Beltrán de la Cueva (ca.1440-1492). El ascenso meteórico de un noble clave en la política castellana

Beltrán de la Cueva, nacido en Úbeda hacia 1440 y fallecido posiblemente en Cuéllar en noviembre de 1492, fue uno de los personajes más relevantes del proceso de ennoblecimiento en Castilla durante la transición de la Edad Media a la Edad Moderna. Su fulgurante carrera política, su relación directa con el poder real y su intervención en momentos cruciales del devenir histórico castellano lo convirtieron en un actor clave del siglo XV. Valido del rey Enrique IV y aliado posterior de Isabel la Católica, Beltrán fue nombrado duque de Alburquerque en 1464 y participó en las principales contiendas internas del reino.

Orígenes y contexto histórico

Beltrán de la Cueva era el tercer hijo de Diego Fernández de la Cueva y Mayor Alfonso de Mercado, miembros de una nobleza local sin gran poder. Su destino cambió radicalmente en 1456 cuando fue acogido como paje de lanza del rey Enrique IV, quien lo integró en su séquito tras ser hospedado por su padre durante una expedición a Granada. Esta circunstancia marcó el inicio de su meteórica carrera en la corte.

Castilla en la segunda mitad del siglo XV era un reino convulsionado por luchas internas entre facciones nobiliarias, conflictos sucesorios y una monarquía debilitada. En este contexto, la figura del valido se convirtió en una herramienta del monarca para contrarrestar el poder de los grandes linajes. Beltrán encarnó este modelo, acumulando en poco tiempo títulos, tierras y poder político.

Logros y contribuciones

El ascenso de Beltrán fue imparable. En 1457 obtuvo su primer título: señor de Jimena. Un año después fue nombrado maestresala y mayordomo, y recibió el hábito de la Orden de Santiago junto con la encomienda de Uclés, la más prestigiosa de la orden. En 1462, tras casarse con Mencía de Mendoza, nieta de Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, fue nombrado valido real, reemplazando a Juan Fernando Pacheco.

Ese mismo año fue investido con el título de conde de Ledesma y recibió numerosas villas castellanas, entre ellas Cuéllar, Atienza, Molina, Ledesma, Mombeltrán, Pedro Bernardo y Roa, conformando uno de los dominios más extensos del reino. Acompañó también al monarca en entrevistas diplomáticas con Luis XI de Francia y Alfonso V.

En 1463, fue elevado al Consejo Real. Un año después, se convirtió en el primer duque de Alburquerque, mientras su padre era nombrado vizconde de Huelma. La acumulación de tanto poder generó envidias y conspiraciones en su contra, incluyendo varios intentos de asesinato.

Momentos clave

El papel de Beltrán de la Cueva en la guerra civil castellana fue decisivo. Apoyó fielmente a Enrique IV frente a la sublevación de la nobleza en la llamada Farsa de Ávila, donde se proclamó al infante Alfonso como sucesor en lugar de Juana, hija de Enrique y Juana de Portugal, cuyo nacimiento fue rodeado de rumores sobre su ilegitimidad y sobre la supuesta paternidad de Beltrán, lo que le valió a la infanta el apodo de la Beltraneja.

Durante el conflicto (1465-1468), Beltrán encabezó las tropas leales al rey, logrando importantes victorias como la de Olmedo en 1467. Tras el Pacto de los Toros de Guisando, se retiró temporalmente de la vida política. No obstante, reapareció en apoyo de Isabel en la guerra de sucesión, consolidando su posición en la nueva etapa política de Castilla.

Lista de villas recibidas por Beltrán de la Cueva:

  • Cuéllar

  • Atienza

  • Ledesma

  • Molina

  • Mombeltrán

  • Pedro Bernardo

  • Roa

Relevancia actual

La figura de Beltrán de la Cueva es representativa de un fenómeno político propio del ocaso medieval: el ascenso de cortesanos al margen de la nobleza tradicional. Su trayectoria ilustra cómo el poder real podía reinventar el mapa nobiliario, premiando la fidelidad y creando nuevos linajes poderosos. El ducado de Alburquerque, fundado por él, perduraría como una de las casas más influyentes de la nobleza española.

Además, su nombre permanece asociado a uno de los episodios más polémicos de la historia castellana: la legitimidad de la princesa Juana. Esta acusación, aunque nunca probada, tuvo consecuencias históricas de gran calado, provocando una guerra civil y redefiniendo la sucesión de la Corona de Castilla.

El legado de Beltrán también se encuentra en su descendencia. Su hijo Francisco Fernández de la Cueva se convirtió en el segundo duque de Alburquerque, y sus decisiones testamentarias configuraron una compleja red de mayorazgos que fortalecieron el patrimonio de su linaje. Contrajo tres matrimonios y tuvo descendencia legítima e ilegítima, a quienes también favoreció con títulos y propiedades.

Bibliografía

  • CARCELLER CERVIÑO, M.P. La imagen nobiliaria en la tratadística caballeresca: Beltrán de la Cueva y Diego Enríquez del Castillo. (Madrid: 2001).

  • FRANCISCO SILVA, A. Estudios sobre D. Beltrán de la Cueva y el ducado de Alburquerque. (Badajoz, Universidad de Extremadura: 2002).

  • RODRÍGUEZ VILLA, A. Bosquejo biográfico de Don Beltrán de la Cueva Primer Duque de Alburquerque. (Madrid, Luis Navarro: 1881).

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Beltrán de la Cueva (ca.1440-1492). El ascenso meteórico de un noble clave en la política castellana". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/cueva-beltran-de-la [consulta: 5 de octubre de 2025].