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FilosofíaReligiónBiografía

Escoto Erígena, Juan (800-899).

Filósofo y teólogo irlandés, Escoto Erígena (o Scotus Eriúgena, o Scotus Erigena) creó teóricamente un típico racionalismo cristiano cuyo fundamento se encuentra en el convencimiento de que fe y "ratio" son dos caminos diferentes que llevan a una única verdad.

Vida y obras.

No conocemos exactamente las fechas de su nacimiento ni de su muerte, pero sabemos que su primera formación tuvo lugar en Irlanda. Hacia el año 845 llegó a Francia, donde ocupó durante varios años una posición preeminente en la escuela palatina. En el 851 tomó parte en la controversia sobre la predestinación, y escribió el libro titulado De praedestinatione para rebatir la teoría de la doble predestinación de Gotescalco. Se adentró tanto en la teoría de que Dios no predestina a nadie para la condenación eterna, que llegó a concebir el infierno como algo puramente interior consistente en los remordimientos. Ello le valió la condena por parte de la Iglesia.
Por encargo del rey Carlos el Calvo tradujo del griego los escritos de Dionisio Areopagita y otras obras más como los Ambigua, de Máximo el Confesor; el De imagine hominis, de Gregorio Niseno y el Ancoratus de Epifanio. Lo que distinguió a Escoto Erígena no fue su conocimiento del griego, sino su pasión por el mundo conceptual que los mencionados textos le proporcionaban. De estos y otros se sirvió para escribir su obra más importante, Periphyseon, más conocida como De divisione naturae (862-866). El resultado de su trabajo fue una summa que se mantuvo hasta el siglo XII como una producción cultural única y típica. Hasta el año 870, último en que se conoce algo de su actividad, compuso algunos escritos destinados a esclarecer los tratados del Pseudo-Dionisio Areopagita, tales como Expositiones super Ierarquiam caelestem y otros.

Doctrina.

La revelación y la "ratio".

El punto de partida de la especulación de Escoto Erígena es la verdad contenida en la revelación. La letra de la revelación puede bastar para los rudos, pero quien conoce los tesoros de la "ratio" debe superar la "letra" para encontrar el "espíritu". Su actitud práctica frente a la tradición y la Iglesia es siempre de sumisión, pero su actitud teórica está guiada por la conciencia de la "verdad" de sus propias doctrinas.
Uno de los capítulos más importantes de la "ratio" es la lógica, que hace posible la estructura objetiva del pensamiento así como la de su formulación. A ella se ceñirá tanto en la exposición de su doctrina como en la refutación de la de sus adversarios.

El libro "De divisione naturae".

En esta obra describe el proceso dialéctico de división y reunificación del universo en cuatro zonas distintas: la naturaleza que no es creada y crea (Dios Padre); la naturaleza que es creada y crea (las ideas-arquetipos, lo inteligible); la naturaleza que es creada y no crea (el mundo sensible), y la naturaleza que ni crea ni es creada (Dios como fin de toda la creación). El proceso de creación o división lo entiende como una sucesión de teofanías. Dios, cuya esencia es incognoscible, se manifiesta en la esencia de todas las cosas (Dios es esentia omnium). Esto ocurre porque en Dios se identifica el conocer y el actuar, primero en su segunda naturaleza, que es el Verbo, y luego objetivándose en las entidades finitas. Al proceso de división (el exitus de los neoplatónicos), sigue el retorno de todas las cosas a Dios (reditus), en cuya base se halla la exigencia de unidad que empuja a todos los seres a desear la perfección en su unión con Dios. La muerte es la primera etapa del retorno, a la que sigue la resurrección de los cuerpos y la vida beata.

Significado del pensamiento de Escoto Erígena.

Ninguna construcción de pensamiento producida por la nueva sociedad romano-bárbara tuvo la potencia especulativa, la amplitud sistemática y la profundidad humana de la de Escoto Erígena. Gracias a él el neoplatonismo cristiano entró en el ambiente de la cultura occidental e influyó en todos los grandes místicos de la Edad Media. En 1225 sus obras fueron de nuevo condenadas por la Iglesia, como consecuencia de la prohibición de las tendencias panteístas de dos de sus grandes estudiosos: Amalrico de Bène y David de Dinant.

Autor

  • CCG.