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PeriodismoLiteraturaBiografía

Febres Cordero, Tulio (1860-1938).

Narrador, ensayista, compilador, periodista, tipógrafo y profesor universitario venezolano, nacido en Puertos de Altagracia (en el estado de Guaricó) en 1860, y fallecido en Mérida (en el estado venezolano homónimo) en 1938. Considerado unánimemente como el patriarca de las Letras merideñas, desarrolló una fecunda labor literaria y periodística que, sumada a sus actividades docentes y a sus innovaciones aportadas a la impresión de textos, le configura como uno de los intelectuales venezolanos más destacados de los últimos años del siglo XIX y el primer tercio de la siguiente centuria.

Tras haber cursado estudios superiores de Leyes en la Universidad de Mérida -ciudad en la que, afincado desde su infancia, pasó la mayor parte de su vida-, no quiso recibir titulación alguna hasta que, en 1900, por iniciativa de sus antiguos profesores, aceptó un graduado que debía haber obtenido dieciocho años antes, cuando puso fin a una carrera que, ya por aquel entonces, rechazó como base de su actividad profesional.

En efecto, el joven Tulio Febres no quiso ejercer la abogacía al término de sus estudios universitarios porque, ya por aquellos años, otras dos profesiones absorbían todas sus iniciativas laborales y culturales: por un lado, trabajaba como tipógrafo en una imprenta merideña, profesión que, compaginada con otras muchas actividades, mantuvo a lo largo de toda su existencia; por otra parte, el contacto con los medios impresos le introdujo de lleno en el mundo del periodismo, ocupación que se convirtió en el centro de su vida laboral y en el principal cauce de difusión del resto de su producción escrita.

En su faceta de tipógrafo, Tulio Febres Cordero fue galardonado en la Exposición Ibero-Americana de Sevilla (1929) con la Medalla de Oro, en reconocimiento a su invención de la imagotipia, procedimiento técnico que permitía la reproducción de imágenes valiéndose solamente de los tipos de imprenta. Y en su condición de periodista, su nombre comenzó a sonar a partir de 1885, cuando fundó el periódico El Lápiz; posteriormente, ocupó la dirección de otros medios de comunicación impresos, como El Interés de las Familias y El Comercio, y en 1902 fundó una nueva publicación denominada El Centavo. Además, ejerció funciones de redactor en el Anuario y la Gaceta Universitaria de la Universidad de Los Andes, institución en la que desempeñó labores docentes en calidad de profesor de Derecho e Historia. Tan importante fue la labor desempeñada por el escritor venezolano en este centro de enseñanza superior, que la propia Universidad de Los Andes creó, específicamente destinado para su reconocimiento, el título de rector honorario, cargo que, hasta la fecha, sólo ha ostentado Tulio Febres Cordero.

Al margen de este señalado reconocimiento, el escritor y periodista venezolano fue objeto de otros muchos homenajes, galardones y nombramientos que vinieron a subrayar su prestigio en el panorama intelectual hispanoamericano: fue designado miembro correspondiente en Mérida de las Academias de la Historia de Colombia y Venezuela, así como de la Academia Venezolana de la Lengua Correspondiente a la Española; además, recibió la Medalla de la Instrucción Pública de Venezuela, la Gran Cruz del Pontífice León XIII (1888) y la Medalla de Oro del Certamen Literario de Coro (1895).

Entre sus principales libros impresos a lo largo de su vida, conviene recordar los títulos siguientes: Don Quijote en América o la cuarta salida del ingenioso hidalgo de La Mancha (Mérida: Tipografía El Lápiz, 1905); La hija del cacique o La conquista de Valencia (Valencia: Imprenta Maduro, 1911); Tradiciones y leyendas (Mérida: Tipografía El Lápiz, 1911); Pancriollismo (Mérida: Tipografía El Lápiz, 1917); Memorias de un muchacho (Mérida: Ediciones Febres Cordero, 1924); Colección de cuentos (Caracas: Suramericana, 1930); y Archivo de historia y variedades (Caracas: Sur América, 1930-31). Sin lugar a dudas, entre todas esta obras la que mayor fama literaria le reportó en su tiempo (y la que actualmente brilla como el mejor exponente de su prosa creativa) es la recopilación de narraciones breves publicada bajo el título genérico de Colección de cuentos, libro en el que Tulio Febres Cordero se sirve de un lenguaje claro y sencillo -en su pretensión de coloquial, casi diríase que ingenuo- que refleja a la perfección el paisaje y los tipos humanos más característicos de la región de Mérida.

Un año después de la desaparición del escritor venezolano vieron la luz sus Páginas íntimas (Mérida: Imprenta del Estado, 1939), obra a la que siguieron otras muchas recopilaciones de los escritos de Febres Cordero, como las tituladas Mitos y tradiciones (Caracas: Ministerio del Educación, 1952) y Páginas sueltas (Mérida: Universidad de Los Andes, 1956). Toda su producción literaria y ensayística, recogida en seis volúmenes, vio la luz bajo el título de Obras completas (Bogotá: Antares, 1960), publicación a la que aún habrían de añadirse las Memorias de Tulio Febres Cordero (1910) (Mérida: Instituto Autónomo Biblioteca Nacional, 1979) y la Antología bolivariana (Mérida: Concejo Municipal del Distrito Libertador, 1983).

Bibliografía

  • - CARDOZO, Lubio. "Las memorias de Tulio Febres Cordero", en Suplemento Cultural de Últimas Noticias (Caracas), 9 de noviembre de 1979, pág. 12.

- MIRABAL S., Rosalba. Bibliografía de Tulio Febres Cordero (Mérida: Universidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones, 1992).

- PICÓN LARES, Roberto. Elogio de don Tulio Febres Cordero (Caracas: Cooperativa de Artes Gráficas, 1938).

- PICÓN SALAS, Mariano. "Don Tulio, rapsoda de Mérida", en Revista de la Universidad de Zulia (Maracaibo), 5 (1959), págs. 157-165).

- TABLANTE GARRIDO, Pedro Nicolás. "Don Tulio Febres Cordero y su graduación de doctor", en Humanidades (Mérida), 7-8 (1960), págs. 417-422.

J. R. Fernández de Cano.

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