Croix, Francisco Teodoro de (1730-1791).

Administrador colonial español, nació en Lila (Flandes) el 30 de junio de 1730 y fallecido el 8 de abril de 1790, que fue trigésimo cuarto virrey del Perú (1784-1790).

Tercer hijo de los marqueses de Heuchín, ingresó en la carrera militar en 1747 y se desempeñó como oficial del regimiento de la guardia valona. Fue nombrado comendador de la Orden Teutónica. En 1747 acompañó a Nueva España a su tío, el marqués de Croix, quien al asumir el cargo de virrey le nombró capitán de su guardia personal. Fue promovido al cargo de gobernador de Acapulco y ascendió al grado de brigadier. La Inquisición novohispana le acusó de tener libros prohibidos pero el proceso no prosperó. En 1771 regresó a Madrid y fue ascendido a mariscal de campo. Ese mismo año la Corona le nombró gobernador de Sonora, Sinaloa, Nueva Castilla y California, cargo que desempeñaba cuando el 19 de junio de 1783 fue investido como virrey del Perú.

Llegó a El Callao el 4 de abril de 1784 y el traspaso oficial del poder se hizo dos días después. Nombró como colaboradores a José de la Portilla y Gálvez y a José de Rezábal y Ugarte, mientras que Jorge de Escobedo continuó como Superintendente General de la Real Hacienda. Croix y Escobedo culminaron el 7 de julio de 1784 la división administrativa del virreinato al conformar las siete intendencias peruanas, Lima, Cuzco, Huamanga, Huancavelica, Tarma, Arequipa y Trujillo, que a su vez fueron subdivididas en 52 partidos, siendo esta reforma el origen de la actual división en departamentos y provincias. En Chile sólo se crearon dos intendencias, la de Santiago y Concepción. Simultáneamente, se estableció la Audiencia de Cuzco el 14 de noviembre de 1788 cuyo primer regente fue José de la Portilla. Las intendencias restaron poder a los cabildos pero trajeron una descentralización administrativa que permitió mejorar la recaudación de los impuestos.

En el gobierno económico, se registró un notable aumento en los ramos estancados de naipes, papel sellado, tabaco y pólvora. La Real Hacienda entre 1782 y 1786 registró un aumento de 1?913,576 pesos. El visitador Escobedo puso especial cuidado en el mejoramiento del sector minero y por ello fundó en 1787 el Tribunal de Minería y recomendó la venida de una misión científica que apoyara la modernización de las técnicas de extracción y procesamiento de la plata. Fueron descubiertas nuevas vetas mineras de plata en las regiones de Chota y Hualgayoc, pero hubo de lamentarse el 25 de septiembre de 1786 el hundimiento de la mina de Santa Bárbara en Huancavelica.

En cuanto a fomento urbano, a partir de 1785 la ciudad de Lima fue dividida en cuarteles y barrios y se numeraron las casas, se controlaron los actos de pillaje con celadores y se empedraron sus calles principales. En lo que respecta al Patronato Real, destacó la llegada a Lima en 1783 y 1784 de visitadores cuyo objetivo era reformar la vida en los conventos regentados por mercedarios, dominicos y juandedianos. Los resultados de estas visitas no fueron los esperados ya que la Corona no aplicó ninguna de las recomendaciones debido al coste económico que ello representaba. El obispo de Trujillo Baltazar Jaime Martínez de Compañón fomentó en su diócesis la ilustración católica al hacerse acompañar en su visita pastoral de dibujantes y secretarios a los que encomendó recoger las tradiciones y costumbres de sus habitantes. Las 1.300 láminas que recopiló junto con el mapa del obispado fueron enviadas en 1784 al Palacio Real de Madrid. Por su parte, el obispo de Arequipa José Chávez de la Rosa se preocupó de la mejora de la educación en su diócesis al formar el plan de estudios que se aplicó en el seminario conciliar de San Gerónimo y luego crear una casa para niños huérfanos. En Lima, Croix inició la construcción del Anfiteatro Anatómico cuya dirección encomendó al cosmógrafo mayor Cosme Bueno, quien luego renunciaría, y la terminación de un Jardín Botánico cerca al hospital de San Andrés que encargó a Juan Tafalla y a Francisco González Laguna.

El fallecimiento de Carlos III motivó que en Lima se hicieran unas pomposas ceremonias el 14 de diciembre de 1788 del que el escritor Esteban de Terralla y Landa iba a escribir un poema satírico en 1790 titulado Lamento métrico general, llanto funesto y gemido triste por el nunca bien doloroso ocaso de nuestro monarca. Entre los desastres naturales destacó el terremoto de Arequipa del 13 de mayo de 1784 y la inundación de Santiago Chile el mismo año debido al desbordamiento del río Mapocho. Casi al cumplir seis años de gobierno, Croix solicitó su relevo. La Corona nombró nuevo virrey a Francisco Gil de Taboada y Lemos, a quien Croix entregó el mando el 25 de febrero de 1790. Luego de concluir su memoria de gobierno fijó su retiro temporal en la casa de los padres del Oratorio de San Felipe Neri en Lima y el 17 de abril de 1790 partió hacia España. Murió de tuberculosis el 8 de abril de 1790.

Bibliografía

• LORENTE, Sebastián. Historia del Perú bajo los Borbones 1700-1821. (Lima: 1871).

• MILLA BATRES, Carlos (ed.).Compendio Histórico del Perú. Historia del siglo XVIII. (Lima: 1993).

• TAURO, Alberto (ed.). Enciclopedia ilustrada del Perú. (Lima: 1987).

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