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HistoriaPolíticaLiteraturaBiografía

Fernández San Miguel y Valledor, Evaristo (1765-1862).

General, hombre político y escritor español, nacido en Gijón el 26 de octubre de 1765 y muerto en Madrid el 29 de mayo de 1862.

Hijo de Juan Fernández San Miguel y de Rita Valledor y Navia, personas acomodadas, estudió Matemáticas en el Real Instituto Asturiano de Gijón y Humanidades en la Universidad de Oviedo. En 1805, a los veinte años de edad, ingresó como cadete en el batallón de Voluntarios de Aragón, pasando de subteniente en 1807 al de Voluntarios del Estado, en ambos casos de guarnición en Madrid.

Parece que presenció la sublevación madrileña contra Napoleón, pero cuando se alzó el grito de independencia en Asturias, se fugó de Madrid para presentarse como voluntario en el Batallón de Covadonga, con el que tomó parte en los combates de Cabezón, San Vicente de la Barquera, Pajares y Peña del Castillo, llegó a capitán, fue hecho prisionero en este último punto y fue llevado a Francia. No parece que sean ciertos los rumores de su robespierrismo exaltado durante el cautiverio, ya que es más posible que durante el tiempo que pasó en Francia estuviera bajo la protección de dos hermanos afrancesados (según la Francmasonería en cueros, 1823). Sí lo es, en cambio, que intentó fugarse, siendo llevado por ello en 1813 a la fortaleza de Montpellier, hasta que fue liberado en 1814.

Se incorporó entonces al regimiento de Asturias, con el que tomó parte primero en la ocupación en San Juan de Luz (Francia). En 1819 ascendió a segundo comandante y fue destinado al ejército expedicionario de Ultramar y, luego, ya como segundo comandante del ejército expedicionario, que se había concentrado en torno a Cádiz, tomó parte en la Conjuración del Palmar, hasta que fue detenido por masón (con el nombre de "Patria", según consta en la lista del Archivo General de Palacio) y encerrado en el castillo de San Sebastián en Cádiz. Ello no le impidió continuar la conspiración, pues secundó la proclamación de la Constitución que hizo Riego el 1 de enero de 1820 en la localidad sevillana de Cabezas de San Juan (véase Pronunciamiento de Riego), y publicó junto con Antonio Alcalá Galiano la importante Gaceta patriótica del Ejército Nacional.

En el Ejército Constitucional ocupó San Miguel el puesto de segundo comandante del Estado Mayor y Secretario de la junta de oficiales directora del alzamiento. Acompañó a Riego en su marcha por Andalucía, de la que fue uno de los primeros historiógrafos. En efecto, en colaboración con Fernando Miranda publicó Memoria sucinta de las operaciones del Ejército nacional de San Fernando, desde su alzamiento en 1º de enero de 1820 hasta el restablecimiento total de la Constitución política de la Monarquía (Madrid, 1820). Versión diferente, sólo de San Miguel, es la Memoria sucinta sobre lo acaecido en la columna móvil de las tropas nacionales al mando del comandante general de la primera división Don Rafael del Riego, desde su salida de la Ciudad de San Fernando el 27 de Enero de 1820, hasta su total disolución en Bienvenida el 11 de Marzo del mismo año (Sevilla, Barcelona y Madrid, 1820), obra de la que se hizo una traducción francesa (París, 1820), pues figura en ella como teniente coronel.

Se le atribuye en esta época la letra del primitivo Himno de Riego. En la literatura comunera de 1823 y en la famosa Carta de Morales a Mejía, se dice de San Miguel que, corroído de envidia por la fama ajena, intentó matar a Riego en Bélmez, extremo más que incierto, pues lo más probable es que tratara de hacerse con partidarios, frente o contra Riego.

