A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
EsculturaBiografía

Curatella Manes, Pablo (1891-1962).

Escultor argentino, representante de las vanguardias artísticas de la primera mitad del siglo XX en su país.

Séptimo de una familia de nueve hijos, Pablo Curatella Manes nació en La Plata (Buenos Aires) el 14 de diciembre de 1891 y falleció el 14 de noviembre de 1962 en Buenos Aires, a los 71 años. Su padre, Antonio Curatella, de origen italiano, fue escultor decorativo. Su primer trabajo fue el de tipógrafo en una imprenta pero, tras sufrir un accidente, decidió abandonar este oficio. En 1905 se trasladó con su familia a Buenos Aires, ciudad en la que se inició en la escultura en el taller de Arturo Dresco, taller donde aprendió el oficio y llegó a dominar un tipo de modelado muy refinado. Durante estos años disfrutó del ambiente tradicional del taller de su maestro, hombre bueno y paternal, que se encontraba siempre rodeado de artistas. Por consejo del propio Dresco, concluyó sus estudios en la Academia Nacional de Bellas Artes en 1907. Su actitud en esta escuela fue frecuentemente de abierta oposición a las opiniones de sus profesores; finalmente, fue expulsado por rebelde. Por estas fechas realizó una serie de bustos de sus hermanos. Entre 1908 y 1910 colaboró con el artista Correa Morales en la conclusión de detalles accesorios de los monumentos ejecutados por ese maestro. Ante la necesidad de ampliar sus estudios, viajó a Europa. En 1910 llevó a cabo, con éxito, un plan audaz: realizó una medalla con la efigie del vicepresidente de la nación, Victorino de la Plaza, y la hizo fundir en oro con los ahorros de toda la familia. Se la entrega al vicepresidente quien, asombrado, le otorgó una beca del gobierno de su provincia para que continuara sus estudios artísticos en Florencia. Se radicó dos años en Florencia y en Roma y practicó la escultura figurativa, llevando a cabo algunas piezas de tamaño monumental; pero muy pronto encontró más provechoso conocer las obras de arte que encierran los museos, las iglesias y los monumentos arquitectónicos del viejo continente y abandonó la academia para iniciar un viaje por Europa que le llevó a visitar Francia, Inglaterra, Alemania, Austria, Bélgica y Holanda.

En 1912 expuso por primera vez en el Salón Nacional de Buenos Aires. Un año más tarde se instaló en París, en el barrio de Montparnasse, y trabajó con Maillol y, más tarde, con Bourdelle. En 1914, tras el inicio de la primera guerra, volvió a la Argentina. En 1917 realizó su segundo viaje a Europa y de nuevo se instaló en París, para matricularse en la Academia Ranson con Maillol, Maurice Denis y Sérusier. Realizó un viaje por España y visitó Madrid y Barcelona; expuso sus esculturas en ambas ciudades. En 1918 regresó a Buenos Aires y fue a partir de este periodo cuando sus esculturas comenzaron a reflejar la intención de simplificar de la figura. En 1920 realizó su tercer viaje a Europa; nuevamente se radicó en París para estudiar con Bourdelle y vivir la efervescencia artística que se concentraba en esta ciudad. Conoció a Lhote, que influyó en algunas de sus obras, pero la influencia definitiva vino de la mano del grupo de artistas que frecuentaba y con los que llegó a entablar amistad, entre otros Juan Gris (uno de los más influyentes), Léger, Gleizes, Severini, Laurens, Brancusi, Gargallo, Maurice Raynal o Pierre Reverdy. En 1922 se casó con la pintora francesa Germaine Derbecq e instaló su taller en el número 12 de la rue St. Gilles. En 1925 expuso junto con un grupo de escultores en la galería Vavin. Un año más tarde obtuvo una medalla de plata en la Exposición de Artes Decorativas por su relieve Lancelot y Genevieve; ese mismo año, 1926, fue nombrado canciller en la Embajada Argentina en París. A partir de entonces se vio ligado a la diplomacia argentina desempeñando distintos cargos. En 1929 fue invitado a participar en la Primera Exposición de la Escultura Moderna organizada por Teriade en la Galería Berheim, en la cual figuran los nombres más destacados de la época. En 1933 recibió el Segundo Premio del Salón Nacional de Buenos Aires. En 1934 nació su hijo Jorge. En 1937, ya consagrado como uno de los escultores más importantes de su país, el Comité de Buenos Aires le encargó ejecutar dos altorrelieves que representan dos mapas, uno de Argentina y el otro de los dos hemisferios, destinados a decorar el hall del Pabellón Argentino en la Exposición Internacional y Universal de París. Además actuó como miembro y asesor del jurado de este pabellón argentino, donde el gobierno francés le condecoró con la Legión de Honor, y como Comisario adjunto y Miembro de jurado superior de Artes Plásticas de dicha exposición. En 1939 fue nombrado Canciller de primera clase y, en vísperas de la guerra, fue encargado de la sección de repatriación de los argentinos residentes en Francia. En 1940 se trasladó con el personal de la Embajada a Vichy. Durante la guerra, trabajó con pocos recursos y se dedicó a dibujar y a realizar maquetas en plastilina, metal o cartón. En esta época creó la que denominó Estructura Madre, un arquetipo que le sirvió como base para realizar otras esculturas. En 1945, y tras la liberación, se trasladó a Boulogne-Sur-Mer para salvar la casa del general San Martín, seriamente dañada por los bombardeos. Ese mismo año fue nombrado Secretario de segunda clase. En 1946 participó en el Salón de los Independientes y siguió haciéndolo hasta 1949. Un año después obtuvo el Primer Premio en el Salón Nacional de Artes Plásticas de Buenos Aires y, tras participar junto a Arp, Calder, Giacometti, Laurens y Picasso en una muestra en la galería Denise-René de París, fue destinado por la Embajada a Oslo. En 1949 fue nombrado Encargado del Consulado General en Atenas. Ese mismo año hizo una donación de treinta y una de sus obras en yeso, con la intención de que fueran fundidas y exhibidas en el museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Las esculturas nunca llegaron a su destino ya que la donación no fue aceptada hasta el año 1955, año en que el Gobierno Argentino las aceptó por decreto y las destinó al Museo Nacional de Bellas Artes. En 1951 volvió a Buenos Aires, llamado por la Cancillería, y comenzó a trabajar con nuevos materiales que le permitieron realizar estructuras de expresión más liviana. En 1952 participó de la Bienal de Venecia. En 1953 organizó la Exposición de Arte Contemporáneo Argentino, que viajó a Chile, Perú y Ecuador. Dos de sus obras, Torso Femenino y Tierra Argentina fueron expuestas en el Museo Nacional de Arte Moderno de París. En 1957 participó en la Bienal Internacional de San Pablo y obtuvo el Gran Premio del Salón de Mar del Plata. Al año siguiente fue nombrado Comisario adjunto del Pabellón Argentino de la Exposición Internacional de Bélgica y actuó como Vicepresidente primero de los jurados de las Artes Plásticas y del jurado superior. El gobierno belga le otorgó el título oficial de la Orden de Leopoldo. En 1958 ejecutó dos altorrelieves para el Teatro San Martín: El Drama y La Comedia. En 1961 fue nombrado comisario general en la Bienal de París. En 1962 tuvo lugar una exposición en la Galería Creuze titulada Pablo Manes y treinta argentinos de la nueva generación. Ese mismo año, el Museo de Arte Moderno de París adquirió El Guitarrista. El artista realizó las que serían sus últimas obras en su taller de la Rue Lauriston.

