A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PolíticaPeriodismoHistoriaReligiónBiografía

Cos y Pérez, José María (1770-1819).

Religioso, político e independentista mexicano nacido en Zacatecas en 1770 y muerto el 17 de noviembre de 1819 en Guadalajara (Jalisco). Fue eclesiástico, doctor en teología por la Universidad de Guadalajara (Jal), ideólogo de la Revolución de Independencia, fundador y director de los primeros periódicos insurgentes, redactor de la Constitución de Apatzingán de 1814 y miembro del triunvirato con Morelos y Liceaga, destacó por sus posiciones moderadas y de intermediación entre los líderes independentistas enfrentados.

Hijo del español Isidro Cos y de la mexicana Matiana Pérez, su ciudad natal, Zacatecas, era un emporio minero de primera magnitud y cruce de caminos en el centro del país. Estudió en el Instituto San Luis Gonzaga de esta capital y ganó con cierta facilidad "una beca de colegial pensionista en el Seminario Tridentino de Guadalajara" que le permitió obtener con toda brillantez el grado de bachiller en filosofía. En el mes de mayo de 1798 consiguió los de licenciado y doctor en teología, y recibió las órdenes sacerdotales de manos del obispo Cabañas, con lo que inició de inmediato su carrera eclesiástica. Fue vicerrector del Colegio de Zacatecas, cura del mineral de La Yesca (Nayarit) y, a partir de 1802, cura del Burgo de San Cosme (Zacatecas), que ejerció hasta comienzos de 1810.

El curato en San Cosme, aburrido y tedioso, le posibilitó viajar con frecuencia a la ciudad de Zacatecas, por lo que participó en las discusiones y tertulias de ambiente criollo, en las que se fomentaba el espíritu de independencia y la protesta generalizada frente a los abusos de la Corona y de sus representantes en el Virreinato. Considerado un "hombre sabio y de agudo ingenio" pronto se convirtió en consejero privilegiado de personalidades destacadas, como el intendente Francisco Rendón y el "interesante conde de Santiago de La Laguna, don Miguel Rivero, rico hacendado, hombre benéfico y de extensa y eficaz influencia entre el pueblo de Zacatecas".

Los sucesos de 1808 en la Península y sus graves repercusiones en la capital de Nueva España, entre otras la destitución del virrrey Iturrigaray, provocaron el levantamiento de Zacatecas contra el intendente Rendón y la elección del conde de Santiago para sustituirle. Aconsejado por Cos, con ánimo de mediación y equilibrio, el conde de Santiago, en octubre de 1810, decidió enviarlo al encuentro del padre Hidalgo, para informarse de las características y el basamento ideológico de la rebelión. Cos, tras una rocambolesca aventura que le llevó a caer en poder del general Félix María Calleja, quien le obligó a visitar al recién llegado virrey Venegas en la ciudad de México, trataba de regresar a su tierra cuando fue hecho prisionero por las fuerzas insurgentes de Ignacio López Rayón.

En Zitácuaro, donde tenía su sede la Suprema Junta Gubernativa dirigida por el triunvirato que integraban López Rayón, José María Liceaga y Berdusco, a partir del mes de octubre de 1811, Cos se aprestó a participar en la lucha por la insurgencia, en su vertiente doctrinal, ideológica y legalista. Unos meses más tarde, expulsados de Zitácuaro por el general Calleja, los insurgentes se instalaron en Sultepec donde Rayón firmó un decreto nombrando a Cos "vicario general castrense". En Sultepec, el 16 de marzo de 1812, publicó Cos su aportación doctrinal más conocida, el Manifiesto de la Nación Americana a los europeos de este continente, seguido de Los Planes de Paz y Guerra. Recogidos estos textos en Londres por Blanco White, que los reprodujo en El Español y comentados favorablemente por fray Servanto Teresa de Mier, sus primera edición manuscrita fue enviada enseguida al virrey, que ordenó su quema pública en la Plaza Mayor.

El "doctor Cos", como se le llamaba habitualmente, se declaró fervoroso ortodoxo en materia religiosa y defensor del rey Fernando, pero al mismo tiempo justificaba la existencia de la Junta de Zitácuaro como único gobierno legal del virreinato, dada la acefalia temporal de la monarquía, pues "la soberanía reside en la masa de la Nación" y "España y América son partes integrantes de la monarquía, sujetas al rey pero iguales entre sí y sin dependencia o subordinación de una respecto a la otra". Ausente el rey Fernando, ni la Junta Central de Sevilla, ni la Regencia, ni las Cortes tenían autoridad sobre las provincias de Ultramar. Apoyándose en el principio de autodeterminación, el antiguo cura de San Cosme, convertido en intérprete ideológico de la insurgencia, exigía de los españoles el respeto de este principio y el reconocimiento al menos de una situación de beligerancia, que obligaba a ambas partes al cumplimiento de las normas del derecho natural y de gentes, entre contendientes enfrentados.

