Espinosa, Celestino (¿-1830).
Orfebre español dedicado a los objetos de plata, uno de los artistas madrileños más destacados del siglo XIX. Sobre los primeros años de su vida y sobre su formación, apenas se tienen noticias. Debió de nacer en Madrid, y es muy probable que sea descendiente de una extensa familia de plateros establecidos en la Corte desde el siglo XVII, por lo que se puede pensar que realizó su aprendizaje en el taller y bajo las órdenes del platero José Larreur, perteneciente éste a otra familia de plateros establecida en Madrid desde 1730. Espinosa aprobó el examen como maestro platero en 1805 y, desde este momento, parece que fue contratado como aprendiz primero y luego como maestro en la Fábrica de Platería de Martínez, trabajo que no le impidió desarrollar su profesión de forma independiente aceptando encargos privados que realizaba en su propio taller. Salió de la fábrica antes de que empezara la Guerra de la Independencia y, durante la ocupación francesa, trabajó como fiel de la Casa de la Moneda de Madrid.
Con la restauración de Fernando VII y hacia mediados del año 1815, fue admitido de nuevo como oficial mayor del taller de platería de la Fábrica de Platería de Martínez; en realidad, sus funciones en la misma debieron de ser de mayor responsabilidad, pues todas las cuentas encontradas en este establecimiento en el periodo comprendido entre 1815 y 1819 van firmadas por él y es a él precisamente a quien se hacen los encargos de mayor envergadura.
Es probable que esta situación fuera lo que le llevó a autodenominarse director de la Fábrica de Martínez en la instancia, fechada del 13 de enero de 1817, que presentó en palacio para solicitar honores de platero de Cámara de S.M. Tales honores que no le fueron concedidos. El 18 de octubre de 1819 lo intentó de nuevo, calificándose como Oficial Mayor encargado de la dirección de la Fábrica. En un informe adjunto se le criticó que se nombrara a sí mismo director de la misma, cuando a él solo correspondían los diseños. Estos datos ponen de manifiesto el posible enfrentamiento entre este artífice y Pablo Cabrero, marido de la hija de Martínez, heredera de la Fábrica, lo que debió de originar su salida de la misma. Se estableció por su cuenta en el año 1819 y permaneció así hasta el final de sus días, período éste en el que aparecen catalogadas la mayoría de sus piezas con su marca personal.
No perdió oportunidad para entrar al servicio del monarca, así lo encontramos de nuevo en 1824 solicitando la plaza de tasador de las obras de plata que se realizaran para el Real Servicio, que estaba vacante por renuncia de Ildefonso Urquiza. Se le concedió el ansiado nombramiento de 4 de mayo de dicho año, pero sin sueldo; desde esta fecha aparece en numerosas tasaciones de las obras de los plateros de la Real Casa.
A mediados de junio del año 1827 solicitó permiso para trasladarse al Real Sitio de San Ildefonso con el fin de reponer su quebrantada salud, que estaba afectada por un reumatismo gotoso.
Mantuvo una buena relación con el Colegio de Plateros de esta villa, donde fue elegido para ocupar los cargos de mayordomo, diputado y aprobador de plata, cargo este último al que accedió en el último año de su vida, junto a Vicente Goldoni, que lo fue en el ramo de oro, en las controvertidas elecciones del año 1829, en las que interfirió el corregidor de la Villa retrasando la elección varios días después de la fecha acostumbrada.
Este dato y el hecho de que las últimas piezas que de él conocemos lleven la marca cronológica del año 1830, nos llevan a suponer, sin ninguna duda, que su muerte debió de acontecer dentro de ese mismo año o en los primeros días de 1831.
Su marca personal se presenta en un solo renglón con el apellido completo en letras capitales.
