Díaz de Haro III, Lope, Señor de Vizcaya (ca. 1245-1288): El poder y la traición en la Castilla medieval

Díaz de Haro III, Lope, Señor de Vizcaya (ca. 1245-1288): El poder y la traición en la Castilla medieval

Lope Díaz de Haro III fue un destacado noble castellano cuya figura marcó un punto de inflexión en la historia política de Castilla durante el siglo XIII. Nacido alrededor de 1245, Lope desempeñó un papel crucial en la corte de Castilla, donde alcanzó gran poder como Señor de Vizcaya, siendo conocido por su lealtad a la monarquía en algunos momentos y por sus ambiciosos intentos de aumentar su propia influencia. Su ascenso, su vinculación con importantes figuras del momento, y su trágico final son aspectos que configuran su compleja biografía.

Orígenes y contexto histórico

Lope Díaz de Haro III nació en el seno de una de las familias más influyentes de Castilla. Era hijo de Diego López de Haro III, Señor de Vizcaya, y de Constanza de Bearn, lo que lo vinculaba a dos casas nobiliarias de gran peso en la Europa medieval. Cuando su padre falleció en 1254, Lope heredó el señorío de Vizcaya, aunque en ese momento aún era un niño, lo que permitió que su madre, Constanza, asumiera la regencia del territorio.

La familia de los Haro había administrado Vizcaya durante generaciones, ejerciendo una notable influencia en la región. Sin embargo, las tensiones con el poder real eran frecuentes. El conflicto más significativo comenzó cuando Diego López de Haro III rompió relaciones con el rey Alfonso X, conocido como Alfonso el Sabio, y se alineó con Jaime I de Aragón. Este acto de desobediencia fue un punto de quiebre, ya que hasta ese momento el señorío de Vizcaya había sido fiel vasallo de la corona castellana. Jaime I, el Conquistador, fue otro de los monarcas importantes en la vida de los Haro, quien también recibió la lealtad de Lope, siguiendo el ejemplo de su padre.

La lucha por la sucesión y el ascenso al poder

Con la muerte de Fernando de la Cerda en 1275, el reino de Castilla se vio sumido en un conflicto sucesorio. Según las leyes de Alfonso X, el trono debería ser reclamado por los hijos de Fernando, conocidos como los infantes de la Cerda. Sin embargo, esta línea de sucesión planteaba un fuerte riesgo de influencias extranjeras, ya que los infantes eran hijos de Blanca de Francia, lo que habría incrementado considerablemente la presencia francesa en la corte castellana.

Por otro lado, Sancho, el hijo de Alfonso X, también reclamaba sus derechos al trono. Esta disputa generó una feroz lucha política que dividió a la nobleza castellana. En este conflicto, Lope Díaz de Haro III jugó un papel clave al respaldar a Sancho en su lucha por el trono, mientras que la familia Lara, encabezada por Juan Núñez de Lara, apoyaba a los infantes de la Cerda.

La división en los bandos proseguía hasta 1284, cuando Alfonso X falleció y Sancho IV ascendió al trono. La proclamación de Sancho como rey acabó con la oposición de los infantes de la Cerda y de los Lara, consolidando así el poder del nuevo monarca.

El auge del poder de Lope Díaz de Haro

A partir de 1285, Lope Díaz de Haro III comenzó a consolidarse como el hombre más poderoso del reino de Castilla. El ascenso de Sancho IV al trono fue clave para este ascenso, ya que el nuevo rey lo nombró su valido, confiando en él para el manejo de los asuntos de la corte. Lope ocupó inicialmente el cargo de mayordomo de palacio y más tarde el de alférez mayor del reino, lo que le permitió obtener una influencia casi igual a la del propio rey.

La relación entre ambos fue estrecha, pero también marcada por tensiones. Sancho IV confiaba tanto en Lope que, en 1287, le otorgó el control sobre las rentas de la corona al arrendarse a Abraham Barchilón, un judío vasallo de Lope. Este acto provocó una gran conmoción entre la nobleza, que comenzó a ver con malos ojos el creciente poder de Lope y su aparente intento de controlar todas las finanzas del reino.

A lo largo de esta etapa, Lope Díaz de Haro III continuó consolidando su poder, incluso intentando influir en las decisiones matrimoniales de Sancho IV. En un momento, Lope llegó a proponer que el rey se divorciara de María de Molina, su esposa, para casarse con la hija de Gastón de Bearn, lo que generó un clima de desconfianza y llevó a que Lope, ofendido, se retirara a Vizcaya.

El declive y la muerte de Lope Díaz de Haro

El año 1287 marcó el inicio del declive de Lope Díaz de Haro III. El rey Sancho IV, aconsejado por su esposa María de Molina y por el arzobispo de Toledo, decidió mejorar las relaciones con Francia, lo que fue un golpe directo para los intereses de Lope, quien abogaba por una alianza con Jaime I de Aragón. Esta postura terminó por generar una creciente enemistad entre ambos.

La situación se deterioró aún más cuando, en 1288, Sancho IV mandó asesinar a Lope y a varios de sus seguidores durante una reunión en Alfaro, donde se encontraban las Cortes de Castilla. La intervención de la reina María de Molina permitió que el infante Juan Núñez de Lara lograra salvar la vida.

La muerte de Lope Díaz de Haro III representó el fin de una época de gran influencia para los Haro en la corte de Castilla. Tras su fallecimiento, su hijo, Diego López de Haro IV, asumió el señorío de Vizcaya, pero también se rebeló contra Sancho IV, lo que mostró que la caída de Lope no significaba el final de la influencia de su familia en la región.

Relevancia histórica y legado

El legado de Lope Díaz de Haro III está marcado por su capacidad para alcanzar un poder extraordinario en un periodo de gran agitación política en Castilla. Su papel como valido de Sancho IV y su influencia sobre la corte reflejan las complejas relaciones entre la nobleza y la monarquía en la Edad Media. Aunque su ascenso estuvo marcado por la traición y las intrigas, Lope se erige como un personaje clave en la historia de la nobleza castellana.

Hoy, el recuerdo de Lope Díaz de Haro III perdura como una de las figuras más emblemáticas del Señorío de Vizcaya. La familia de los Haro, que gobernó la región durante siglos, tuvo una influencia duradera en la historia de Castilla. Sin embargo, el trágico final de Lope, asesinado por su propio rey, resalta las tensiones internas que caracterizaron la política castellana durante este turbulento periodo de su historia.

Su historia es un recordatorio de las complejidades del poder medieval y las duras consecuencias de las luchas internas en los reinos europeos.

Bibliografía

  • DE LEZA, J. Los López Díaz de Haro, Señores de Vizcaya y Señores Cameros en el gobierno de la Rioja durante la Edad Media: 1016-1134. Logroño, 1954.

  • SERRANO, L. Orígenes del Señorío de Vizcaya en época anterior al siglo XII. Bilbao, 1941.

  • VVAA. Edad Media y Señoríos: el Señorío de Vizcaya. Bilbao; Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Vizcaya, 1972.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Díaz de Haro III, Lope, Señor de Vizcaya (ca. 1245-1288): El poder y la traición en la Castilla medieval". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/diaz-de-haro-iii-lope-sennor-de-vizcaya [consulta: 3 de octubre de 2025].