Félix II, Papa y Santo (¿-365).
Papa según unos, y antipapa según otros, muerto en el año 365. Fue elegido por la influencia del emperador Constancio en el 335, durante el destierro del Papa Liberio, que duró tres años. A la sazón, Félix era arcediano de la iglesia de Roma, y fue consagrado Papa por Acacio y otros dos obispos arrianos, reconociéndole Papa la mayor parte del clero romano, aunque el elemento seglar permaneció fiel casi en su totalidad, al Papa desterrado. A la vuelta de éste, salió Félix de Roma desterrado, aunque intentó con ayuda de sus partidarios ocupar la basílica Julia; fue desterrado a perpetuidad por voto unánime del senado y el pueblo de Roma y se retiró a Porto, donde murió poco después. Tras ello, San Liberio ocupó nuevamente el papado. No consta que sufriera martirio, aunque el Martirologio romano le cita como tal y lo celebra en su santoral el 20 de julio.
