Equiano, Olaudah (ca. 1750-1797).
Escritor norteamericano nacido hacia 1750 en Benín y muerto entre abril y mayo de 1797 en Inglaterra. Africano vendido como esclavo y después liberado, escribió una autobiografía que es la obra maestra de las narraciones primitivas de esclavitud: La interesante narración de la vida de Olaudah Equiano, o Gustavus Vassa, el africano (1789). El texto, escrito desde una fuerte posición abolicionista y con una detallada descripción de la vida en Benín, llegó a ser tan popular que en 1794 contaba ya con ocho ediciones inglesas y una en los Estados Unidos.
Capturado a la edad de 12 años, Equiano fue llevado a las Indias Orientales. Recibió cierta educación antes de que fuera puesto en libertad. Una vez en Inglaterra, se convirtió en un activo abolicionista y agitó al pueblo contra la crueldad de los británicos dueños de esclavos en Jamaica. En 1787 fue designado intendente a bordo del Vernon, que trasladaba a unos 500 ó 600 esclavos liberados hasta Freetown, Sierra Leona, para establecer una colonia allí.
La publicación de su autobiografía contó con el apoyo de los abolicionistas británicos, que por entonces estaban reuniendo testimonios que pusieran en evidencia los sufrimientos de los esclavos. En ese libro, y en los Versos Misceláneos más tarde, Equiano idealiza su pasado africano y muestra un gran orgullo por su raza, al tiempo que denuncia duramente a ciertos africanos que traficaron con esclavos (es la suya, no obstante, una perspectiva más amplia, como demuestra más adelante al dejar patentes no sólo las injusticias y humillaciones de sus compañeros de esclavitud, sino también la bondad de su propio amo y de las mujeres inglesas que lo favorecieron).
El lenguaje de la narración de Equiano es culto y muy cuidado, obviamente producto de un escritor ilustrado. Su obra, como muchas de las narraciones puritanas a las que se parece, comienza con una apología que contiene numerosos apóstrofes dirigidos a Dios, pero que, en este caso, es muy reveladora de la personalidad del autor. Muy consciente del hecho de que entrega el relato de su propia vida a un público lector, Equiano argumenta que “no es cosa poco arriesgada para un individuo privado y oscuro, y además extranjero, solicitar de este modo la indulgente atención del público, especialmente cuando prometo ofrecer aquí una historia que no es la de un santo, ni la de un héroe, ni la de un tirano”. Considerando de modo objetivo la importancia literaria de su propia autobiografía, llega a la conclusión de que “no soy tan estúpidamente vanidoso como para esperar por ella la inmortalidad o la fama literaria”, pues desea tan sólo proporcionar “cierta satisfacción” a sus “numerosos amigos”.
En conjunto, el trabajo de Equiano revela realismo y una enorme compasión por el hombre. Su autobiografía se reeditó en 1966 con una introducción y detalladas notas críticas.