Trasladado a Madrid en de marzo de 1820, como comandante del batallón de patriotas, inmediatamente después de que el Rey aceptara la Constitución, figura en las Sociedades patrióticas de la Fontana y Amantes del Orden Constitucional. En septiembre de 1820 se le hizo salir de Madrid y fue trasladado a Valladolid junto a Manuel Velasco, sin que ninguno sepa la razón de tan precipitada salida

En aquella época fundó en Madrid El Espectador, un periódico oportunista en el que sostuvo las doctrinas liberales; también en publicó Breve indicación sobre la organización del ejército permanente, contraída particularmente a la infantería y la caballería (Madrid, 1821), folleto inspirado en el barón de Rogniat. Nombrado en 1 de julio de 1822 comandante del batallón de patriotas (que se conoció como "Batallón Sagrado"), tomó parte en el combate del 7 contra los batallones de la guardia real que entraron en Madrid con objeto de derribar el gobierno constitucional.

Fue nombrado fiscal de la causa originada por la contrarrevolución, pero abandonó este cargo al pasar a ser Ministro de Estado, no sin haber cometido la prevaricación de transformar la causa política del 7 de julio en una mera causa de sedición militar.
El 6 agosto fue nombrado interinamente ministro de la Gobernación de la Península, hasta que se presentase Fernández Gasco. Como ministro obstaculizó la labor del siguiente fiscal, Juan de Paredes, al que trató de rebatir con Observaciones sobre algunos puntos del manifiesto de D. Juan de Paredes (Madrid, 1823). Contestó con dignidad y altanería a las notas de las potencias de la Santa Alianza, lo cual le dio popularidad; pero eran palabras hueras, pues el Gobierno nada hacía para preparar la defensa del país. Cuando el rey el 19 febrero 1823 nombró otro Ministerio, San Miguel fue de los que no abandonaron el puesto mediante la treta de posponer la lectura de las Memorias ministeriales.

Se incorporó después al ejército de Espoz y Mina en Cataluña, siendo herido el 8 de octubre de 1823 en Tramaced (Huesca), llevado a Zaragoza como prisionero de guerra y el 20 de diciembre, por intervención del mariscal Lauriston, a Francia.
Residió en Agen, hasta que en mayo de 1824 se le puso en libertad con el compromiso de trasladarse al extranjero, lo que hizo instalándose en Londres. Allí tuvo una imprenta, de la que Llorens piensa que no fue muy próspera. Colaboró en algunos periódicos, y publicó Elementos del arte de la guerra (Londres, 1826).
En 1830 se trasladó a Francia, fracasando un intento de entrar en España por Cataluña. Se niega a asistir a la reunión de españoles emigrados, convocada en París el 25 de mayo de 1831, alegando que se atiene al voto que dio en la junta de Bayona.

Regresó por fin a España en mayo de 1834. Fundó inmediatamente El Mensajero de las Cortes (Madrid, 1834-1835), año en que fue repuesto en el empleo y grado de coronel, marchando al Norte a la guerra carlista. Parece que publicó también el Boletín Militar (Madrid, 1835).
Ascendió a brigadier el 16 de julio de 1836 por su participación en la batalla de Mendigorría, en la que fue herido, por lo que se le concedió la gran cruz de San Fernando. En la primavera de 1836 se le nombró comandante de la provincia de Huesca y capitán general interino de Aragón, que pronto obtuvo en propiedad. Secundó el movimiento revolucionario de 1836, para dominarlo preventivamente.

Nombrado mariscal de campo, en junio de 1836, general en jefe del ejército del centro, y diputado por Asturias para las Constituyentes de 1836-1837. Publicó De la guerra civil en España (Madrid, 1836), folleto traducido al francés y contestado por Henri Dembinsky.
Eligido diputado por Zaragoza, en 1837, publicó Constitución y Estatuto (Madrid, 1837), Las próximas Cortes (Madrid, 1837), De los facciosos (Madrid, 1837), con traducción al francés, Paz, orden, justicia (Madrid, 1837), Aristocracia (Madrid, 1837), Breves observaciones ... sobre su conducta en el mando militar de Aragón y del ejército del Centro (Madrid, 1837), y la Revista Militar (Madrid, 1838-1840).

De agosto a diciembre de 1838 fue ministro de Marina, Ultramar y Guerra, con Eusebio Bardají Azara. Publicó Breves observaciones sobre los sucesos de Agosto de 1836, y sus resultados (Madrid, 1838), Las Cortes de 1838 (Madrid, 1838), España en Octubre de 1839 (Madrid, 1839).

