Figueroa, Patricia (1949-VVVV).
Pintora chilena, nacida en Santiago el 5 de abril de 1949, perteneciente a una generación de artistas chilenos surgida en los años ochenta. Su obra se inserta dentro de un contexto de denuncia y crítica social, así como defensa de valores como el medio ambiente, la paz o la propia identidad americana. En 1994 creó su propio taller, en el que desde entonces sigue desarrollando su labor artística.
Patricia Figueroa estudió en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile, centro en el que se graduó en 1978 y donde dio clases de dibujo y grabado hasta 1981. En 1980 recibió una beca de la Fundación Amigos del Arte que le permitió completar su formación en el extranjero. Al año siguiente expuso en el marco de la V Bienal Internacional de Valparaíso, certamen que le otorgó el Primer Premio en su edición de 1985. Durante esta época pasó a formar parte, por talante artístico, de la denominada Generación del 80, integrada entre otros artistas plásticos por Omar Gatica, Carlos Maturana (Bororo), Sammy Benmayor o Enrique Zamudio. Con un importante trabajo realizado en el campo de las artes gráficas y el grabado.
La obra de Figueroa ha sido expuesta en algunas de las más prestigiosas muestras de estos géneros: VII Bienal de Londres (1982); VI Bienal de Grabado Latinoamericano y del Caribe (1983); las IX y X Muestras Independientes de Grabado de Japón (1983 y 1984 respectivamente); la II Bienal de La Habana (1986); I Bienal Internacional de Grabados de Campinas (Brasil, 1987); XIX Bienal Internacional de Sao Paulo (1987); II Bienal de Arte sobre Papel de Buenos Aires (1988); VII Bienal Iberoamericana de Arte de México (1990), en la que obtuvo el 2º Premio; Bienal de Grabado de Holanda (1993); y la Bienal de Santo Domingo (1995).
El estilo de Patricia Figueroa, sencillo y directo, pretende transmitir un claro posicionamiento personal respecto al tema que trata. Esta necesidad acuciante de expresión está acompañada por una constante experimentación, rasgo por otra parte habitual en los miembros de su generación, que se traslada tanto al uso de varias técnicas, especialmente el dibujo y el grabado, como a la inmersión en un lenguaje conceptual en el que los elementos figurativos se diluyen para acabar finalmente en la abstracción y el color es reflejo de un estado de ánimo. Respecto a la temática, cabe resaltar su compromiso con el ecologismo y la defensa del medio ambiente que plasmó en dos de sus series, Hombre-ciudad y Área Verde, muestras de su profundo anhelo por alcanzar una armonía entre el hombre y la madre-tierra. Otro tema recurrente en su obra es la denuncia de la guerra, para lo cual tomó como referencia los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki; posteriormente, cultivó el interés por lo americano, reflejado en una serie de pinturas con el expresivo título de Buscando América, o en A Ixtlán (1998).
