Duun, Olav (1876-1939).
Narrador noruego, nacido en Fosnes en 1876 y fallecido en Tönsberg en 1939. Su compromiso literario con las antiguas tradiciones nórdicas (en especial, la mítica concepción de la tierra que tenían los remotos pobladores vikingos), dejó en su obra una poderosa huella vitalista que, a su vez, marcó una pauta ética y estilística en casi todos los autores noruegos de la primera mitad del siglo XX.
Nacido en el seno de una familia de escasos recursos económicos, pronto se vio obligado a trabajar la tierra o a embarcarse como pescador para contribuir al sustento de los suyos, por lo que no tuvo acceso a una verdadera instrucción académica hasta después de haber cumplido los veinticinco años de edad. A partir de entonces, su escasa pero tenaz formación autodidacta le impulsó a obtener la diplomatura de magisterio, título que alcanzó en 1904.
Fue por aquellos años cuando Olav Duun comenzó a alternar el ejercicio de la docencia con una firme vocación literaria que, en sus orígenes, mostró una especial predilección por el tratamiento de temas y la presentación de personajes relacionados con el ámbito rural noruego. Fue así como salió de la imprenta su primera novela, titulada La vieja tierra (1911), que, en el conjunto de toda su producción narrativa, puede entenderse como el preludio de la posterior obra maestra del escritor de Fosnes: Juvikfolke (Las gentes de Juvik).
Dicha obra maestra es una monumental construcción narrativa que, desarrollada en seis volúmenes que fueron apareciendo entre 1918 y 1923, toma prestada de las Letras islandesas su estructura específica de los relatos de sagas para relatar la historia de una familia desde épocas pasadas hasta los prolegómenos de la I Guerra Mundial. Fue en esta obra -que extendió el nombre y la fama de Olav Duun por todas las culturas occidentales- donde el escritor noruego resucitó el añorado vitalismo del pueblo vikingo, en medio de unas dramáticas condiciones de vida que no logran menguar el vigor físico y la fortaleza anímica de sus personajes.
Posteriormente, Olav Duun volvió a los escaparates de las librerías con otras muchas narraciones de ficción que, si bien gozaron del aprecio de sus compatriotas, no despertaron tanta expectación fuera de las fronteras Noruegas como la que había levantado Las gentes de Juvik. Poco a poco, su vitalismo poderoso y entusiasta se fue tiñendo del mismo pesimismo amargo que invadió buena parte de Europa ante la inminencia de una segunda guerra mundial, lo que quedó bien patente en la última de sus narraciones, publicada en 1938 bajo el título de Hombres potencias.
JRF.
