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LiteraturaBiografía

Cueva y Silva, Francisco de la (ca. 1550-1628).

Poeta y dramaturgo español, nacido en Medina del Campo (Valladolid) alrededor del año 1550, y fallecido en Madrid en 1628. Autor de una brillante producción teatral que gozó del aplauso del público de su época y fue muy elogiada por otros escritores contemporáneos, está considerado como uno de los dramaturgos que contribuyeron a la creación del teatro nacional del Siglo de Oro.

Perteneciente a una ilustre familia de la aristocracia, Francisco de la Cueva y Silva mostró desde niño una acusada inclinación hacia el estudio de las Letras y el cultivo de la creación literaria. En su juventud, cursó estudios superiores de Leyes y, ya en calidad de jurisconsulto, entró al servicio del duque de Osuna, Pedro de Alcántara Téllez Girón, virrey de Sicilia (1610) y Nápoles (1616), quien supo rodearse de una brillante corte de escritores e intelectuales entre los que figuraba el autor madrileño Francisco de Quevedo.

En su condición de poeta, Francisco de la Cueva escribió numerosas composiciones adscritas a los gustos barrocos de la época, algunas de las cuales han llegado hasta nuestros días merced a su inclusión en la "Primer Parte" de la famosísima recopilación antológica que dio a la imprenta el vate de Antequera (Málaga) Pedro de Espinosa, bajo el título de Flores de poetas ilustres de España (Valladolid, 1605).

En su faceta de dramaturgo, el escritor vallisoletano triunfó en los escenarios españoles con unas piezas teatrales que, a medio camino entre la tradición antigua y la nueva comedia impulsada por Lope de Vega y su amplio círculo de seguidores, son contempladas por la crítica actual como los primeros ladrillos en la construcción del teatro español del Barroco. Por desgracia, de todas estas obras escritas por Francisco de la Cueva sólo se conservan en la actualidad la tragedia titulada Narciso (1587), de tema mitológico, y la Farsa del Obispo don Gonzalo, una pieza teatral inspirada en los romances viejos que hacían furor en la época. A juzgar por la estructura de Narciso, Francisco de la Cueva aún no había adoptado en el momento de su redacción las pautas de la comedia nueva, ya que, entre otras marcas formales, divide su obra en cuatro actos. Mayor asimilación de los novedosos gustos teatrales que comenzaron a imponerse a finales del siglo XVI deja entrever la Farsa del Obispo don Gonzalo, siquiera en su utilización de los argumentos proporcionados por el Romancero viejo, que surtieron de material dramático a tantas otras piezas de la época.

Esta evolución del teatro de Francisco de la Cueva y Silva hacia los modelos de la comedia nueva lopesca fue muy bien recibida por algunos colegas tan relacionados con el Arte de Talía como el citado Lope de Vega (que alabó extensamente al autor vallisoletano en obras como La Dorotea y El laurel de Apolo, y llegó incluso a dedicarle su comedia La mal casada, de 1620), Agustín de Rojas Villandrando (quien, en su célebre libro El viaje entretenido, facilitó el título de una de sus obras perdidas, El bello Adonis) e, incluso, Miguel de Cervantes(que, en el no menos famoso "Canto de Calíope" inserto en el "Libro VI" de La Galatea, dedicó al autor del Narciso esta elogiosa octava: "Las raras cosas y en estilo nuevas / que un espíritu muestran levantado, / en cien mil ingeniosas, arduas pruebas, / por sabio conoscido y estimado, / hacen que don Francisco de las Cuevas / por mí sea dignamente celebrado, / en tanto que la fama pregonera / no detuviere su veloz carrera"; y, mucho años después, renovó su admiración en estos versos estampados en el "Capítulo Segundo" del Viaje del Parnaso: "en esta ciencia es maravilla nueva, / y en la jurispericia único y raro: / su nombre es don Francisco de la Cueva").

Bibliografía.

  • - CATALÁN, Diego. "Don Francisco de la Cueva y Silva y los orígenes del teatro nacional", en Nueva Revista de Filología Española, III (1949), págs. 130-140.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.