Fue elegido diputado a Cortes por Zaragoza, en 1840, y nombrado presidente de la Junta revolucionaria de Oviedo y su delegado ante la de Madrid, y tras la victoria de Espartero, capitán general de Castilla la Nueva.
Diputado de nuevo por Zaragoza, en marzo de 1841, gran cruz de San Fernando y de San Hermenegildo, y ministro de la Guerra, desde el 21 de mayo de 1841 hasta el 17 de julio de 1842.
Posteriormente fue capitán general de las Vascongadas hasta mayo de 1843, en que pasó a la dirección del cuerpo de Estado Mayor, ya como teniente general, y en junio de 1843, capitán general de Castilla la Nueva. Publicó Sobre los acontecimientos de España durante los meses de mayo, junio y julio del presente año de 1843 y sobre las próximas Cortes que se reunirán en Octubre 15 del mismo (Madrid, 1843) y Sobre las ocurrencias de Madrid desde principios hasta el 23 de julio del presente año (Madrid, 1843).
En agosto de 1843 marchó al extranjero, por poco tiempo, pues residió varios meses en el Escorial, trabajando en su biblioteca, en la obra que publicó después estando de cuartel en Bilbao: Historia de Felipe II, rey de España (Madrid, 1844-1847).

Fue elegido diputado a Cortes en diciembre de 1846 por Avilés (Asturias), y por el distrito de Maravillas en Madrid, optó por este último. Publicó La cuestión romana (Madrid, 1849), La cuestión española. Nueva era (Madrid, 1850), Vida de Don Agustín Argüelles (Madrid, 1851-1852), y puso prólogo al libro de Manuel Juan Diana: Capitanes ilustres y revista de libros militares (Madrid, Imprenta de J. Antonio Ortigosa, 1851).

Senador vitalicio, en 1851, y académico de la Historia, el 15 de octubre de 1852, leyó en ella el discurso de entrada el 3 de abril de 1853 sobre Depuración de la historia (Madrid, 1853). Publicó también Instituto de la Real Academia de la Historia, sus tareas y servicios que ha prestado (Madrid, 1853), Capitanes célebres antiguos y modernos (Madrid, 1853), Elogio de algunos académicos de la Historia (Zaragoza, 1853).

Presidente de la Academia de la Historia desde el 28 de octubre al 2 de diciembre de 1853, y de nuevo desde 7 de diciembre de 1855 hasta su muerte. Académico también de Arqueología y Geografía. En julio de 1854 fue nombrado capitán general de Castilla la Nueva y puesto al frente de una supuesta Junta revolucionaria de la capital, salvó al trono amenazado por la revolución.
Diputado por Asturias en las Constituyentes de 1854, defendió en ellas naturalmente la forma monárquica de gobierno. El gobierno de Espartero le premió con el ascenso a capitán general de ejército y con el nombramiento de capitán general de Alabarderos, y con la gran cruz de Carlos III, el 5 de septiembre de 1854, y la reina le concedió el ducado de San Miguel con grandeza de primera clase. Aún publicó Guía del miliciano nacional: Tratado de organización, táctica y ordenanza (Madrid, 1856) y Memoria histórica sobre el arreglo de la Deuda pública hecho en 1851 (Madrid, 1857). Se le atribuye también Observaciones sobre nuestra historia del siglo XIX. San Miguel pertenece al tipo de políticos que aparentan liberalismo, pero están al servicio de la reacción.

Bibliografía

  • Archivo de Cortes. Legajo 104, N. 84.

  • Archivo General Militar de Segovia, expediente Velasco Coello.

  • Archivo General de Palacio. Papeles Reservados, 87.

  • La Francmasonería en cueros vivos y los francmasones en faldones. O sean reflexiones sobre Las reflexiones que ha publicado el señor don Antonio Alcalá Galiano con relación al Zurriago número 79 y 80. Por dos españoles puros y netos. Gibraltar, 1823.

  • GIL NOVALES, Alberto. Las Sociedades patrióticas. Madrid: Tecnos, 1975.

  • PALAU Y DULCET, Antonio. Manual del librero hispanoamericano. 2ª ed. Barcelona, 1948-1977.

  • SUÁREZ, Constantino: Escritores y artistas asturianos. Madrid, 1936.

A. Gil Novales

Autor

  • Gil Novales.