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LiteraturaBiografía

Farrell, James Thomas (1904-1979).

Narrador y ensayista estadounidense, nacido en Chicago en 1904 y fallecido en Nueva York en 1979. Marcado desde su infancia por la dureza del entorno urbano en que le tocó crecer (el South Side de Chicago), supo extraer de aquella difícil experiencia el material necesario para construir un mundo novelesco en el que, desde los presupuesto estéticos de un naturalismo ciertamente sui generis, pretendió reflejar "la historia de América como la he conocido [...], sus esperanzas, ignominias, aspiraciones".

Nacido en el seno de una familia de procedencia irlandesa y extracción social muy humilde, pronto se vio obligado a aceptar cualquier empleo para contribuir al sostenimiento de la precaria economía doméstica. Así, entre otros muchos trabajos desempeñó el cargo de empleado en una empresa de pompas fúnebres, desde donde profundizó en ese conocimiento del microcosmos urbano que luego reflejaría en sus novelas.

A pesar de estas peregrinas ocupaciones que tuvo que aceptar para sobrevivir, el joven James Thomas Farrell dio muestras de una extraordinaria capacidad intelectual que le animó, en 1926, a matricularse en la Universidad de Chicago. Pero pronto advirtió que su interés por el cultivo de una literatura viva y palpitante, fuertemente ligada a la realidad de sus contemporáneos, iba a tener un mejor desarrollo, antes que en las aulas universitarias, en esas calles en las que había transcurrido su infancia y adolescencia; así pues, en 1929 abandonó la facultad y se instaló en Nueva York, con el firme propósito de consagrarse de lleno al cultivo de la creación literaria.

La Gran Depresión de 1929 (véase Crisis de 1929) -que Farrell vivió desde el agitado epicentro neoyorquino- le sirvió para indagar aún más en las duras condiciones de vida de las clases urbanas menos favorecidas. Desde su atento enfoque naturalista, el escritor de Chicago se fijó en las penurias de la clase trabajadora para extraer material abundante con el que configuró sus primeras entregas narrativas, constituidas por la trilogía Studs Lonigan (1932-1935). A lo largo de tres novelas (Young Lonigan, de 1932; The Young Manhood of Studs Lonigan, de 1934; y Judgment Day, de 1935), James T. Farrell esbozó una agria parábola de los efectos destructivos del sistema capitalista, reflejados en la peripecia de un joven protagonista que, de manera vertiginosa, va de degradación en degradación hasta que muere prematuramente. Entre la primera y la segunda entrega de esta trilogía narrativa, Farrell dio a la imprenta la novela experimental Gas-house McGinty (1933), obra que no despertó la expectación de críticos y lectores. Cierto es que tampoco las tres novelas citadas en el parágrafo anterior fueron recibidas con gran aplauso en el momento de su publicación; sin embargo, a medida que el escritor de Chicago iba aportando nuevos títulos, la crítica especializada empezó a valorar su empeño por crear un universo narrativo en el que cada relato venía a sumarse a esa saga urbana de personajes sometidos al desgaste y la degradación que causa el capitalismo en estado puro. Así, unos años después de su publicación la trilogía Studs Lonigan se convirtió en una de las lecturas predilectas del público norteamericano, que también tuvo ocasión de comprobar el éxito de su adaptación como serie televisiva.

A partir de 1936, James Thomas Farrell dio a la imprenta el primer relato de otro ciclo narrativo centrado en un nuevo personaje, Danny O'Neill, que, en gran medida, estaba construido a partir de varios retazos autobiográficos del propio autor de Chicago. Publicados a lo largo de más de tres lustros (1936-1953), los relatos que configuran el ciclo de Danny O'Neill son los titulados A World I Never Made (Un mundo que no hice, 1936), No Star Is Lost (Ninguna estrella se pierde, 1938), Father and Son (Padre e hijo, 1940), My Days of Anger (Mis días de furor, 1943) y The Face of Time (La cara del tiempo, 1953). Simultáneamente, Farrel fue escribiendo y publicando otras narraciones que dieron lugar a un nuevo ciclo organizado en torno a otro protagonista relevante de su universo literario, Bernard Clare (1946-1952).

En general, y a pesar del enorme éxito que logró con casi todas sus novelas, la crítica especializada acabó recriminando a James Thomas Farrell su obsesiva fijación temática y estilística. En los últimos años de su carrera se le acusó de repetirse una y otra vez, como quedaba bien patente tras la aparición de A brand new life (Una nueva vida, 1968), obra que, al cabo de treinta y seis años transcurridos desde su primera entrega narrativa, volvía a retomar el ambiente urbano y el naturalismo estético que eran una constante en toda su producción. Además, en los Estados Unidos de América el escritor de Chicago causaba cierto rechazo general por su condición de marxista, al tiempo que era también despreciado por el marxismo más ortodoxo que aún quedaba en el país.

Sin embargo, a pesar de estas objeciones Farrell logró mantener en todo momento su independencia ideológica y creativa, empeño que había dejado bien patente desde que, a comienzos de su carrera literaria, publicara su brillante y lúcido ensayo titulado A note on literary criticismo (Nota sobre la crítica literaria, 1936), donde arremetía contra ese marxismo "oficial" que cuestionaba su heterodoxia política.

Autor

  • JR.