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HistoriaPolíticaBiografía

Eslava Lazaga, Sebastián de (1684-1759).

Militar y administrador colonial español nacido en 1685 en Enériz (Navarra) y fallecido el 21 de junio de 1759 en Madrid. Militar de alto rango, se distinguió en la Guerra de Sucesión y fue nombrado luego mandatario del tercer virreinato creado en América, el de Nueva Granada. Defendió la plaza de Cartagena de Indias frente al ataque de la flota británica mandada por el almirante Vernon. Fue caballero de la orden de Santiago y encomendero de la de Calatrava.

Era hermano de Rafael Eslava y sentó pronto plaza de cadete en el tercio de Navarra. En 1702 había ascendido a alférez en el regimiento de Guardias Españoles, de creación reciente. A partir de entonces emprendió una gran carrera militar; estuvo en la primera campaña de Portugal, en el sitio de Gibraltar a las órdenes del marques de Aytona; participó con su batallón en la guerra de Sucesión (Barcelona en 1706, campañas de Extremadura y Portugal, batallas de Almansa y Zaragoza, y en las victorias de Brihuega y Villaviciosa, así como en el segundo sitio de Barcelona) hasta 1714. Ascendió a capitán en 1715 y organizó el Regimiento de Asturias, con el que estuvo en la campaña de Sicilia, participando en la toma de Mesina. Posteriormente regresó a Italia con el conde de Montemar y participó en las batallas de Bitonto y Bari.

En 1740 fue nombrado virrey, gobernador y capitán general del Nuevo Reino de Granada y presidente de la Audiencia de Santa Fe. Era un cargo de gran responsabilidad política y militar, pues estaba en el punto de mira inglés para desarbolar el sistema comercial español en Indias. Vernon había iniciado dicho objetivo en 1739 con la toma y destrucción de Portobelo y el 23 de octubre del mismo año Inglaterra declaró la guerra a España, comenzando los preparativos de ataque hacia Cartagena. La Corona española dispuso por ello la creación de un tercer virreinato en América, el del Nuevo Reino de Granada, integrando los territorios que hoy son Panamá, Colombia, Venezuela y Ecuador, para que pudiera resistir la agresión británica; Eslava fue el encargado de organizarlo y de iniciar su defensa. Fue elegido entre cuatro mariscales seleccionados para el cargo y llevaba consigo la cédula del restablecimiento del virreinato (se había hecho anteriormente un intento fallido en 1717).

Sebastián de Eslava embarcó en el navío de guerra San Luis al que acompañaba otro, el San Carlos, con una dotación de 600 hombres del tercio de marina, y emprendió la travesía atlántica, durante la cual el escorbuto mató a 154 tripulantes. Arribó al castillo de San Luis de Bocachica el 21 de abril de 1740 y desembarcó en Cartagena el 24, cuando se posesionó y fue recibido con el ceremonial apropiado. Ante lo delicado de la situación decidió quedarse en Cartagena y desistir por el momento de pasar a la capital neogranadina, por lo que otorgó poder a Francisco González Manrique para que en su nombre tomara posesión del cargo de presidente de la Audiencia de Santa Fe. Eslava no pensaba que los ingleses atacaran Cartagena, sino más bien La Habana, Veracruz o Panamá, pero cumplió bien su obligación de mejorar sus defensas con estacadas en los baluartes, algunas cortinas nuevas, la reconstrucción del fuerte de San Sebastián y el reforzamiento de los fuertes y la muralla (véase Arquitectura militar). Dado el elevado costo de todo esto tuvo que pedir un préstamo extraordinario a los neogranadinos, que despertó mucho descontento, sobre todo en Vélez, donde los vecinos protagonizaron un levantamiento en 1740, precedente del de los comuneros (véase Insurrección de los Comuneros de Nueva Granada). En total Cartagena contaba con unos 1.100 hombres distribuidos en los batallones de Aragón, España y Cartagena (este último integrado por americanos, 300 milicianos, dos compañías de pardos y 600 indios). El general Blas de Lezo mandaba además la Marina, formada por seis navíos con otros mil hombres entre soldados y marinos. El total de defensores era del orden de los 3.200, de los cuales menos de la mitad era tropa veterana. La población de Cartagena se aproximaba por entonces a los 20.000 habitantes

