A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaPolíticaBiografía

Davis, Jefferson (1808-1889).

Político y militar estadounidense, primer y único presidente de la Confederación de los Estados del Sur durante la Guerra de Secesión (1861-1865).

Nació el 3 de junio de 1808, en Christian County, actual Todd County (estado de Kentucky), y murió el 6 de diciembre de 1889, en Nueva Orleans. Aunque de profundas convicciones sudistas y partidario de permanecer dentro de la Unión federal, Jefferson Davis no dudó en ponerse al frente de la Confederación Sudista nada más estallar la guerra, período en el que tuvo que enfrentarse a los intereses de la poderosa oligarquía terrateniente.

Miembro de una típica familia terrateniente sudista, el joven Davis se crió en la plantación de sus padres. En el año 1824 ingresó como alumno en la prestigiosa academia militar de West Point, de donde salió graduado como teniente en el año 1828, sirviendo en varios puestos fronterizos del Oeste durante los siguientes siete años hasta que, por motivos de salud, tuvo que retirarse del Ejército en 1835, después de haber sostenido un gran número de batallas y escaramuzas con las tribus indias de la zona. Ese mismo año, Davis contrajo matrimonio con Sarah Knox, hija del general Zachary Taylor, futuro presidente de los Estados Unidos, tras de lo cual se retiró a su plantación de algodón.

En el año 1843, Jefferson abandonó su tranquila vida de hacendado para trabajar en la campaña política del futuro presidente James Knox Polk. Así mismo, Jefferson consiguió ser elegido miembro de la Cámara de Representantes del país en representación del estado de Mississippi, donde se distinguió como uno de los más notables defensores del sistema esclavista imperante en los estados sureños.

Nada más comenzar la Guerra Mexico-estadounidense (1846-1848), como consecuencia de la anexión de los Estados UNidos de los territorios mexicanos de Texas, Jefferson Davis participó en varias campañas militares con el grado de coronel, distinguiéndose en las batallas de Monterrey y Buena Vista, en la que fue herido de gravedad. Gracias a la popularidad que adquirió por sus hazañas bélicas, tras el cese del conflicto fue nombrado senador interino en el año 1847, y efectivo en 1851, representando en ambas ocasiones a Mississippi.

En el transcurso de su actividad como senador, Jefferson Davis se significó por mantener la postura contraria al federalismo imperante, es decir, mantuvo vigente su apoyo al sistema esclavista y a la relajación del poder y control del Gobierno central sobre todos los estados de la Unión, lo que viene a demostrar que Jefferson Davis nunca fue partidario de la separación efectiva de los estados esclavistas y agrícolas del sur, sino que defendía una mayor autonomía de gobierno. Entre los años 1851 a 1853, Jefferson Davis se retrajo de la actividad política al ser derrotado en las elecciones para gobernador de Mississippi, pero cuando su buen amigo Franklin Pierce presentó su candidatura presidencial, Davis Jefferson volvió a salir de su semiaislamiento político para ayudarle en la campaña, la cual resultó ganadora para Pierce.

Franklin Pierce (1853-1857) nombró a Jefferson secretario de Guerra (ministro), puesto que desempeñó los cuatro años de mandato presidencial y en los que mostró una parcialidad preocupante en favor de los oficiales de origen sureño, circunstancia que no hizo más que agravar el clima de enfrentamiento entre los dos bandos, el nordista y el sudista. Jefferson Davis logró convencer al presidente Pierce para que aprobase la polémica Ley Kansas-Nebraska, en el año 1854, por la que ambos estados pasaban a ser miembros de pleno derecho de la Unión manteniendo también una economía básicamente esclavista.

De nuevo nombrado senador por Mississippi bajo la presidencia de James Buchanan (1857-1861), Jefferson Davis radicalizó bastante su discurso político, a la par que fue designado en el Senado portavoz de los estados sudistas, claro signo de que la división política y social ya estaba gestada desde bastante antes del estallido de la guerra.

