El Ouafi, Bouguera (1898-1959).
Atleta francés de origen argelino, nacido en Ould Djel (Argelia) el 18 de octubre de 1898 y fallecido en París el 18 de octubre de 1959, vencedor de la prueba de maratón en los Juegos Olímpicos de Amsterdam en 1928.
Fue miembro del ejército rebelde de Abd el-Krim, en el cual sus cualidades físicas le llevaron a servir de enlace, y en 1923 se trasladó a Francia donde trabajó como operario en una fábrica de Renault. Fue descubierto durante su servicio militar en el 25º regimiento de tiradores argelinos, gracias a su portentosa exhibición en una carrera campo a través que se llevó a cabo en Argel. Tras correr en el maratón de los Juegos de París de 1924, donde cosechó la séptima plaza, acudió a Amsterdam aunque no estaba entre los principales favoritos.
El 5 de agosto de 1928 tomaron la salida 68 corredores, sobre un recorrido plano que permitía que los corredores fueran agrupados gran parte de la carrera. Al paso por el kilómetro 20, el corredor franco-argelino se encontraba en el vigésimo puesto y a dos minutos del cabeza de carrera; sin embargo, con un ritmo no muy rápido pero sí constante, remontó posiciones al mismo tiempo que los atletas de cabeza aminoraban el ritmo a causa del cansancio. Hacia el kilómetro 35 ya figuraba en el pelotón de cabeza, formado por los japoneses Kanamatsu Yamada y Seichiro Tsuda, el norteamericano Joie W. Ray, el finlandés Marti Marttelin, el chileno Manuel Plaza y él mismo; Ray lanzó el primer ataque en el kilómetro 40, seguido del finlandés, pero el estadounidense pagó el esfuerzo y debió detenerse debido a los calambres: es el momento que aprovechó El Ouafi para dejar atrás a sus rivales, seguido sólamente de lejos por Manuel Plaza. La ligereza con que recorrió los últimos metros sorprendió al público, que esperaba ver a un campeón extenuado, y, pese al último intento del chileno por recortar distancias, El Ouafi consiguió cruzar la meta en solitario con un tiempo de 2:32.57 horas.
Tras su histórico triunfo recibió invitaciones de todo el mundo y, al ser declarado profesional por la Federación Francesa -lo que significaba que dejaría de recibir ayudas oficiales- se trasladó a Estados Unidos para intentar ganarse la vida en distintos espectáculos atléticos. El profesionalismo no fue una experiencia afortunada para él, ya que apenas consiguió dinero para montar un pequeño bar que pronto fue a la ruina y le dejó relegado a la más absoluta miseria. En 1956 el público volvió a saber de él a través de una entrevista en la televisión francesa con motivo de la victoria en el maratón de los Juegos de Melbourne de otro francés de origen argelino, Alain Mimoun, que descubrió su desdichada situación. Aunque varios deportistas crearon un fondo para ayudarle, El Ouafi murió trágicamente tres años después a consecuencia de una discusión en un café-hotel del barrio parisino de Saint-Denis.
MAH
