A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PolíticaPeriodismoLiteraturaHistoriaBiografía

Cúneo, Dardo (1914-2011)

Poeta, ensayista, historiador, pensador, periodista y luchador social argentino, nacido en Buenos Aires el 14 de febrero de 1914 y fallecido en su ciudad natal el 15 de abril de 2011. Hombre de vasta formación cultural y vivas inquietudes socio-políticas, dio un impulso notable a la investigación literaria y contribuyó a la divulgación de la vida y obra de algunas de las figuras más brillantes del socialismo Hispanoamericano

Vida

Hijo del jefe de rotativas de La Prensa -uno de los diarios de mayor difusión en Buenos Aires-, heredó precozmente la vocación periodística de su padre, al que convenció para que le dejara pasar muchas horas de su infancia y adolescencia en las salas de máquinas del taller donde se imprimía dicho periódico. Fue así como se familiarizó, siendo apenas un muchacho, con las bobinas de papel, la tinta y los linotipos de la redacción, al tiempo que iba asimilando también ese ideario socialista que -al igual que en la vieja Europa- era moneda corriente entre impresores y tipógrafos.

Volcado a la acción política desde su temprana juventud, cuando apenas contaba veinte años de edad cruzó el Atlántico con la intención de entrevistar a los principales líderes del Socialismo español -entre ellos, al periodista, escritor y diplomático Julio Álvarez del Vayo, gran amigo de Dardo Cúneo a lo largo de toda su vida-. Durante este viaje a la Península ibérica, el joven periodista argentino tuvo ocasión de conocer en persona a Julián Besteiro, líder del sector moderado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE); y de mostrar su apoyo y ofrecer su colaboración al gobierno republicano que, en vísperas de la inminente Guerra Civil, se sentía ya gravemente amenazado por el fascismo rampante.

Desde España, Dardo Cúneo envió sus crónicas a la archileída revista Crítica, a la sazón dirigida por el gran maestro del periodismo argentino Natalio Botana. Los lectores de estos textos periodísticos de Cúneo pronto tuvieron la certeza de hallarse entre los ciudadanos hispanoamericanos mejor informados acerca de la convulsa situación política y social que se vivía, por aquel tiempo, en España; y el joven periodista bonaerense pasó así a convertirse, a sus poco más de veinte años, en una de las figuras más brillantes de la prensa argentina.

Posteriormente, Dardo Cúneo tuvo ocasión de revalidar este prestigio en otros medios tan difundidos como La Vanguardia, Claridad (Tribuna del pensamiento izquierdista), Clarín, Acción Socialista, Futuro, Revista Socialista, Argentina Libre, Antinazi, Libertad Creadora y, entre otras muchas publicaciones de América y Europa, Parlamento Libre. En todos estos medios, Cúneo hizo gala de sus ideas de izquierdas, y defendió -incluso en los diarios y revistas de información general que no estaban animados por esta ideología- la implantación del Socialismo en todo el ámbito geo-cultural hispanoamericano.

En esta su faceta de periodista, Dardo Cúneo realizó una labor notable -junto con su colega y gran amigo Marcos Merchensky- como colaborador de la revista Liberalis (dirigida, entre 1940 y comienzos de la década de los cincuenta, por Justo Prieto). La principal particularidad que presentaba esta publicación, dentro del variopinto panorama de la prensa argentina de mediados del siglo XX, era que estaba promovida por los masones progresistas del país, agrupados en el Gran Oriente Federal Argentino (GOFA).

Particularmente fructífera fue, asimismo, la relación laboral de Cúneo con la revista Qué, en la que colaboró en diferentes etapas (junto a otras figuras del periodismo argentino del siglo XX, como Baltasar Jaramillo, Narciso Machiarandarena, Faustino Jorge, Rogelio Frigerio, Vicente Fatone, Ernesto Sabato, Jacobo Timerman, Raúl Scalabrini Ortiz y Julio Pairo. A mediados de la década de los cuarenta, cuando esta publicación se había consolidado como una de las más difundidas de todo el país (con una tirada que alcanzaba los cien mil ejemplares), las autoridades gubernamentales, con el presidente Juan Domingo Perón, a la cabeza, decretaron su cierre. El silencio de Qué se prolongó durante más de un decenio (1946-1957), hasta que Cúneo y Frigerio decidieron unirse para dirigir el semanario en un relanzamiento que estuvo marcado por el apoyo de la revista y sus redactores a la candidatura de Arturo Frondizi -quien, merced a apoyos como éste, pudo ocupar la Presidencia de la República argentina entre 1958 y 1962.

En su faceta de político, Cúneo se convirtió muy pronto en guía y maestro de las jóvenes generaciones de socialistas argentinos que admiraban en él su claridad de ideas, su radical independencia y sus magníficas relaciones con otras figuras públicas del socialismo mundial. No obstante, en el seno del Partido Socialista siempre fue considerado como un político heterodoxo, capaz de enfrentarse con todo el Comité Ejecutivo cuando sus ideas iban por otro camino. Así ocurrió en varias ocasiones, y en especial cuando, tras la consolidación definitiva del régimen peronista, Dardo Cúneo se enfrentó con el eminente intelectual Américo Ghioldi -fundador del Partido Socialista Democrático (PSD)- y defendió, a la par, las ideas de Julio V. González, otro correligionario ubicado también en las filas de los heterodoxos.

