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Enríquez de Armendáriz, Alonso (1551-1628).

Religioso mercedario español nacido en Sevilla en 1551, algunos autores creen que era peruano, y fallecido en Valladolid (México) en 1628. Fue obispo de Santiago de Cuba y de Michoacán, donde realizó una gran labor apostólica y tuvo algunos enfrentamientos con las autoridades civiles.

Tomó el hábito mercedario y profesó en Sevilla en abril de 1566. Al año siguiente pasó al Perú donde fue misionero y superior de algunos conventos. En 1591, como vicario general de la provincia de la Merced de Guatemala, Lima y Chile (creada en 1561), convocó en Lima una asamblea de los provinciales de la Orden para estudiar algunos problemas de la evangelización y en la que se decidió crear la provincia de Tucumán, que hasta entonces era parte de la de Cuzco. Armendáriz fue designado obispo de Santiago de Cuba en el consistorio del 30 de agosto de 1611. Arribó a La Habana al año siguiente y se trasladó a Santiago, donde se encontró un panorama deplorable; la catedral había sido destruida cuatro años antes en un terremoto y la ciudad estaba arruinada, reducida a tan sólo 15 o 16 casas de paja.

Enríquez decidió trasladar la sede episcopal a La Habana, pero sin pedir previamente autorización del rey ni del papa. El gobernador Diego de Pereda y el Cabildo habanero se opusieron a la idea, ya que no querían interferencias del poder religioso en sus problemas. El obispo rompió entonces con la autoridad civil, privó al gobernador y a los regidores de los lugares de honor que tenían en la iglesia y les excomulgó. Los eclesiásticos marcharon en procesión con la cruz cubierta hasta la casa del gobernador y la apedrearon, con escándalo del público. Pereda se quejó por ello al arzobispo y éste levantó la excomunión, pero no se impuso castigo alguno. El 8 de septiembre de 1613 Felipe III ordenó que la sede cubana volviera a Santiago. Enríquez cumplió el mandato real y volvió a su sede, donde continuó su acción pastoral hasta 1623, cuando fue trasladado a la diócesis de Michoacán.

Como obispo de Valladolid (1623-1628) Enríquez visitó la diócesis, impulsó el buen tratamiento de los indios y fue un celoso vigilante de las buenas costumbres del clero, dando ejemplo con su persona. Celoso defensor de los derechos eclesiásticos tuvo también algunos conflictos con las autoridades civiles del Cabildo.

Según Alcedo Enríquez es el autor de la obra “Relación de lo espiritual y temporal del obispado de Cuba. Vida y costumbres de sus eclesiásticos”, que permaneció inédita en manuscrito.

Bibliografía

  • ALCEDO, A. DE. Biblioteca Americana. Catálogo de los autores que han escrito de la América en diferentes idiomas y noticia de su vida y patria, años en que vivieron y obras que escribieron. Quito, 1807, reed. de 1964, 2 vols.

  • LOPETEGUI, I.; ZUBILLAGA, F y EGAÑA, A. Historia de la Iglesia en la América Española. Madrid, 1965, 2 vols.

MLS

Autor

  • G.F.S.E. / 0109 MLS