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BiografíaFotografía

Emerson, Peter Henry (1856-1936).

Fotógrafo estadounidense, nacido en 1856 y muerto en 1936.

Vida

Emerson apareció en el panorama fotográfico cuando éste se encuentra sumergido en la búsqueda del registro del movimiento: “nada es más antiartístico que algunas posiciones de un corcel al galope que nunca habían sido vistas por el ojo pero que existen en la realidad y que ha sido registradas por Muybridge” opinaba. No obstante, para Emerson, la tarea del artista era la imitación de los efectos de la naturaleza sobre el ojo humano pero tal como lo hicieran Corot o Constable no Marey o Muybridge.

Educado como médico y con una visión ciertamente científica, abordó la fotografía en 1881 para completar sus estudios ornitológicos. Pronto llegó a la conclusión de que la fotografía era “superior al agua fuerte, al grabado en madera o el dibujo al carbón” por la precisión con que transmitía la perspectiva y que sólo quedaba relegada a la pintura por la ausencia de color. En 1886 publicó su obra Life and Landscape of the Nortfolk Broads, con copias al platino, tomadas en la zona de East Anglia, documento de la extraña vida anfibia que llevaban los habitantes de los pantanos y, ya en estas primera obras, se observa como concibió la práctica fotográfica más bien desde un punto de vista estético que documental. A ésta siguieron otras publicaciones que incluían textos que describían las costumbres de los campesinos, donde la fotografía era el núcleo central. Cada imagen había sido tomada sobre el terreno, a menudo con dificultad. Sin sentimentalismo gratuito ni artificio, se desvinculó pronto de la estética pictorialista de sus contemporáneos.

Tras haberse establecido como fotógrafo, Emerson continuó explicando su punto de vista estético y técnico en un libro de texto Naturalistic Photography for Students of the Art, curiosa mezcla de verdades y falacias donde amplió su retorcida historia del arte y propuso nuevamente la teoría de la visión que había formulado Helmholtz. Sus recomendaciones pasaron por revelar los negativos el mismo día para tener fresca la impresión mental de la imagen registrada y el rechazo al retoque. Para las copias aconsejó dos procesos: el platinotipo y el fotograbado. Lo que más le gustó del primero de ellos no era su durabilidad, característica por la que se hizo sumamente popular cuando se comercializó en 1873, sino por su calidad estética. Amó su delicadeza y los suaves tonos grises que proporcionaba. Por otro lado, el fotograbado fue para él un proceso directo de impresión similar al medio tradicional del grabado a cincel que fue utilizado por los artistas desde la época de Rembrandt. Su preferencia por ambos procesos fue ampliamente aceptada, no así su teoría de “fijar el foco”, que despertó gran controversia. Apuntó que el campo de visión humano no tiene una percepción uniforme, sino que era más definida en el centro que en los bordes. El ojo humano aísla en un paisaje a su mirada, un elemento del conjunto, un objeto, un plano, una luz… Sin embargo, goza de una continuidad en la visión; esta continuidad funciona en cascada, de objeto en objeto, de plano en plano. La selección del que mira no es de orden fisiológico sino psicológico: del aparato fotográfico al ojo humano, del ojo al individuo que mira se opera un estrechamiento, una selección inexorable y como la evacuación progresiva de un desbordamiento inútil, la eliminación de un exceso de lo real. Para comprobar sus teorías estudió los contrastes, jugó con la profundidad y determinó un centro de visión en la imagen que circunscribe mediante la puntualización y la composición de las líneas directrices, y que tiende a hacer coincidir el ángulo de sus tomas con la amplitud del campo de visión del ojo. Para acercarse a la visión humana sugirió poner ligeramente fuera de foco la lente de la cámara.

Las críticas fueron duras: “El foco naturalista según Emerson significa ningún foco, un borrón, una niebla que los dioses llorarán y los fotógrafos esquivarán”. La controversia generada despertó el interés por esta técnica de foco suave denominada por otro “fuzzygraphs” ('borrogramas').

En 1891, Emerson renunció a lo que había propugnado con tanta decisión, hasta el punto de concluir que la fotografía no era arte: “…las limitaciones de la fotografía son tan grandes que, aunque los resultados puedan dar, y a veces den, un cierto placer estético, el medio expresivo se clasificará en la jerarquía inferior entre las artes […] El control de la imagen se hace posible en un pequeño grado, variando el foco, variando la exposición, por el revelado, aunque lo dudo, y en último término por una cierta selección en los métodos de copiado. Pero los poderes vitales de la selección y el rechazo están fatalmente limitados, sujetos por barreras fijas y estrechas. No puede hacerse un análisis diferencial, ni una atenuación de ciertas partes, excepto con triquiñuelas y eso no es fotografía pura. La fotografía impura es sólo una confesión de limitaciones”.

No por ello abandonó la fotografía; el hecho de que sus trabajos posteriores se consideraran o no “arte” fue una cuestión menor. La tercera edición de Naturalistic Photography fue básicamente igual a los dos anteriores excepto en su capítulo final donde en lugar de "Fotografía, un arte pictorialista” se escribió “Fotografía, un no arte”. En realidad, su valiente renuncia fue, afortunadamente, un asunto más referido a la semántica que a la estética.

Autor

  • Mª del Mar Marcos Molano