Inglaterra completó igualmente su plan de ataque y reforzó la flota de Vernon con la del contralmirante Chaloner Ogle, alistando 37 navíos de 60 a 94 cañones (ocho de tres puentes), 12 entre fragatas (dos de ellas con morteros de granadas reales) y paquebotes, dos bombardas, seis brulotes y 130 transportes, a bordo de los cuales embarcaron 15.000 marinos y 12.000 soldados. A éstos se añadieron cuatro batallones de coloniales norteamericanos y algunas compañías de negros jamaicanos. Era la mayor fuerza de ataque naval que se había organizado hasta entonces. La flota zarpó de Port Royal en enero de 1741 y se detuvo frente a la isla Española para tener confirmación de la noticia de que la flota francesa había regresado ya a Europa. Luego puso rumbo a Cartagena, a donde llegó el 15 de marzo de 1741. Dos días después se inició el ataque a Bocachica. Se bombardeó y luego se realizaron varios intentos de desembarco en diversos puntos. El 20 de marzo se generalizaron los ataques y desembarcos. En abril los ingleses lograron apoderarse de la bahía, pero la plaza seguía resistiendo. Vernon despachó el Spence a Inglaterra con la noticia de la victoria y en Londres se acuñaron las medallas conmemorativas, donde aparecía el Almirante Blas de Lezo de rodillas ante Vernon, entregándole su espada; estas medallas, que enseguida resultaron ridículas, se encuentran en el museo cartagenero.

Sin embargo, la defensa española y los ataques ingleses continuaron. El 20 de abril se asaltó sin fortuna el castillo de San Felipe y poco después los británicos comprendieron su fracaso e iniciaron la retirada, que se prolongó hasta el 20 de mayo cuando zarparon los últimos navíos. Eslava anunció entonces la victoria y recibió las felicitaciones, mientras Blas de Lezo quedaba injustamente en el anonimato. El virrey no se atrevió no obstante a abandonar la plaza, en lo que actuó prudentemente. Vernon realizó otro nuevo intento de apoderarse de Cartagena el 5 de abril de 1742, igualmente frustrado, y pasó luego a Portobelo, donde pudo entrar con facilidad, ya que había quedado arruinado después de la invasión de 1739. Pese a esto el inglés no se atrevió a ir a Panamá, como pretendía, y volvió a su país.

En cuanto a Eslava prosiguió su mandato algún tiempo. Atravesó algunas dificultades como consecuencia de la confiscación de alimentos y afrontó un intento de motín de la guarnición del Puerto por la demora en las pagas. Eslava mando abonarlas y todo volvió a la normalidad. En 1743 fue nombrado virrey del Perú (véase Virreinato del Perú), pero se excusó de aceptarlo a causa de su edad avanzada. El mismo año surgieron varios terremotos en Nueva Granada que le obligaron a enviar socorros a las zonas afectadas. En agosto de 1746 llegó a Cartagena la noticia de la muerte de Felipe V y tres años después la del cese de hostilidades con Gran Bretaña. Poco después (1749) se le anunció el envío de sucesor en el cargo, el nuevo virrey José Alfonso Pizarro. Sebastián Eslava embarcó hacia España el 23 de febrero de 1750. Llegó a Cádiz y se estableció en Madrid, donde fue nombrado director general de Infantería, en lugar de Lucas Espínola. Luego fue secretario del Despacho Universal de Guerra (1754), cargo que desempeñó hasta su muerte, ocurrida el 21 de junio de 1759. Al año siguiente Carlos III le honró con el título de marqués de la Real Defensa, que recayó en su sobrino Gaspar de Eslava y Monzón.

Bibliografía

  • ARRAZOLA, R.: Historial de Cartagena. Cartagena, 1968.

  • BERÁSTEGUI, A. "Relación sobre el gobierno del Virrey Eslava" en Relaciones de mando. Bogotá, Biblioteca de Historia Nacional, 1910.

  • DOUSDEBES, P. J. Cartagena de Indias. Bogotá, Plaza Fuerte, 1948.

  • ORTIZ, S. E. Nuevo Reino de Granada, El Virreinato. Historia Extensa de Colombia. Bogotá, Lerner, 1970.

MLS

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  • 0109 MLS