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HistoriaPolíticaBiografía

Cosroes II, Rey de Persia (ca. 550-628).

Rey persa de la dinastía sasánida nacido aproximadamente a mediados del siglo VI y muerto en el año 628. Apodado Parviz ('el generoso'), ocupó el trono desde el año 590 hasta el año 622. Fue hijo del rey Hormisdas IV (579-590).

Apenas se disponen de datos sobre los primeros años de su vida, llegado al poder tras el conflictivo mandato de su padre, en el inicio de su reinado tuvo que hacer frente a una complicada situación, ya uno de los generales del anterior rey, miembro de una noble familia arsácida, Vahram Chobin; había invadido Ctesifonte y se había proclamado rey, con el apoyo de sus hombres. De este modo Cosroes II se vio obligado abandonar su reino, tras ser derrotado en la ciudad de Nínive; y se refugió en Bizancio, donde obtuvo la protección del emperador Mauricio (582-602). Poco tiempo después, gracias a la colaboración bizantina, Cosroes II derrotó al usurpador, el cual se vio obligado a huir y murió poco más tarde. Recuperado el trono, Cosroes II persiguió a los partidarios de Vahram y consiguió la total sumisión de sus súbditos. Como pago a la ayuda prestada, el rey persa renunció a las ciudades de Dara y Nínive y a una parte importante de Armenia, además pactó con Mauricio, que los armenios refugiados en Bizancio podían regresar a Persia y serían respetadas sus costumbres, también se permitiría el regreso de los obispos cristianos a Siria. Estas condiciones fueron contempladas por los nobles persas con recelo, ya que opinaban que los sacrificios eran excesivos, además el matrimonio de Cosroes II con una cristiana, dio lugar a que muchos de sus súbditos, consideraran que su rey había abandonado las antiguas costumbres y se había convertido al cristianismo.

En el año 602 se produjo la muerte de Mauricio, tras ser asesinado por Focas, esta situación fue utilizada por Cosroes II para iniciar de nuevo la expansión del reino, ya que abandonó sus dominios y atacó algunas posesiones bizantinas, con el pretexto de vengar la muerte de su antiguo protector. Entre los años 604 y 610 Cosroes II se apoderó de Armenia, de algunas ciudades de la Capadocia, como Cesarea; y llegó finalmente a las proximidades de Constantinopla. El rey persa no contento con recuperar los territorios perdidos al inicio de su reinado, decidió ampliar sus fronteras, así en el año 611 envió a uno de sus generales a invadir Siria, y éste logró apoderarse de Antioquía y Damasco. Tras estas exitosas campañas, Cosroes II planeo la invasión de Palestina, ya que esta región, si era tomada, podía facilitar el paso de sus ejércitos a Egipto. En el año 615 llegó a Jerusalén, donde destruyó el Templo y saqueó algunas de las iglesias más importantes, como la basílica del Santo Sepulcro; donde se apoderó de gran cantidad de tesoros y de importantes reliquias, como la cruz de Cristo, que fue enviada a la capital de su reino. Hay que destacar que en esta campaña, perecieron unos cincuenta mil cristianos y las tropas de Cosroes II contaron con la colaboración de la población judía, muy presionada por los emperadores bizantinos. Poco tiempo después inició la conquista de Egipto, así invadió la ciudad de Gaza, El Cairo y Alejandría, llegando con sus ejércitos hasta Etiopía, tras lo cual avanzó hasta Cirene, que quedó destruida; y se aproximó a la actual Trípoli.

Tras la caída de Focas, el nuevo emperador Heraclio intentó iniciar las negociaciones para firmar la paz con los persas, pero Cosroes II impuso unas condiciones muy duras, que en la práctica eran imposibles de llevar a cabo, ya que afirmó que la primera condición que los bizantinos debían cumplir era abandonar el cristianismo y adoptar la religión persa. Cosroes II que había conseguido importantes victorias, intentó en distintas ocasiones conquistar la ciudad de Constantinopla, pero gracias a sus defensas, ésta resistió, así convencido de que era imposible afrontar el asedio de la ciudad, decidió firmar la paz con Bizancio, pero estaba decidido a humillar totalmente a sus enemigos, e impuso unas condiciones muy duras, ya que obligó al pago de un tributo anual de mil talentos de oro y de plata, y a la entrega de mil vestidos, mil caballos y mil doncellas, también con carácter anual. La reacción bizantina no se hizo esperar y Heraclio a la cabeza de un importante ejército, inició la guerra santa, ya que uno de los principales objetivos de la misma era recuperar las reliquias sagradas en poder de los persas. Pero no sólo existían razones religiosas, sino que era necesario recuperar parte del botín, para poder pagar a la Iglesia, que había financiado los ejércitos del emperador. La campaña de Heraclio tuvo éxito, ya que logró derrotar a los ejércitos de Corroes II en Armenia y tras una brillante campaña en la ciudad de Nínive, se apoderó de la ciudad de Deskerch, donde residía la familia del rey persa, aunque poco tiempo después se vio obligado a abandonarla. Así tras el ataque directo al corazón del reino sasánida, Heraclio consiguió recuperar la Vera Cruz.

Cosroes gravemente enfermo decidió abandonar su puesto en el año 622 y designó como su sucesor a su hijo pequeño, Merdases, el cual fue depuesto por su hermano mayor, Siroes, que mantuvo encarcelado a su padre hasta su muerte, en el año 628. El nuevo rey heredó una situación desastrosa, ya que durante el reinado de Cosroes se había producido un debilitamiento de las finanzas y tras la derrota habían surgido importantes divisiones en el seno de la nobleza, que desequilibraron la administración, estos acontecimientos tendrían gran trascendencia posteriormente, ya que dejaron el camino libre para la expansión de las tribus árabes, convertidas al Islam.

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