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LiteraturaBiografía

Fernández de Madrid, Alonso (1475-1559).

Escritor ascético e historiador descendiente de familia ilustre de Palencia. Su padre, Pedro González de Madrid, era consejero de Juan II. Fue discípulo de Fray Hernando de Talavera, de quien fue biógrafo y, sin duda, recibió las ideas sobre la simplicidad evangélica y el uso del vulgar en la liturgia, que el fraile puso en práctica durante su presencia en la recién conquistada Granada, de la que fue primer obispo. En 1509, tomó posesión del arcedianato de la catedral palentina al renunciar su hermano Francisco. En 1534, es nombrado vicario general del obispado de Palencia por el obispo Francisco de Mendoza. A la muerte de éste, toma posesión de la sede en nombre del siguiente obispo, Luis Cabeza de Vaca, con el que obtuvo el cargo de provisor. En 1540, se le comisiona, junto con otro canónigo para "reformadores de la honestidad de las personas, casas y trajes".

Excelente orador, fue alabado por Antonio de Honcala en su Gramática Propaegnia. Humanista preocupado por aspectos simlares a los de su maestro, su casa fue centro del erasmismo palentino; tradujo el Enchiridion con el título de Manual del caballero cristiano hacia 1524, pues la noticia de la traducción había llegado ya a oídos de Erasmo de Rotterdam cuando, al año siguiente, el impresor alcalaíno Miguel de Eguía realizó su reimpresión del Enchiridion latino.

El éxito del libro vino precedido de una sonora polémica, también conocida por Erasmo a través de sus corresponsales españoles, ya que, antes de la publicación, Fr. García de Loaysa, fraile dominico y confesor del Emperador, señaló varios pasajes supuestamente heréticos en del libro. Sin embargo, la acción del Inquisidor General, Alonso Manrique, hermano del poeta, y de su secretario, el Doctor Luis Coronel, impuso silencio a los críticos al apoyar el libro, que apareció, probablemente en 1526, con la aprobación del Inquisidor General y su escudo de armas al frente. Esta edición se agotó enseguida. Su éxito, sin parangón en España desde la difusión de la imprenta, ha sido explicado por Bataillon debido a la polémica que la simple mención de la traducción había suscitado. Para la segunda tirada, de ese mismo año, el Arcediano escribió una epístola de agradecimiento al inquisidor Manrique. En ella, el traductor se mostraba partidario de la traducción y la difusión de la Sagrada Escritura.

Con posterioridad a la publicación de la obra, la acción contraria a Erasmo, y al propio Arcediano como su traductor, condujo a este último a una polémica con el predicador Fr. Juan de San Vicente. Finalmente, tras la derrota de las ideas erasmistas en la conferencia de Valladolid de 1527 y la posterior muerte del humanista holandés en 1536, los partidarios de Erasmo verían mermada su influencia y aumentada la presión religiosa sobre sus ideas, hasta que el libro, junto con otras muchas obras del mismo pensamiento, fue incluido en el Índice de libros prohibidos realizado por orden del inquisidor Fernando de Valdés en 1559.

La traducción de Fernández de Madrid ha sido cuidadosamente estudiada por Dámaso Alonso. Bataillon alaba su "agradable prosa, fácil y familiar, prosa de predicador empeñado ante todo en ser comprendido y en persuadir; colaborando a su modo con el autor, sin traicionarlo jamás". La conciencia del traductor de haber realizado un obra de calidad y de haber contribuido al desarrollo de las ideas de Erasmo en España se plasma en su protesta ante el maestro holandés cuando éste, habida cuenta de las críticas que recibía en España, se quejó de sus traductores. En la carta que el Arcediano del Alcor le remite, insiste en la importancia de su traducción para extender el erasmismo a personas "que nunca antes habían oído hablar de Erasmo" pues, en efecto, este libro pasó de un ámbito reducido de lectores latinos a un público mucho más amplio gracias a la traducción de Fernández de Madrid. De nuevo con palabras de Bataillon, cabe decir que "este libro, levantado hasta las nubes por la minoría, rápidamente acogido por un público cada vez más vasto, va a realizar en España una verdadera revolución espiritual".

El Arcediano tradujo además la Doctrina y amonestación caritativa de Juan Bernal Díaz de Luco. También se le atribuye una glosa al De remediis utriusque Fortunae de Petrarca que su hermano Francisco de Madrid había traducido. Además de la biografía de Fray Hernando de Talavera (Vida de fray Hernando de Talavera), de su prosa histórica se conoce su Silva palentina, o Silva de cosas memorables en la que, al hilo de una colección de retratos de los obispos de Palencia, introdujo todo tipo de sucesos curiosos. Se le ha atribuido sin fundamento el Memorial de los tiempos.

G. Fernández San Emeterio.

Bibliografía

  • Diccionario de historia eclesiástica de España, Madrid, 1972.

  • BATAILLON, M., Erasmo y España, Madrid, FCE 1995.

  • ALONSO, D., edit. (prólogo de M. Bataillon), Erasmo de Rotterdam, Enchiridion, Madrid, 1932.

Autor

  • G.F.S.E.