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HistoriaPolíticaBiografía

Federico III, emperador del Sacro Imperio (1415-1493).

Emperador del Sacro Imperio nacido el 21 de septiembre de 1415 en Insbruk y muerto el 19 de agosto de 1493 en Linz.

Síntesis biográfica

Emperador de Alemania desde 1440 hasta la fecha de su muerte. Durante los años que permaneció en el poder intentó fortalecer la autoridad imperial, aunque los numerosos problemas a los que tuvo que hacer frente le impidieron conseguir su propósito. Coronado emperador primero en Aquisgrán en 1442 y posteriormente en Roma en 1452, gracias a las buenas relaciones que mantuvo con la Santa Sede. Su mayor éxito fue concertar el matrimonio de su único hijo, Maximiliano I, con María de Borgoña, hija de Carlos el Temerario.

Vida de Federico III

Hijo de Ernesto duque de Austria y de la princesa polaca Cimburgis de Marsovia, apenas disponemos de datos biográficos sobre los primeros años de su vida, aunque esta debió ser apacible hasta la muerte de su padre en el año 1424, cuando contaba con 9 años. Así tras el fallecimiento del mencionado duque de Austria, Federico recibió en herencia los territorios de Estiria, Carintia y Carniola, aunque debido a su corta edad fue su tío Federico del Tirol, el que se encargó de gestionar los territorios que había recibido y de hacerse cargo de su educación, puesto que fue nombrado su tutor.

Declarado mayor de edad en el año 1435, cuando contaba aproximadamente con 20 años, tras el fallecimiento de su tutor, Federico se vio obligado a asumir importantes responsabilidades, ya que por un lado recibió el control efectivo de los territorios que formaban parte de su herencia, y por otro en calidad de jefe de la Casa de Austria, aunque dicha jefatura la compartió por un tiempo con su hermano Alberto, hubo de hacerse responsable desde 1439 de la educación de sus primos, Segismundo, archiduque del Tirol, y de Ladislao, rey de Bohemia, Hungría y archiduque de la Baja Austria.

Poco tiempo después la situación de Federico cambió nuevamente, puesto que la muerte del emperador Alberto II sin descendientes, puso en sus manos la corona imperial, la cual le fue otorgada el 2 de febrero de 1440 en la ciudad de Frankfurt, tras producirse la reunión de los electores. Así hay que tener en cuenta que la candidatura de Federico fue considerada por éstos como la más beneficiosa para sus intereses, ya que el nuevo emperador apenas disponía de recursos económicos y todo hacía pensar que sería fácil de manejar, por lo que su llegada al poder no supondría graves molestias para los príncipes alemanes. Coronado el 17 de junio de 1442 en Aquisgrán, debido a su precaria situación económica los electores decidieron renunciar a efectuar el cobro de la llamada Capitulatio (donación regia), como tenían por costumbre.

Considerado por muchos autores como un hombre poco capacitado para ejercer las tareas de gobierno, la mayor parte de sus biógrafos ha considerado que Federico III decidió asumir sus nuevas funciones con extrema prudencia, puesto que la inestabilidad política de aquellos años no era propicia para emprender acciones arriesgadas. Así en un principio el emperador decidió mantenerse neutral con respecto al cisma que se había producido en la Iglesia Católica, con motivo del Concilio de Basilea. Pero debido a su elevada posición muy pronto cambió de opinión y se decidió a mediar en el conflicto, de este modo emprendió negociaciones tanto con el papa Eugenio IV (1431-1447) como con el antipapa Felix V (1439-1449). Finalmente en el año 1445 llegó a un acuerdo con el papa Eugenio, el cual con el fin de recompensar su apoyo, le entregó una importante suma de dinero, 200.000 ducados, y se comprometió a coronarle en Roma como emperador. Muy influenciado por su consejero Eneas Silvio Piccolomini, el futuro papa Pío II, Federico III intentó en todo momento mantener buenas relaciones con la Santa Sede, puesto que vio en éstas un modo de reafirmar su poder con respecto a los príncipes alemanes. Por este motivo en el año 1448 firmó el Concordato de Viena, por el cual se aseguraba la total sumisión de la Iglesia alemana a Roma, lo cual no sólo beneficiaba al papa, sino que también permitía al emperador ejercer cierto control sobre los todopoderosos obispos germanos.

