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MúsicaBiografía

Dolmetsch, Eugène Arnold (1858-1940).

Músico británico de origen francés, nacido en Le Mans el 24 de febrero de 1858, y fallecido en Haslemere el 28 de febrero de 1940. Fue pionero en el estudio de la música antigua y en la recuperación de numerosas piezas de música (particularmente instrumental) de aquella época; además, en su afán de perfeccionismo, interpretó dichas obras con los instrumentos originales (que él mismo fabricaba) y en el estilo propio de cada periodo.

Nació en el seno de una familia de músicos y artesanos; aprendió el arte de construir pianos en el taller de su padre, y el de la fabricación de órganos con su abuelo materno, Armand Guillouard. Tras una corta estancia en los Estados Unidos, estudió con Vieuxtemps, y en el conservatorio de Bruselas entre 1881 y 1883. Después ingresó en el Royal College of Music, donde estudió violín con Henry Holmes y armonía con Bridge; por aquel entonces, tocó en los cinco primeros conciertos que se dieron en esa institución, integrado en un cuarteto dirigido por Emil Kreuz. Desde 1885 hasta 1889, enseñó violín en el Dulwich College, donde inventó una técnica de enseñanza basada en el estudio a partir de melodías, en vez de mediante escalas o ejercicios; también con la intención de facilitar el aprendizaje, ideó la colocación de trastes en los mástiles de los violines de sus alumnos. Por esta época publicó algunos arreglos de música instrumental de Corelli, Haendel y Purcell, aunque éstos no se pueden considerar representativos de su trabajo posterior.

En 1889, cuando buscaba partituras para viola de amor con motivo de sus investigaciones, Dolmetsch se topó por primera vez con las fantasías inglesas para viola que se conservaban en la biblioteca del Royal College of Music y en el Museo Británico. Fue también por aquel entonces cuando empezó a adquirir y a restaurar instrumentos antiguos, que luego tocaría junto con su mujer (Marie Morel), su hija y algunos de sus alumnos. Durante la década de 1890 dio diversos conciertos en su ciudad natal y tuvo que sufrir también su primer divorcio (en 1894). Más tarde se trasladó a Bloomsbury, donde conoció a Elodie, la primera mujer de su hermano Edgard, con la que finalmente se casó en 1899.

Después de restaurar diversos instrumentos antiguos, Dolmetsch fabricó su primer laúd en 1893, y su primer clavicordio en 1894. Por sugerencia de William Morris, construyó también su primer clavicémbalo, que fue exhibido en la Arts and Crafts Exhibition en octubre de 1896. Fue entonces cuando Mabel Johnston contactó por primera vez con Arnold Dolmetsch en calidad de alumna; con el tiempo, se convertiría en su tercera esposa y en una aventajada aprendiza de las técnicas de fabricación de instrumentos.

En julio de 1900, Dolmetsch dotó de acompañamiento musical al espectáculo Dance Idylls, de Isadora Duncan, en la New Gallery de Londres; y en 1902, tras ciertos problemas domésticos y económicos, viajó de nuevo a los Estados Unidos, en donde fue recibido con entusiasmo. En 1903 se casó con Mabel Johnston, y en 1904 regresó a América y aceptó en Boston un trabajo con la casa Chickering & Sons (dedicada a la construcción de instrumentos), como director del departamento de fabricación de clavicémbalos, clavicordios, laúdes y violas. Algunos de sus instrumentos más perfectos datan de este periodo. Allí permaneció hasta 1911, y en este año se trasladó a París, en donde estuvo hasta 1914.

Por esta época empezó a trabajar en un libro sobre la interpretación de la música de los siglos XVII y XVIII (The Interpretation of the Music of the XVII and XVIII Centuries). Aunque muchos otros estudiosos habían tocado ya el tema, el trabajo de Dolmetsch fue uno de los más famosos e importantes, debido sobre todo a su visión omnicomprensiva. En 1914, Dolmetsch volvió a Inglaterra; durante ese año diseñó y construyó su primer clavicémbalo triangular, una especie de espineta con dos pedales que, debidamente plegaba, cabía en un taxi londinense.

En 1917 se trasladó a Haslemere, y más tarde enseño en el Dunhurst School. Poco después construyó la primera flauta dulce moderna hecha según especificaciones barrocas. Sus amigos financiaron la construcción de un taller en 1920 y, desde entonces hasta la Segunda Guerra Mundial, Haslemere se convirtió en el centro más importante de estudio y recreación de las tradiciones musicales de siglos pasados. En 1925 tuvo lugar el primer Festival de Haslemere, que consistió en dos semanas de conciertos de música antigua tocada con instrumentos contemporáneos. El Festival se repitió al año siguiente y, aunque estas primeras representaciones mostraban signos de ser casi un ensayo, el interés y el apoyo que recibieron fue tal que el festival se convirtió en un evento anual. Las partituras ejecutadas en estos primeros festivales de Haslemere, junto con los instrumentos que el músico fabricó, se conservan en la biblioteca Dolmetsch, una de las colecciones privadas más exquisitas de Inglaterra. Los talleres por él fundados todavía producen instrumentos de teclado y violas siguiendo sus procedimientos (más tarde desarrollados por su hijo Carl), pero es la flauta dulce la que se asocia especialmente con los talleres de Haslemere, y todavía hoy en día existe una gran demanda de flautas Dolmetsch por parte de alumnos e intérpretes profesionales de todo el mundo. En 1929, se estableció la Fundación Dolmetsch, con objeto de difundir el estudio y la ejecución de música antigua de acuerdo con los principios de su fundador. Esta institución publica también una revista anual, Consort, que recoge estos propósitos; fue publicada por primera vez en 1929, esporádicamente hasta 1948 y periódicamente desde entonces.

En 1937, tres años antes de su muerte, Dolmetsch fue becado con una pensión de la British Civil List; en 1938 fue nombrado en Francia Chevalier de la Legión de Honor, y en 1939 fue recompensado con un cargo honorífico por la universidad de Durham.

A lo largo de toda su carrera, y en parte debido a su naturaleza intolerante e intratable, Dolmetsch se topó frecuentemente con los prejuicios de sus contemporáneos, que sólo hacia el final de su vida empezaron a reconocer el verdadero valor de su trabajo. El principal don de Dolmetsch fue tener la habilidad y la imaginación de hacer, en un lenguaje inteligible para la gente de su tiempo, un trabajo musical que hoy en día se ha convertido en pieza de museo; y ello en un periodo en que la música antigua se ignoraba prácticamente, con excepción del ámbito de la música académica. Hoy en día, la ejecución de música antigua ha ocupado el lugar que corresponde en el conjunto de los estudios musicales; el pionero Dolmetsch ayudó a sentar las bases de este desarrollo moderno.

Autor

  • Anabel.