La obra de Pablo Manes está marcada por varios periodos estéticos. En el primero de ellos, entre 1920 y1924, su obra evoluciona hacia una simplificación de las formas, influido por su maestro en París Bourdelle y por sus colegas Juan Gris, Léger, André Lhote, Laurence, Reverdy, Brancusi y Le Corbusier. El contacto con Juan Gris fue decisivo, sus figuritas articuladas, realizadas con cartón plegado como proyectos para los ballets rusos de Sergio Diaghilew, inspiraron poderosamente a Curatella Manes, que se alejó del cubismo y de lo que éste encierra de barroco, para buscar la simplificación de las formas en la geometría. Éste es un periodo muy fecundo en el que realiza su serie compuesta por El Guitarrista, El Acordeonista, El Hombre del Contrabajo y algunos desnudos femeninos, como Mulata y Ninfa Acostada. Poco después, Los Acróbatas, inspirada por un espectáculo de circo, le abrió nuevos horizontes sobre la posibilidad de aligerar la materia, airear los volúmenes y conservar sólo los contornos insinuando el movimiento.

Entre 1925 y 1926 su escultura evoluciona hacia una estética más dinámica y de conquista del espacio. Busca dotar de vida, movimiento y fuerza a su obra, dejando de lado la anécdota y centrándose en aspectos más formales y muy especialmente en la luz. La obra de este periodo es abierta, consistente en estructuras de gruesos filamentos entrelazados que consiguen un equilibrio de masas y volúmenes, marcando los grandes ritmos y la distribución de luces para alcanzar su ideal. De este periodo son las obras Ícaro, Rugby, La Danza y La Santa.

Entre 1929 y 1940 se produce una vuelta a sus orígenes como escultor. Tras un periodo de inactividad artística, ocupado por su trabajo en la Embajada argentina en París, reanuda sus tareas con la obra Las Tres Gracias que estilísticamente no tiene nexo con su obra anterior. Retorna al volumen pesado y busca la representación del ritmo en el uso de los volúmenes. Su escultura adquiere un aire de candidez y, a pesar del poco tiempo del que dispone para modelar, sólo fines de semana y vacaciones, este período es prolifero. Entre otras pertenecen a este periodo Idilio Criollo, Maternidad, El Gaucho y su Caballo, Cabeza del Profeta, Dan, Los Amantes y la serie de Los Torsos, así como los dos grandes relieves que le encargan para la Exposición de París en 1937: Los Dos Hemisferios y La Tierra Argentina.
Su siguiente etapa, producida entre 1940 y 1945, está marcada por la creación de La Estructura Madre; las estrecheces a que le obliga la segunda guerra, sin taller y sin elementos de trabajo, propiciaron su dedicación al dibujo y a las maquetas, realizadas en plastilina, metal o cartón. Así se centra en los problemas sustanciales de su trabajo y crea lo que llamará La Estructura Madre, que considera como el resumen de todos los imperativos que se exigen a una escultura. Utilizando esta estructura como base, realiza una serie de siete esculturas en las que utiliza diferentes materiales, acordes a lo que quiere expresar en cada una de ellas. A esta serie pertenecen El pájaro con los planos llenos (fundido en bronce), Falena (realizada con materiales acrílicos), Tango; Proyección 7 (en la que utiliza bronce dorado), Proyección 8, Construcción Espacial (realizada en chapa de metal) y Dos Formas en Una.

Bibliografía

  • LUCIE-SMITH, Edward.- Arte Latinoamericano del siglo XX, (Barcelona, Ediciones Destino, 1994).

Autor

  • Beatriz Alegre.