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Felix V, Antipapa (1440-1449).

Antipapa de la Iglesia Católica nacido el 4 de diciembre de 1383 en Chambery y muerto el 7 de enero de 1451 en Ripaille. Antipapa entre 1440 y 1449 durante los pontificados de Eugenio IV y Nicolás V. Su verdadero nombre era Amadeo de Saboya, fue el primer duque de Saboya y recibió el apelativo de el Pacífico.

Amadeo fue hijo del conde Amadeo VII de Saboya, al que sucedió en 1391 al frente de los estados familiares. Como jefe de una de las más poderosas casas nobiliarias de Europa, y debido a los intereses que la Casa de Saboya tenía en Francia, Amadeo se vio envuelto en las contiendas que enfrentaron a los Borgoñones y los Armagnacs. En 1416 logró que el emperador Segismundo, en pago a sus servicios, convirtiese el hasta entonces Condado de Saboya en Ducado, pasando a ser él mismo el primer duque de la Casa. En 1422 el emperador le concedió el condado de Ginebra.

En 1434, tras la muerte de su esposa María de Borgoña, Amadeo decidió abandonar los asuntos políticos y dedicarse a la vida contemplativa. Para ello, dejó a su hijo Luis al frente de sus estados y se retiró al monasterio de Ripaille, que él mismo había fundado. Allí, junto a cinco de sus caballero fundó la orden de San Mauricio y se entregó a una vida monástica bajo una regla redactada por él mismo.

El 23 de julio de 1431, a instancias del papa Martín V, aunque la sesión de apertura la realizó el papa Eugenio IV, puesto que Martín V había fallecido el 20 de febrero; había sido convocado el noveno concilio ecuménico de la Iglesia de Occidente, en la ciudad suiza de Basilea. El concilio basileo estuvo marcado por las fuertes tensiones que se produjeron entre los asistentes al mismo, apoyados por el emperador Segismundo I y por el duque de Milán, y el papa Eugenio IV, el cual no era partidario de la doctrina conciliar. La creciente tensión entre ambas facciones, máxime cuando una revuelta en Roma había provocado que el papa tuviese que huir a Nápoles, estalló en el verano de 1436 cuando el papa ordenó el traslado del concilio a Ferrara. La mayor parte de los miembros conciliares negaron entonces la obediencia al papa y continuaron su reunión en Basilea, donde las posturas se radicalizaron de tal manera que el 25 de junio del año 1439 se declaró depuesto a Eugenio IV, éste por su parte reaccionó excomulgando y declarando como herejes a todos los reunidos en Basilea. El conflicto llegó a su máximo desarrollo cuando el 30 de noviembre el concilio nombró a Amadeo de Saboya como nuevo papa. Amadeo, que era seglar, aceptó de mala gana, y tras largas negociaciones, el cargo el 5 de febrero de 1440. Tomó el nombre de Félix V y fue solemnemente consagrado y coronado por el cardenal d'Allamand el 24 de julio de 1440. Inmediatamente, el 23 de marzo, Eugenio IV le excomulgó en un concilio celebrado en Florencia.

El Cisma de Occidente era aún una herida demasiado reciente por lo que los diferentes estados cristianos negaron su apoyo a Amadeo de Saboya, que tan sólo pudo contar con la adhesión general de los suizos y de sus súbditos saboyanos. También tuvo el apoyo de los duques de Austria y Tirol, del Conde palatino, de la Orden Teutónica y de algunas universidades adheridas al concilio de Basilea.

La elección de un seglar como Amadeo, hombre por otro lado virtuoso y de profundas convicciones religiosas, respondió a la necesidad de los conciliares de lograr un cierto apoyo en su oposición al papado. Amadeo era uno de los principales nobles de su época, señor de ricos y extensos territorios a caballo entre Francia e Italia, y desde los que se podía amenazar la posición del papado.

Pese a la complicada posición de Felix V, éste se preocupó constantemente de proteger los intereses de la Iglesia, tratando siempre de buscar caminos para poner fin al cisma. Felix V mostró continuamente su adhesión a los principios del concilio de Constanza, en el que se había puesto fin al Cisma de Occidente.

Desde 1442, Enea Silvio de Piccolomini, posteriormente Pío II, ocupó el cargo de secretario del antipapa Felix V. Por esas fechas se sucedieron los primeros enfrenamientos entre Felix V y el concilio basileo, debidos a divergencias en cuanto al poder papal y a la distribución de las rentas. En 1443 se produjo la ruptura definitiva entre el antipapa y los conciliares, por lo que desde esa fecha, Felix V contó tan sólo con las rentas de la diócesis de Ginebra para su sustento, ya que al aceptar su nombramiento papal había renunciado definitivamente al ducado de Saboya. Felix V logró mantener su precaria posición durante seis años más, hasta que finalmente, en 1449 renunció y se doblegó ante el legítimo papa, Nicolás V.

Tras su renuncia, Amadeo fue nombrado cardenal y vicario general de los estados de la Casa de Saboya, cargos que ocupó hasta su muerte, el 7 de enero de 1451 en el monasterio de Ripaille. Felix V fue el último antipapa de la historia de la Santa Sede.

Autor

  • Juan Antonio Castro Jiménez