Segundo Cueva Celi (1901-1969): El alma musical del austro ecuatoriano que marcó época

Segundo Cueva Celi (1901-1969): El alma musical del austro ecuatoriano que marcó época

Figura emblemática de la música ecuatoriana, Segundo Cueva Celi nació en Loja en 1901 y se convirtió en uno de los compositores más fecundos de su tiempo. Su historia, marcada por la adversidad, la pasión y la creación constante, refleja el espíritu resiliente y creativo de la región sur del Ecuador. Con una vida dedicada a las artes musicales, su legado sigue resonando en valses, pasillos y composiciones sinfónicas que mantienen viva su memoria.

Orígenes y contexto histórico

Segundo Cueva Celi fue hijo del abogado y diplomático Juan Cueva García, una figura respetada dentro del ámbito político y cultural ecuatoriano. Desde muy joven, su vida estuvo marcada por un evento trágico: la pérdida del ojo izquierdo a los cinco años. Esta circunstancia no solo condicionó su apariencia física, obligándolo a usar lentes oscuros, sino que también moldeó su carácter introspectivo y reservado.

En un entorno conservador como el de Loja a inicios del siglo XX, Cueva Celi encontró refugio en la música, demostrando desde temprano un talento natural. Recibió clases de piano de manos del Padre Antonio Vega, y de manera autodidacta aprendió a dominar el bandolín y el violín. Esta formación musical temprana sería clave para su desarrollo como compositor prolífico.

Su contexto histórico fue un Ecuador en búsqueda de identidad cultural, donde la música empezaba a consolidarse como un vehículo de expresión nacional. En este entorno, Loja despuntaba como un semillero de artistas, y Cueva Celi se convirtió en uno de sus principales referentes.

Logros y contribuciones

A los quince años, Cueva Celi integró el afamado Sexteto de Loja, una agrupación que consolidó la vocación musical del joven prodigio. Este primer contacto con la ejecución colectiva de música marcó el inicio de una vida dedicada completamente al arte sonoro.

Más adelante, tras contraer matrimonio con Victoria Espinosa Ruiz, se trasladó a Quito junto a su padre. En la capital ecuatoriana fundó una Academia de Música, que operó con gran éxito, atrayendo a estudiantes y admiradores de su estilo compositivo. Este proyecto no solo contribuyó al desarrollo musical de la ciudad, sino que consolidó a Cueva Celi como un pedagogo de renombre.

Sin embargo, presiones personales le obligaron a abandonar este emprendimiento y regresar a Loja, lo cual truncó una carrera que prometía aún mayores logros a nivel nacional. A pesar de ello, continuó su labor como docente en el colegio Bernardo Valdivieso, institución donde dejó una huella indeleble como educador y mentor de nuevas generaciones de músicos.

Entre sus múltiples aportes destacan:

  • Composición de música sinfónica que amplió los horizontes del repertorio nacional.

  • Difusión del pasillo y el vals, géneros fundamentales de la identidad musical ecuatoriana.

  • Innovación melódica y armónica en obras que fusionaban sensibilidad lírica con técnica depurada.

  • Docencia musical continua, formando nuevas generaciones de artistas lojanos.

Momentos clave

A lo largo de su vida, varios eventos definieron la trayectoria de Segundo Cueva Celi. Estos momentos resumen el desarrollo de su carrera y su impacto cultural:

  • 1906: A los cinco años pierde el ojo izquierdo, evento que cambiaría el rumbo de su vida personal y artística.

  • 1916: Se une al «Sexteto de Loja» y comienza su carrera como intérprete y compositor.

  • Década de 1920: Funda una academia de música en Quito, alcanzando prestigio como educador.

  • Década de 1930: Regresa a Loja y se dedica a la docencia en el colegio «Bernardo Valdivieso».

  • 1958: Es condecorado por el presidente Camilo Ponce Enríquez en reconocimiento a su trayectoria musical.

  • 1969: Fallece tras una prolongada lucha contra el cáncer gástrico, dejando un legado cultural invaluable.

Obras representativas

La obra de Cueva Celi es extensa y variada, y entre sus composiciones más reconocidas se encuentran:

  • Vaso de lágrimas: Un pasillo que se ha convertido en un emblema del repertorio romántico ecuatoriano.

  • Corazón que no olvida: Una pieza cargada de nostalgia y profundidad lírica.

  • Último recuerdo: Melancólica y evocadora, esta obra destaca por su refinada estructura melódica.

  • Tardes del Zamora: Inspirada en los paisajes lojanos, transmite la serenidad del entorno natural.

  • Laura: Composición dedicada a un amor idealizado, que se convirtió en favorita del público.

  • Dulce tristeza: Obra que encarna a la perfección el espíritu del pasillo tradicional.

Este conjunto de piezas permite apreciar la riqueza estilística de su repertorio, así como su capacidad para conectar emocionalmente con el oyente.

Relevancia actual

A más de cinco décadas de su fallecimiento, Segundo Cueva Celi sigue siendo un referente insoslayable dentro de la música ecuatoriana. Su influencia se extiende no solo a través de sus composiciones, que siguen interpretándose en conciertos y festivales, sino también en el ámbito académico, donde su nombre resuena como símbolo de dedicación artística y amor por la cultura nacional.

En Loja, su ciudad natal, es recordado como uno de los pilares de la identidad cultural local, y su vida ha sido objeto de homenajes y estudios. Las nuevas generaciones de músicos continúan descubriendo su obra, reconociendo en ella un legado de sensibilidad, técnica y compromiso con el arte.

En tiempos donde se revalorizan las tradiciones musicales y se buscan raíces auténticas en la cultura nacional, el ejemplo de Segundo Cueva Celi cobra renovada vigencia. Su vida demuestra cómo la adversidad puede transformarse en arte, y cómo la pasión puede dejar huellas perdurables en la historia de un país.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Segundo Cueva Celi (1901-1969): El alma musical del austro ecuatoriano que marcó época". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/cueva-celi-segundo [consulta: 18 de octubre de 2025].