de su breve Gobierno elaboró y sancionó un gran número de inflamadas leyes liberales, entre las que destacan las de ámbito puramente religioso por su hondo calado social, tales como la declaración de los hijos de los clérigos herederos de las propiedades de la Iglesia, la abolición del Consulado y la reducción del cobro del diezmo a más de la mitad. Aunque las leyes en sí eran del todo punto imposibles de llevarse a cabo, sirvieron de base a buena parte de la legislación liberal posterior a 1829.

La permanencia de los liberales radicales en Quetzaltenango fue muy breve, consecuencia de las disposiciones antirreligiosas decretadas por Flores y por el excesivo rigor con que las llevaron a cabo sus soldados, los cuales cometieron todo tipo de tropelías y abusos amparados por la fuerza de las armas. Debido al rumor alimentado por el propio clero local, según el cual Cirilo Flores pretendía expulsar a todos los religiosos del país y expropiar todas sus pertenencias materiales, en octubre de 1826 la muchedumbre enfervorecida se rebeló contra el dominio de Flores, desarmando al ejército liberal, tras lo cual penetraron en la iglesia de la ciudad donde Flores se había refugiado y despedazaron su cuerpo sin piedad. El Gobierno liberal se derrumbó por completo.

En el año 1829, la Asamblea Nacional guatemalteca, presidida nuevamente por el liberal Barrundía, acordó honrar la memoria de Cirilo Flores con honores fúnebres propios de un jefe de Estado, además de dar su nombre a la cabecera del distrito guatemalteco de Petén.

Bibliografía

  • BETHELL, Leslie. Historia de América Latina: América Latina independiente (1820-1870). (Barcelona: Ed. Crítica. 1991).

  • VV. AA. Historia de Iberoamérica: Historia Contemporánea. Volumen nº 3. (Madrid: Ed. Cátedra. 1988).

CHG

Autor

  • Carlos Herráiz García.