La respuesta realista no se hizo esperar, especialmente la del obispo electo de Michoacán Manuel Abad y Queipo, quien tras reconocer que "la soberanía reside en la masa de la nación", se refería a los demás principios enunciados por Cos con estas palabras: "Estas proposiciones son tan absurdas y tan torpes, que sólo las pudo pronunciar un idiota absoluto, ciego de pasión y de furor […] sólo merecen desprecio".

En los años 1811 y 1812 la dedicación fundamental de Cos fue promover y dirigir la edición de dos periódicos insurgentes que alcanzaron notable celebridad: Ilustrador Nacional, del que se publicaron seis números, hecho con materiales muy primitivos y utilizando añil en lugar de tinta y, con el apoyo de "Los Guadalupes", la sociedad secreta que reunía a los seguidores de la insurgencia en la ciudad de México; y el Ilustrador Americano, que alcanzó gran difusión. Llegó a ser tan leído que el virrey Venegas encargó al deán Beristain que publicara el Verdadero Ilustrador Americano destinado a rebatir y desacreditar a Cos.

Su actividad posterior, desde finales de 1812 a mediados de 1815, estuvo dedicada casi en exclusiva a la acción militar, como líder de una fuerza combatiente, primero a las órdenes de José María Liceaga y más tarde con total autonomía, llegando a titularse "mariscal de campo" de los ejércitos americanos, y "comandante en jefe" de los del departamento del Norte, ya que operaba en la zona de Guanajuato. En la grave crisis que a lo largo de 1813 sacudió al triunvirato insurgente, trató de mediar entre López Rayón de un lado y Liceaga y Berdusco de otro, mostrándose incapaz de resolver sus diferencias y de la posterior disolución de la Suprema Junta Gubernativa.

Incorporado al campo del generalísimo Morelos, tomó parte en las deliberaciones del Congreso de Chilpancingo aunque no quiso firmar el Acta de Independencia, objeto de apasionadas discusiones en las que también participó Carlos María de Bustamante. Sin embargo, trabajó en la redacción de la Constitución de Apatzingán y formó parte del nuevo poder ejecutivo, que compartió en 1815 con Morelos y Liceaga, mientras seguía su incansable campaña de propaganda y difusión del ideario insurgente, desde una posición legalista y exigente, que le obligó a plantear numerosas reticencias a la obra revolucionaria de sus compañeros. El arresto y la muerte de Morelos a finales de este año provocó el desconcierto y la desbandada, tanto del Congreso Mexicano como de sus seguidores.

De acuerdo con las investigaciones más recientes, la defección del "vicario general castrense", como insistía en titularse, no fue consecuencia tan sólo de haber transgredido la regla que impedía a los miembros del poder ejecutivo la dirección de los ejércitos, sino además por su enfado con Morelos por haber nombrado a José Manuel Herrera embajador extraordinario ante el Congreso de Estados Unidos, misión que Cos deseaba para sí mismo. Reducido a prisión por Morelos y condenado a muerte, los sucesos posteriores impidieron su ejecución. Liberado en febrero de 1816, cuando el general Terán había disuelto el Congreso en Tehuacán, trató de reincorporarse al grupo liderado por López Rayón en el fuerte de Cóporo, donde permaneció unos meses antes de solicitar el indulto ofrecido por el nuevo virrey Ruiz de Apodaca, al tomar posesión de su mandato en el otoño de 1816. Coincidió con las horas más bajas del movimiento insurgente, antes de que empezaran a llegar las primeras noticias de la expedición de Javier Mina, que se estaba preparando en Estados Unidos.

Retirado en Pátzcuaro (Mich), Cos trató de demostrar su arrepentimiento, pero el memorial que dirigió al claustro de la Universidad de Guadalajara (Jal) el 8 de marzo de 1817, reproducido en La Gazeta de Madrid, no consiguió sus propósitos. Siguió siendo sospechoso en ambos campos, se mantuvo al margen de la renovada ilusión insurgente provocada por la llegada de Javier Mina y falleció en noviembre de 1819. En la opinión de su compañero Carlos María de Bustamante: "la Patria debió mucho al doctor Cos, pero él destruyó con la mano izquierda la obra que había construido con la derecha".

Bibliografía

  • COS, J. M. Escritos políticos. Selección, introducción y notas de Ernesto Lemoine Villicaña. UNAM, México, 1967

  • BUSTAMANTE, C. M. Cuadro Histórico de la Revolución Mexicana. Fondo de Cultura Económica. México, 1985.

  • ALAMÁN, L. Historia de México. Fondo de Cultura Económica, México, 1985

  • GARCÍA RIVAS, H. 150 biografías de mexicanos ilustres. Ed. Diana, México, 1964

  • MIQUEL I VERGÉS, J. M. Diccionario de Insurgentes. Editorial Porrúa, México, 1969

  • VILLASEÑOR Y VILLASEÑOR, A. Biografías de los héroes y caudillos de México. Imprenta de "El Tiempo". México, 1910

  • ZÁRATE, J. La Independencia. Vol III de México a través de los siglos. Cía Gral de Editores, México, 1951-1952

Manuel Ortuño

Autor

  • 0304 Manuel Ortuño