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LiteraturaBiografía

Dunsany, Edward John Moreton Drax Plunkett. Barón de (1878-1957).

Narrador y dramaturgo irlandés, nacido en Londres el 24 de julio de 1878 y fallecido en Dublín el 25 de octubre de 1957. Poseedor de una fecunda imaginación fabuladora y un estilo literario de gran belleza expresiva, sobresalió en su época por sus espléndidos relatos fantásticos, que le convirtieron en uno de los grandes pioneros del género narrativo de la ciencia ficción.

Vida

Nacido en el seno de una familia irlandesa de alta alcurnia (fue el decimoctavo barón de Dunsany, uno de los títulos nobiliarios británicos de mayor antigüedad), recibió desde niño una esmerada formación académica y militar tendente a convertirle en un exquisito "lord" y un aristócrata modélico, rasgos que se le acabarían reconociendo unánimemente en su país tanto por su valía intelectual como por sus cualidades físicas (aunque no pudo impedir, dada la extravagancia de su indumentaria, que se le señalase también como el hombre peor vestido de Irlanda). Tras recibir sus primeras lecciones particulares en el castillo de sus antepasados normandos donde se había criado, fue matriculado en el Eton College y, posteriormente, enviado al Royal Military College de Sandhurst, donde complementó sus conocimientos académicos con una selecta instrucción militar que le llevó a tomar parte activa en los principales conflictos bélicos en los que intervino el Reino Unido a comienzos del siglo XX, como la Guerra de los Boers (1899-1902) y la Primera Guerra Mundial (1914-1919), a las que se incorporó en calidad de oficial de fusileros.

En 1916 resultó herido de gravedad en el frente de batalla, pero, merced a su ya mencionada fortaleza física, pronto se recuperó para seguir dando rienda suelta a sus aficiones de trotamundos, entre las que sobresalía su pasión cinegética, que satisfizo tanto en su tierra natal (donde gozaba de gran reputación como cazador de zorros), como en pleno desierto del Sáhara (donde se entretuvo aniquilando cabras salvajes) y en las sabanas de Sudáfrica (en las que no perdonó la vida de cuantos leones se ponían al alcance de sus armas). Practicó, asimismo, numerosos deportes (con señalada predilección por el críquet), siguiendo en esto las modas y costumbres de la aristocracia de la época; pero, en su condición de hombre polifacético interesado por cuantas actividades tenía ocasión de conocer, brilló sobre todo a gran altura en algunas ocupaciones de tan hondo calado intelectual como el ajedrez (fue campeón nacional de Irlanda), la traducción (vertió al inglés diferentes obras latinas de Horacio), la docencia (impartió clases de literatura inglesa), el aprendizaje de idiomas (alardeaba de políglota), la política activa y la pronunciación de conferencias; y, por si todo ello fuera poco, tuvo tiempo para cultivar con singular maestría casi todos los géneros literarios, desde la poesía y el teatro hasta el relato breve y la novela extensa, pasando por las narraciones policíacas y los escritos autobiográficos (en conjunto, su producción impresa abarca más de sesenta volúmenes).

Obra

Dentro de esta vasta obra de creación, resulta obligado subrayar la importancia histórica y estética de sus textos literarios de naturaleza fantástica, precursores de los escritos de otros precipuos cultivadores del género como John Ronald Tolkien (1892-1973) y, sobre todo, Howard Phillips Lovecraft (1890-1937), quien no sólo no dudó en reconocer la influencia directa en su propia obra de la temática tratada por Dunsany, sino que tuvo además la gentileza de proclamar las virtudes de su impecable prosa literaria, con juicios como "la belleza, más que el terror, es la clave de la obra de Dunsany". En efecto, la aquilatada pluma del escritor irlandés, junto a otras cualidades unánimemente reconocidas por la crítica en sus narraciones exóticas y fantásticas (como la perfección técnica en la construcción de la trama; la variedad y originalidad en la elección de temas, tópicos y motivos; o la invención constante de personajes, situaciones e, incluso, nombres propios de sugerente capacidad evocadora) cautivó tanto a los lectores de su época como a sus colegas de oficio, hasta el extremo de que el susodicho Lovecraft llegó a ubicar a Dunsany durante algún tiempo en la cúspide de sus preferencias literarias, por encima incluso del norteamericano Edgar Allan Poe, autor por el que sintió siempre una rendida admiración.

Su período de mayor fertilidad y acierto literario -en el que escribió algunos de esos relatos paradigmáticos de la narrativa fantástica- fue el comprendido entre 1905 y 1919, cuando alcanzó sus más altas cotas de belleza expresiva, originalidad temática y perfección estilística con algunos libros de relatos como los titulados The Gods of Pegana (Los dioses de Pegana, 1905), The sword of Welleran (La espada de Welleran, 1910), The book of wonder (El libro de las maravillas, 1912) y Cuentos de los tres hemisferios (1918), sin olvidar las espléndidas piezas recogidas en el volumen A Dreamer's Tales (Cuentos de un soñador, 1910), que pasa por ser su obra maestra, donde se reveló como uno de los autores de la literatura universal que mayor partido supieron sacar del universo onírico (reconocimiento que le llevó a sostener algunas poses artísticas tan extravagantes como la cifrada en una de sus frases más conocidas: "No escribo nunca sobre las cosas que he visto; escribo sobre las que he soñado").

Creador de una mitología imaginaria (inspirada en antiguas leyendas celtas y orientales) en la que cobraba vida un mágico panteón de dioses que quedaron para siempre expuestos en las principales galerías de la literatura fantástica universal, Dunsany es recordado por algunas narraciones de tan asombrosa perfección técnica como "Una tienda en Go-by Street", "En donde suben y bajan las mareas" -auténtico homenaje a la literatura del citado Edgard Allan Poe- "Bethmoora", "Días de ocio en el país del Yann", "Caronte", "El signo", "Escapar por los pelos", "Un día en el confín del mundo", "La novia del hombre caballo" y "Misterio oriental". Sus novelas extensas carecen, empero, de ese vigor que engancha al lector desde el comienzo de todos su relatos, por lo que no gozan de tanto aprecio otras obras suyas como Unhappy Faroff Things (1919), The King of Efleand's Daughter (1924), My Ireland (1937) o su autobiografía Patches of Sunlight (Pedazos de luz, 1938).

Sí alcanzó, en cambio, un éxito notable de crítica y público con sus piezas teatrales, entre las que resulta obligado mencionar las publicadas bajo los títulos de The Glittering Gate (La puerta resplandeciente, 1909), The Gods of the Mountain (Los dioses de la montaña, 1911) -en la que se basó el músico estadounidense Norman Dello Joio para componer su famoso melodrama The Ruby (1955)-, El sombrero de seda perdido (1913), A Night at an Inn (1919), Plays of Near and Far (1922), Seven Modern Comedies (1928) y Lord Adrian (1933). Traspasada también por su viva inventiva, la producción dramática de Lord Dunsany anticipa en parte algunas de las características que más tarde serían dominantes en el teatro del absurdo.

Bibliografía

  • - CORUM, P. "Introducción" a Cuentos de un Soñador (Santiago de Chile: Yermo Frío, 2000).

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.