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HistoriaPolíticaBiografía

Cruz, Apolinario de la (1815-1841).

Líder revolucionario filipino, nacido en Lukbán (Tayabas, actual provincia de Quezón) el 22 de julio de 1815 y fallecido en Manila el 4 de noviembre de 1841, que encabezó una rebelión contra el dominio colonial español al frente de una organización religiosa, la Cofradía de San José, fundada por él mismo.

Poco se sabe sobre la vida del joven Apolinario de la Cruz, salvo que provenía de una familia acomodada y de firmes convicciones católicas, circunstancia que debió influir en su temprana vocación religiosa. Ingresó en la orden seglar de la Cofradía de San Juan de Dios, asociada al hospital del mismo nombre y una de las pocas que admitían a nativos filipinos entre sus miembros. Fue precisamente este último rasgo, la discriminación de la jerarquía eclesiástica española hacia el clero nativo, lo que le llevó a tomar la decisión de fundar junto a un grupo de amigos su propia organización religiosa, la Cofradía de San José (1832), tras haber sido expulsado de la anterior por insubordinación. Al parecer, esta cofradía no revistió en un principio ninguna característica que la hiciese sospechosa a ojos de las autoridades religiosas o civiles, limitándose al culto de aquel santo; sin embargo, paulatinamente fue creciendo en el número de miembros, extendiéndose a otras provincias del sur de Luzón, además de adquirir una organización más compleja que se regía bajo parámetros similares a los de una sociedad secreta (ritos de iniciación, jerarquía, financiación autónoma) con Apolinario de la Cruz, conocido ya como Hermano Pule, en la cúspide.

Empeñado en expandir aún más la actividad de la Cofradía, Apolinario de la Cruz comenzó a celebrar reuniones de forma pública, pero no logró de las autoridades el permiso legal a causa del recelo del resto de órdenes regulares. Pese a la prohibición oficial las reuniones continuaron, hasta el punto que en una de ellas, celebrada en octubre de 1840, se produjo el arresto de varios cofrades y el envío de una protesta redactada por el propio Apolinario de la Cruz en la que centraba sus críticas en los frailes franciscanos, quienes no habían permitido la liberación de los prisioneros en contra de las órdenes del gobernador provincial. En los siguientes meses el Hermano Pule no cejó en el empeño de que las autoridades reconociesen a la Cofradía San José alegando que sus actividades no quebrantaban ninguna ley, pero se topó siempre con una rotunda negativa; en consecuencia, sus miembros quedaron abocados a la clandestinidad.

Finalmente, en el transcurso de una de aquellas reuniones clandestinas celebrada en la localidad de Isabang (Tayabas) el 11 de octubre de 1841, un contingente de tropas gubernamentales al mando del gobernador provincial Joaquín Ortega intentó detenerles por la fuerza, pero fueron seriamente diezmados por los cofrades, bien organizados y superiores en número. Pese a la victoria lograda, la gravedad de este suceso -el propio gobernador Ortega cayó muerto en la refriega- sentenció la suerte de Apolinario y sus seguidores, que perseguidos por varias columnas fueron obligados a refugiarse en un fuerte a orillas del río Alitao. Decidido a no aceptar la rendición, Apolinario desafió a las autoridades nombrándose rey de los Tagalos y sumo pontífice, pero poco pudo hacer ante el asalto de las fuerzas del gobierno: casi un millar de rebeldes murieron en la batalla mientras él mismo fue capturado el 30 de octubre, al parecer traicionado por uno de sus propios hombres.

Juzgado y condenado a muerte en juicio sumario, Apolinario De la Cruz fue fusilado escasos días más tarde, y su cuerpo descuartizado y expuesto en público para escarnio de sus seguidores. No obstante, fue tan severo el castigo que mereció posteriormente una reprobación de las autoridades de Madrid al gobernador de las islas.

Autor

  • MAH 10-2-2003.