A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
LiteraturaPolíticaPeriodismoBiografía

Falcón Garfias, César (1892-1970).

Narrador, dramaturgo, ensayista, periodista y político peruano, nacido en Lima en 1892 y fallecido en su ciudad natal en 1970. Afincado en España por motivos políticos, contrajo matrimonio con la militante comunista madrileña Irene Lewy Rodríguez ("Irene Falcón") y se significó por su activa participación en la Guerra Civil Española, así como por el destacado papel de animador cultural que desempeñó durante su prolongada estancia en suelo hispano. Coherente con la firmeza y vehemencia de sus ideas políticas, dejó impresa una lúcida e interesante producción literaria que, volcada en los moldes genéricos más variados (relato, novela, teatro, ensayo, etc.), tuvo por principal objetivo el ataque a la estética y la conciencia burguesas, así como la siembra de los principios revolucionarios que animaban a las formaciones políticas de su espectro ideológico.

Vida

Alentado desde su temprana juventud por una viva vocación humanística y una no menos entusiasta inclinación hacia la política revolucionaria, fundó, en colaboración con María Weisse, el denominado grupo "Amauta", un foro intelectual orientado a dos acciones básicas: la denuncia de los abusos del imperialismo y la demanda de mejoras laborales para la clase trabajadora peruana. Estas y otras actividades políticas le permitieron significarse muy pronto en la escena pública de su país natal, donde entabló relaciones con otros artistas e intelectuales de la izquierda peruana, como el ensayista de Moquegua José Carlos Mariátegui, con quien fundó, en 1919, el rotativo La Razón. Codirigido por ambos jóvenes, este diario progresista sobresalió enseguida entre otras publicaciones peruanas por su airada defensa de la reforma universitaria y por su firme apoyo al movimiento obrero.

El día 4 de julio de 1919, a los pocos meses de la fundación de La Razón, se produjo en Lima el triunfo del golpe de estado promovido por Augusto Bernardino Leguía, uno de los próceres más representativos de la ambiciosa oligarquía peruana. La radical oposición de Falcón y Mariátegui a la política de quien pronto comenzó a perfilarse como un auténtico dictador provocó que la Imprenta Arzobispal, editora de La Razón, se asustara ante la actitud progresista de los dos directores del cotidiano y se negara a seguir financiando su publicación; al mismo tiempo, el gobierno del presidente Leguía, por desembarazarse sin grandes escándalos internacionales de los principales líderes de la oposición, ofreció una serie de becas para viajar a Europa e "invitó" a sus enemigos políticos a aceptar este destino. Fue así como Carlos Falcón arribó a España en 1919, al tiempo que su camarada Mariátegui se dirigía a Italia para emprender, desde allí, un largo y fecundo recorrido por toda Europa (con estancias prolongadas en Francia, Alemania, Austria, Hungría y Checoslovaquia), en el transcurso del cual aprendió varios idiomas, consolidó su formación política e ideológica y se adhirió a la causa marxista y a la Tercera Internacional (o Comintern). Poco después, Mariátegui volvió a reunirse con Carlos Falcón para fundar, en compañía de otros compatriotas exiliados como Carlos Roe y Palmiro Machiavelo, la primera Célula comunista peruana, cuyo objetivo inicial fue promover desde Europa la organización política de los obreros peruanos.

En territorio español, César Falcón pronto se hizo con un relevante prestigio como activista del ala izquierda de la política internacional. Colaboró asiduamente en varios periódicos y revistas de Madrid, se dio a conocer como escritor, sufrió el acoso y la persecución del gobierno dictatorial de Miguel Primo de Rivera (que llegó a dictar contra el humanista peruano una orden de destierro) y, entre 1927 y 1939, fue responsable de la edición de diferentes publicaciones del Partido Comunista Español. Siempre pendiente de resaltar los vínculos que ligaban sus afanes políticos con sus intereses culturales, entre 1932 y 1934 alentó, junto a su esposa Irene, el denominado Grupo Nosotros, un colectivo teatral destinado a llevar la agitación revolucionaria y la propaganda comunista a los escenarios españoles. En la misma línea, colaboró en todas las iniciativas culturales (como la fundación de la revista Nosotros y de la editorial Historia Nueva), feministas (como la creación de la organización Mujeres Antifascistas) y políticas (como la fundación del partido IRYA, Izquierda Revolucionaria y Antiimperialista) de su esposa Irene, con la que además creó otro grupo de actividades dramáticas, el Teatro Proletario.

