Elena, Santa (250-329).
Madre del emperador Constantino. Nació hacia el 250 en Yorck (Inglaterra) y murió en el 329. Se casó con Constancio Cloro, general de las legiones de Bretaña. El matrimonio se celebró en el año 273 y al año siguiente nació su hijo, que llegaría a ser el emperador Constantino el Grande.
Elena vivió en la más completa oscuridad hasta que su hijo subió al trono. Una de las primeras preocupaciones de Constantino cuando tomó el título de Augusto, fue llevar a su madre a Roma, y le colmó de atenciones, declarándola Augusta, o Emperatriz.
Seguramente fue durante los años de abandono y de soledad cuando Elena se hizo cristiana. Al volver, ya cristiana, a la corte de su hijo el emperador, hubo de procurar que éste abrazase la fe. Animó a su hijo a la construcción de templos para la gloria de Dios. Constantino le confió la administración del erario imperial, y acuñó monedas con la efigie de su madre. Ya muy anciana, deseosa de venerar los lugares santos, fue a Tierra Santa, buscando todos los vestigios cristianos. Tuvo la fortuna de encontrar y distinguir la Cruz del Redentor. Levantó basílicas sobre los lugares santos: en el Calvario, en el Olivete, en Belén. Terminada su peregrinación volvió junto a su hijo, en cuyos brazos murió. Fue canonizada en el siglo IX. Su fiesta se celebra el 18 de agosto.