Por lo que respecta al Imperio sí bien en un principio la posición de Federico fue extremadamente precaria, éste intentó en todo momento afianzar su autoridad. De este modo en primer lugar emprendió acciones para reunificar bajo su mando los territorios patrimoniales de la Casa de Austria, que permanecían divididos desde el año 1379. Esta política le llevó a enfrentarse en repetidas ocasiones con su hermano Alberto, el cual no veía con buenos ojos las aspiraciones de su hermano, y a emprender la conquista de Suiza, para lo que contó con el apoyo de la Casa de Armagnac. Así la muerte de Alberto en 1463, sin herederos, permitió al emperador hacerse con el control de toda Austria y gracias a la colaboración de los ejércitos franceses, que fueron comandados por el propio delfín el futuro Luis XI, consiguió que los suizos pasaran a estar bajo su jurisdicción en 1444, aunque la conquista de este territorio no fue duradera, ya que éstos consiguieron independizarse en el año 1450. Hay que señalar que gracias a estas actuaciones Federico III logró en cierta medida reafirmar su autoridad en el Imperio, como lo demuestra el hecho de que lograra que se disolviera la Liga Prusiana en el año 1453, que consiguiera impedir que los príncipes electores crearan un Consejo Imperial en el año 1455, puesto que consideraba que este podía lesionar sus derechos; que pudiera crear un tribunal secreto que tenía como misión aplicar la justicia imperial y controlar las actividades de los siempre levantiscos príncipes, o que en al año 1488 fuera capaz de conseguir que se firmara un armisticio entre los príncipes, caballeros y burgueses alemanes.

Casado con la hermana del rey Alfonso de Portugal, la infanta Leonor, el 16 de marzo de 1452 en Roma, donde fue coronado emperador ese mismo día, de su unión con la mencionada infanta nació un único hijo, el futuro Maximiliano I.

Pero a pesar de sus logros, la coyuntura internacional iba a jugar en contra de los intereses del emperador, ya que los turcos avanzaron por Europa casi sin oposición y a pesar de los intentos de Federico III por conseguir dinero de las Dietas, sus esfuerzos fueron infructuosos. Por otro lado tampoco pudo evitar que tras la muerte de su primo Ladislao tanto Bohemia como Hungría abandonaran la esfera de la Casa de Austria. De este modo Federico tuvo que renunciar a los territorios de Estiria, Carintia y Carniola, que fueron conquistados por Matías Corvino, el cual llegó a sitiar incluso la ciudad de Viena en el año 1485, y también abandonó toda esperanza de recuperar Bohemia, que permaneció bajo el control de Jorge Podiebrad. Por último aunque no menos importante, hay que señalar que agobiado por el problema turco, se vio obligado a realizar importantes concesiones territoriales a Polonia y a Borgoña.

Pero no todo fue negativo en el reinado de Federico III, ya que si bien su política imperial fracasó estrepitosamente, no ocurrió lo mismo con su política matrimonial. De este modo a finales de septiembre de 1472 inició las negociaciones con Borgoña, para concertar el matrimonio de su único hijo, el mencionado Maximiliano, con la única hija de Carlos el Temerario. Así sí bien en un principio estas negociaciones se vieron interrumpidas, puesto que el duque de borgoña quería obtener el título de rey y Federico III se mostró contrario en otorgarle este reconocimiento, seis semanas después de la batalla de Nancy, se concertó el matrimonio de los descendientes de ambos.

Angustiado por los problemas a los que tuvo que hacer frente durante su largo reinado y aquejado de graves problemas de salud, que llevaron a los médicos a amputarle una pierna en 1486, Federico decidió retirarse y traspasar el poder a su hijo y heredero en el año 1490. De este modo el emperador se retiró a un castillo de su propiedad situado en la ciudad de Linz, donde residió hasta la fecha de su muerte, el 19 de agosto de 1493. Los últimos años de su vida Federico III se dedicó al estudio de la botánica, la astronomía y la alquimia, ciencias por las que había sentido gran afición desde su juventud. Hombre extremadamente culto, sus contemporáneos afirmaron que siempre fue un hombre de hábitos sencillos, de carácter bondadoso y extremadamente afable con los que le rodearon, su muerte se produjo como consecuencia de una nueva intervención quirúrgica, cuando contaba con 78 años. Sus restos mortales fueron trasladados a Viena y fueron depositados en la catedral de San Esteban.

Bibliografía

  • LADERO QUESADA, M. A. Historia Universal. Edad Media. (Barcelona, Vicens Vives, 1995).

  • VALDEÓN, J. LADERO, M. A., ALVIRA, M., SÁNCHEZ, R., ÁLVAREZ, V. A., CLARAMUNT, S. Manual de Historia Universal. Baja Edad Media. (Madrid, Historia 16, 1996).

  • VAN WENITZ, A. Dinastías europeas. Historia, genealogía y estado actual desde el siglo V. (Madrid, Bitácora, 1990).

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  • 0210 CGS