La elección presidencial de Abraham Lincoln, en marzo de 1861, significó un duro golpe para las aspiraciones de los demócratas sureños, habida cuenta de que el nuevo presidente no estaba dispuesto a permitir cualquier intento de secesión ni veleidad alguna de tipo nacionalista. Un mes antes, el 18 de febrero, el Congreso provisional de la Confederación Sudista proclamó su separación definitiva de los estados de la Unión federal y nombró a Jefferson Davis presidente de la Confederación de los Estados del Sur, con capital en Richmond (estado de Virginia). La nación rebelde comprendía los siguientes estados: Carolina del Sur, Mississippi, Florida, Alabama, Louisiana y la recién incorporada Texas.

Jefferson Davis tomó posesión oficial de su cargo el 22 de febrero de 1862, en Richmond. Como presidente de la recién creada república sudista, Jefferson se mostró como un hábil organizador, enérgico e infatigable, siendo el verdadero motor de la causa confederada, creando un nuevo ejército que él mismo equipó con su dinero y con los pocos ingresos que pudo obtener durante todo el conflicto y estableciendo patentes de corso con el fin de romper el duro bloqueo naval que había impuesto el ejército federal. Jefferson nunca se mostró débil ni dispuesto a rendirse, sino todo lo contrario, alentó hasta el final a sus tropas dando ejemplo de sacrificio, circunstancia que le hizo ser querido por la tropa aún en los peores momentos de la guerra. Pero, a raíz de los enormes gastos producidos por la contienda, del escaso apoyo y reconocimiento de la causa sudista en el extranjero y, especialmente, por sus continuos enfrentamientos con los miembros más radicales de la doctrina esclavista y con los gobernadores y jueces confederados, celosos de la asunción de jurisdicciones y poderes del ejecutivo, Jefferson Davis comenzó a darse cuenta, los dos últimos años de la contienda, de la imposibilidad de ganar y menos aún de llegar a un acuerdo mínimo y respetable con el presidente Abraham Lincoln, todo ello a pesar de haber sido capaz de levantar un enorme ejército sudista y de contar con el prestigioso general Robert E. Lee como comandante en jefe del Ejército Sudista.

Obligado a abandonar Richmond, el 2 de abril de 1865, Jefferson Davis se estableció en Danville, de donde huyó cuando se conoció la noticia de la caída de Richmond, que significó el fin de la Guerra de Secesión. El 10 de mayo de ese mismo año, Jefferson fue detenido cuando se encontraba en Irwinville (estado de Georgia), siendo inmediatamente recluido en la prisión de Fort Monroe (estado de Virginia), donde permaneció por espacio de dos años, acusado de traición, en los cuales nunca fue juzgado, aunque los primeros meses fue terriblemente castigado, acusado de ser el instigador directo del asesinato del presidente Abraham Lincoln, el 15 de abril de 1865.

Jefferson fue puesto en libertad provisional, en el mes de mayo de 1867, después de pagar una fuerte fianza de 10.000 dólares, pagada por su amigo Horace Greeley. En el año 1869, el Gobierno federal retiró la acusación sobre Jefferson. Después de participar en varios proyectos empresariales, todos ellos fallidos, Jefferson Davis se retiró definitivamente de la vida política y empresarial para vivir sus últimos años en la localidad de Biloxi (estado de Mississippi), hasta su muerte en Nueva Orleans, en el año 1889. Antes de morir, Jefferson dejó escritas dos obras de especial interés para comprender tan delicado período histórico de los Estados Unidos de América: Rise and Fall of the Confederate Government (Nacimiento y caída del Gobierno Confederado) y Short History of the Confederate States of America (Pequeña historia de los Estados Confederados de América).

Bibliografía

  • HERNÁNDEZ SÁNCHEZ-BARBA, Mario: Historia de los Estados Unidos de América: de la República burguesa al Poder presidencial. Madrid: Marcial Pons. 1997.

  • JONES, Maldwyn: Historia de los Estados Unidos (1607-1992). Madrid: Cátedra. 1995.

  • THOMAS, Emory. F: The Confederate Nation: 1861-1865. Nueva York: Harper & Row. 1979.

Carlos Herráiz García.

Autor

  • Carlos Herráiz García.