A pesar de que Perón, al comienzo de su segundo mandato presidencial, decretó el encarcelamiento de Dardo Cúneo por los feroces ataques que éste había lanzado contra el justicialismo, el acreditado periodista bonaerense volvió a hacer gala de su radical independencia al romper, durante ese período, sus relaciones con el Partido Socialista (y, en especial, con quienes, militando como él en las filas del antiperonismo, había orientado por otros cauces su oposición el gobierno de Perón). Así las cosas, en 1953 fundó el periódico Acción Socialista, desde el que censuró por igual el apego a las bombas, los incendios y, en general, los ataques violentos que, durante aquel trágico e inestable período, exhibían tanto las fuerzas de la Izquierda como los partidarios del justicialismo peronista. La historia del periodismo argentino contemporáneo conserva ya, entre sus hitos más señalados del siglo XX, el comentario editorial de Acción Socialista -escrito, claro está, por Cúneo- que, bajo el título de "Ni bombas, ni incendios", llamaba a la calma y condenaba los actos violentos que habían destruido la Casa del Pueblo del Partido Socialista, el Jockey Club -remanso de la poderosa oligarquía bonaerense-, y otras sedes y centros de reuniones de diferentes partidos y organismos.

Así las cosas, la llegada al poder, en 1958, del susodicho Arturo Frondizi, a quien Cúneo había apoyado abiertamente -como ya se ha indicado más arriba- en su candidatura a la Presidencia argentina, supuso un importante reconocimiento de la labor política y social que el intelectual bonaerense venía realizando desde mucho tiempo atrás. El nuevo gobierno premió sus méritos con su designación como embajador de Argentina ante la Organización de Estados Americanos (OEA), lo que le permitió volver a viajar profusamente y recorrer numerosos lugares de Hispanoamérica. Fruto de estos viajes fueron los lazos de trabajo y amistad que Cúneo estableció con otras figuras precipuas de la intelectualidad americana contemporánea, como el gran político y periodista venezolano Rómulo Betancourt.

Elegido Presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) en cuatro períodos (1971, 1973, 1980-1982 y 1982-1984), impulsó en Argentina la Ley del Libro (1972), tras años antes de que, amenazado por el terrorismo fascista y paramilitar de la Triple A, tuviese que abandonar su país para refugiarse en Venezuela. Allí permaneció exiliado durante cuatro años (1975-1979), y a su regreso a Argentina continuó colaborando estrechamente en los medios intelectuales venezolanos, en los que, ya en la década de los ochenta, realizó algunas labores tan importantes para la cultura del libro en Hispanoamérica como la dirección de la "Biblioteca Utopías" (dentro de la editorial Monte Ávila). En 1985 fue galardonado con el Gran Premio de Honor de la SADE, y en 1999 recibió el Premio del Fondo Nacional de las Artes.

Dardo Cúneo trabajó también para el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), en calidad de organizador del Centro Latinoamericano de Recursos Humanos. Asimismo, fue Secretario de Prensa gubernamental, y embajador en las Naciones Unidas.

Obra

Al margen de esta brillantísima labor en los campos del periodismo, la política, la vida pública y la promoción cultural, Dardo Cúneo desarrolló una intensa y fructífera tarea como ensayista, historiador e investigador, centrada principalmente en las biografías de algunas figuras eminentes de la política y la cultura hispanoamericanas, como el médico y político bonaerense Juan B. Justo, el escritor y político peruano José Carlos Mariátegui, el político y pensador argentino Lisandro de la Torre, y el poeta y héroe nacional cubano José Martí.

Particularmente rica y valiosa es su producción ensayística centrada en temas literarios, en la que prestó atención especial a las vidas y obras de algunos autores tan relevantes como el dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez, el poeta argentino Leopoldo Lugones y, entre otros, el pensador y pedagogo venezolano Simón Rodríguez.

Entre sus obras más notables dentro de esta parcela del ensayo, la historiografía y la investigación, cabe citar las tituladas Florencio Sánchez (Buenos Aires, 1941), Esquemas americanos (Buenos Aires, 1942), El pensamiento civil de los grandes capitanes (Buenos Aires, 1943), El romanticismo político (Buenos Aires, 1955), Sarmiento y Unamuno (Buenos Aires, 1955), La aventura de América (Buenos Aires, 1957), Las nuevas fronteras (Buenos Aires, 1963), Aventura y letra de América Latina (Buenos Aires, 1964), La batalla de América Latina (Buenos Aires, 1964), El desencuentro argentino (1930-1955) (Buenos Aires, 1965), Informes para latinoamericanos (Buenos Aires, 1966), Comportamiento y crisis de la clase empresaria (Buenos Aires, 1967), Leopoldo Lugones (Buenos Aires, 1968), Breve historia de América Latina (Buenos Aires, 1968), Lisandro de la Torre (Buenos Aires, 1968), Claves de la historia argentina (Buenos Aires, 1968), Ensayos de concordia y discordia (Buenos Aires, 1969), Cultura, país y época (Buenos Aires, 1973), Las propias vanguardias (Buenos Aires, 1973), La reforma universitaria (Caracas, 1978) y Censura, individuo y sociedad (Buenos Aires, 1983).

Además, Dardo Cúneo dio a la imprenta diez libros de poesía, entre los que conviene recordar El fusilado (1958), un excelente poemario que, ilustrado por el pintor Luis Felipe Noé, recoge las composiciones dedicadas por el escritor bonaerense a los fusilamientos de civiles y militares peronistas, como el del general Juan José Valle o la masacre en los basurales de José León Suárez. Otros volúmenes de versos de Dardo Cúneo son los titulados Sonetos con Dios, Cancionero de frontera y anticipación, Canciones del día siguiente y Puertas de Jerusalem.

Autor

  • José Ramón Fernández de Cano