Díez Canseco y Corbacho, Manuel (1819-1864).
Militar y político peruano nacido en 1819 y fallecido en París (Francia) el 9 de marzo de 1864. En 1835 se unió al batallón Ayacucho que luchó en Yanacocha bajo la dirección del general Luis José Orbegoso, que le ascendió a subteniente el 4 de septiembre del citado año, por el valor demostrado por Díez Canseco en el campo de batalla. En enero de 1836, el subteniente acometió la arriesgada tarea de conquistar los castillos del Callao para la causa de Orbegoso, misión cuyo éxito le valió ascender a capitán. Con su nueva graduación, dirigió el batallón Ayacucho durante la campaña de 1838, la que significó la retirada de Orbegoso del panorama militar y político peruano.
Tras esto, Díez Canseco engrosó las filas del ejército restaurador de la Confederación peruano-boliviana y fue situado como capitán del batallón Cazadores de Ancash, con el que combatió en las campañas de Collamarca (marzo de 1841) contra las fuerzas del general Vivanco. Tras Collamarca, Díez Canseco obtuvo el grado de sargento mayor. Después de participar en la toma de La Paz (julio de 1841), destacó su heroísmo en la batalla de Agua Santa, en la que el batallón Cazadores de Ancash fue el puntal con que las tropas restauradoras se apuntaron la victoria. El general Nieto ascendió a Díez Canseco como teniente coronel, completando una brillantísima carrera militar con tan solo 23 años.
El mariscal Ramón Castilla contó con sus servicios, situándole al mando del batallón Gamarra que combatió en la batalla de Carmen Alto, el 22 de julio de 1844. Después de acabar con el sueño de la confederación, Díez Canseco ocupó diversos puestos de importancia en el gobierno de Castilla (1845-1851), sobre todo al frente del ejército, con el que alcanzó el rango de coronel en 1848. Con la retirada de Castilla de la presidencia y la sucesión del general Rufino Echenique, Díez Canseco abandonó también el protagonismo político, aunque lo volvió a recuperar en 1855, cuando se puso bajo las órdenes de Castilla en el golpe de estado que depuso a Echenique. El 5 de enero de 1855 la dirección de Díez Canseco sobre las tropas de Castilla fue decisiva para el triunfo en la batalla de La Palma, lance bélico en el que ganó el rango de general de brigada. Con este triunfo, el ya general pasó a ser uno de los hombres de confianza del regresado presidente, como el de prefecto del departamento de la Libertad (1855) y ministro de Guerra (1856). Desde este último cargo, tuvo que defender el Callao ante el ataque de los sublevados, dirigidos por el general Vivanco. A pesar del triunfo de sus hombres, esto significó un punto de inflexión en su vida, pues contrajo una grave enfermedad pulmonar en el asedio.
Alejado, pues, de los campos de batalla, Díez Canseco pasó a la política activa, como senador por Arequipa (1858), diputado por Islay (1860) y prefecto de Arequipa (1861), pasos previos a su nombramiento como general del Estado Mayor a finales de ese último año. En 1862 solicitó una excedencia militar para viajar a París, donde iba a someterse a un tratamiento para curar la enfermedad contraída en la defensa del Callao. A pesar de este tratamiento, la evolución no fue la deseada y falleció en la capital francesa dos años más tarde.