El triunfo del ejército fascista sublevado no sólo obligó a César Falcón a regresar a su país natal, sino que le privó también de la compañía de su esposa, con la que había tenido un hijo en 1926. En efecto, Irene Lewy Rodríguez (que, pese a todo, siguió siendo conocida como "Irene Falcón") acompañó a su inseparable Dolores Ibárruri -de quien fue amiga y secretaria hasta la muerte de "La Pasionaria"- en su huida a Francia, para exiliarse luego ambas luchadoras en Moscú, donde su nuevo compañero (el checo Gesminder) fue ejecutado durante las purgas estalinistas. Entretanto, el animoso activista limeño asumía en su nación la dirección de nuevos proyectos periodísticos (como Garcilaso y Nuestra Voz), aunque pronto sus ideas revolucionarias le obligaron a abandonar de nuevo el Perú rumbo al exilio, esta vez para afincarse -ya de forma definitiva- en México, donde vivió durante más de veinte años (1947-1970). Sus últimos esfuerzos editoriales, ya en territorio azteca, le permitieron lanzar otra prestigiosa publicación: Historia Nueva.

Obra

A comienzos de la década de los años veinte, cuando residía en Madrid, Carlos Falcón dio a la imprenta una espléndida colección de narraciones breves que, agrupadas bajo el título de Plantel de inválidos (1921), le presentaba como una de las voces más prometedoras de la nueva narrativa regionalista hispanoamericana. Estos relatos primerizos del escritor limeño, concebidos como una formulación literaria de sus ya bien conocidos postulados ideológicos (centrados, aquí, en la solidaridad con la población indígena y en la denuncia de las penosas condiciones en que se desarrolla su supervivencia), partían de los modelos regionalistas acuñados por Abraham Valdelomar, pero desde un claro propósito de superar los lastres localistas y modernistas que se habían apoderado de ese regionalismo todavía dominante en las Letras peruanas; para ello, César Falcón amplió la temática centrando sus narraciones en los indígenas de la sierra, y buscó nuevos cauces expresivos que, alimentados por algunas de las novedades de la Vanguardia europea, le permitieron plasmar una radical renovación del regionalismo tradicional sin traicionar, por ello, ese realismo básico que parecía reclamar para sí la corriente indigenista. Idénticos planteamientos estéticos e ideológicos sostuvieron la trama de su primera narración extensa, El pueblo sin Dios (1928), en la que el escritor limeño hace hincapié en la opresión que ejercen los propietarios de la tierra sobre la población india que la trabaja.

De aquel mismo año es la segunda novela de César Falcón Garfias, Los bajos fondos (1928), en la que puede advertirse una intensificación de las críticas y condenas dirigidas contra los explotadores, aunque ahora con un enfoque satírico -en ocasiones, verdaderamente caricaturesco- que abre una nueva vertiente estética en su producción narrativa. Esta ácida propensión hacia la sátira grotesca se hizo aún más patente en su siguiente entrega novelesca, El buen vecino Sanabria U (1947), obra que, concebida como una especie de novela histórica traspasada por una firme voluntad crítica, ofrece una lúcida y amarga interpretación de la falsa política de "buena vecindad" adoptada por el gobierno de los Estados Unidos de América en sus relaciones con los países del subcontinente americano y, en concreto, con el Perú del primer mandato del presidente Manuel Prado (1939-1945).

En la década de los años cincuenta, César Falcón ideó un ambicioso proyecto narrativo centrado en la historia reciente de España, de la que él había sido no sólo testigo privilegiado, sino también personaje destacado. Se trataba, en suma, de escribir una vasta recreación novelada de la Guerra Civil Española, proyectada en cinco entregas y concebida desde los planteamientos tradicionales de la novela histórica. El primer y único episodio de este monumental proyecto del narrador limeño vio la luz a comienzos de los años sesenta, bajo el título de Por la ruta sin horizonte (1961).

Aunque en la actualidad es recordado únicamente por las ya citadas aportaciones a la prosa de ficción, César Falcón se dio a conocer como escritor en su Lima natal por medio del estreno de algunas piezas teatrales que, como las tituladas Por culpa ajena (1914) y La casa de Ágreda (1914), gozaron del aplauso del público de su época. Además, el esforzado activista y brillante intelectual peruano dejó impresas algunas de sus ideas políticas más relevantes en varios ensayos de notable interés, entre los que cabe recordar los titulados Imperialismo y antiimperialismo (1932) y El mundo que agoniza (1945).

Bibliografía

  • "César Falcón Garfias", en Anuario bibliográfico peruano 1970-1972, Lima: Biblioteca Nacional del Perú, 1978, pp. 530-548.

  • DELGADO, Washington: Historia de la literatura republicana, Lima: Rickchar Editores, 1981.

  • FALCÓN, Jorge: El hombre en su acción: César Falcón, Lima: Ediciones Hora del Hombre, 1982.

  • ---: [selec.]: César Falcón. Exaltación y antología, Lima: Ediciones Hora del Hombre, 1971.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.