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HistoriaPolíticaBiografía

Cornwallis, Charles Mann (1738-1805).

Político y militar británico, nacido en Londres el 31 de diciembre de 1738 y muerto en Ghazipur (Uttar Pradesh, India) el 5 de octubre de 1805. Participó en la Guerra de Independencia de Estados Unidos como mayor general, donde fue derrotado en la decisiva batalla de Yorktown (Virginia) por el ejército rebelde al mando de George Washington. Posteriormente fue gobernador general de la India (1786-1793; 1805) y lord virrey de Irlanda (1798-1801).

Hijo mayor del primer conde de Cornwallis, estudió en el colegio Eton y en la Universidad de Cambridge. En 1756 ingresó en el ejército y, dos años después, fue nombrado ayudante de campo de John Manners, marqués de Granby, a cuyas órdenes sirvió en 1761-1762 en las campañas alemanas de la Guerra de los Siete Años. En 1760 fue elegido miembro de la Cámara de los Comunes por la circunscripción de Eye. Dos años después, a la muerte de su padre, heredó el condado de Cornwallis y otros títulos nobiliarios que le permitieron acceder a un escaño en la Cámara de los Lores. En 1766 fue ascendido a coronel y, en 1770, nombrado gobernador del penal de la Torre de Londres. Cinco años después accedió al rango de mayor general.

En el Parlamento, Cornwallis mantuvo una postura de independencia política y se opuso firmemente a las medidas que condujeron al estallido de la Revolución Americana. Sin embargo, en 1776 fue enviado a América al frente de siete regimientos para combatir a los colonos rebeldes. Fue, sin duda, el militar británico más capaz de cuantos participaron en la contienda. A finales de ese año, tras la batalla de Long Island, persiguió y expulsó a las tropas coloniales dirigidas por el general George Washington a través de New Jersey. Sin embargo, a principios de 1777, Washington consiguió recuperar parte de ese territorio tras derrotar a Cornwallis en Princeton el 3 de enero. El 11 de septiembre de 1777, Cornwallis se distinguió por su actuación en la batalla de Brandywine Creek (Pennsylvania) y consiguió ocupar Filadelfia pocos días después. A pesar de estos éxitos relativos, Cornwallis presentó su dimisión por oponerse a las medidas adoptadas por los dos militares que ocuparon sucesivamente la comandancia en jefe del ejército británico: sir William Howe y sir Henry Clinton. La dimisión no fue aceptada, pero el alto mando estuvo de acuerdo en poner en marcha el plan de bloqueo contra las provincias del sur trazado por Cornwallis.

En 1780 fue nombrado comandante de las tropas británicas en el sur, bajo las órdenes del general Clinton. Conquistó Charleston (Carolina del Sur) el 12 de mayo de 1780 y logró una importante victoria sobre el general rebelde Horatio Gates en Camden el 16 de agosto de ese año. El 15 de marzo de 1781 derrotó al general de división Nathanael Greene en la batalla de Guilford Courthouse (Carolina del Norte). Sin embargo, estas victorias tuvieron un alto coste en vidas y pertrechos para el ejército británico y Cornwallis se vio obligado a retirarse poco después de la mayor parte del territorio de las Carolinas. Siguiendo las órdenes de Clinton, penetró en Virginia, donde sus tropas sostuvieron una inútil y sangrienta batalla contra el ejército comandado por Lafayette. Fue perseguido por un ejército anglo-francés al mando de Washington y del conde de Rochambeau hasta el puerto costero de Yorktown (véase sitio de Yorktown), donde quedó atrapado entre las tropas enemigas y una flota francesa a las órdenes del conde de Grasse. Tras un asedio de dos meses y medio se vio obligado a rendir la plaza el 19 de octubre de 1781.

La capitulación de Yorktown decidió la guerra a favor de las fuerzas rebeldes, pero ello no mermó el prestigio de Cornwallis en Inglaterra. El 23 de febrero de 1786 fue nombrado gobernador general y comandante en jefe de la India. En este cargo emprendió una serie de importantes reformas en el sistema administrativo colonial, conocidas de forma genérica con el nombre de Código Cornwallis (1793). Dicho Código sentaría las bases del sistema administrativo y legal británico vigente en la India hasta la reforma de 1833. Inició la reestructuración administrativa por la provincia de Bengala, desde donde extendió las reformas a todo el norte de la India mediante una serie de regulaciones a partir del 1 de mayo de 1793. Dividió al personal de la Compañía de las Indias Orientales, encargada de la administración, en tres secciones: fiscalidad, justicia y comercio. Prohibió el comercio a título particular a los funcionarios de las dos primeras secciones para evitar la corrupción y a cambio de una mejora sustancial en sus retribuciones salariales.

Su política pretendía perpetuar el gobierno británico sobre la India mediante la implicación de las clases dominantes nativas en la administración colonial. Para ello, entregó la percepción del impuesto sobre la tierra -la principal fuente de ingresos fiscales- con carácter hereditario a recaudadores indios, responsables del pago puntual de los tributos pero carentes de funciones judiciales y policiales. Éstas últimas fueron encargadas a un nuevo cuerpo de policía compuesto por personal británico. Estas medidas crearon una clase de funcionarios nativos interesada en el mantenimiento de la administración británica frente a posibles movimientos nacionalistas. No obstante, los niveles más altos de la administración colonial quedaron vetados a los indios.

Cornwallis procedió, asimismo, a reorganizar el sistema judicial: creó jueces de distrito con responsabilidad ante los tribunales provinciales en causas civiles y ante las cortes periódicas de distrito para causas criminales, y estableció la aplicación del derecho privado hindú y musulmán y la del código criminal musulmán reformado. Estas reformas dieron estabilidad administrativa a Bengala, la principal provincia de la India británica, pero supusieron un serio retroceso en las condiciones de vida del proletariado agrícola y de los pequeños propietarios de la tierra. Cornwallis no creía en la capacidad del pueblo indio para gobernarse y, aunque abrió las puertas de los niveles medios de la administración a los nativos, su reforma quedó incompleta al impedir su acceso a los altos niveles de responsabilidad del gobierno colonial, creando así un descontento que tendría importantes consecuencias futuras.

Cornwallis desempeñó un notable papel en la defensa militar de los intereses británicos en India. Dirigió al ejército inglés durante la tercera y cuarta guerras contra Tippu Sahib, el poderoso sultán de Mysore. Tras una primera campaña infructuosa, en marzo de 1791 invadió Mysore y consiguió tomar Bangalore. Durante el año siguiente mantuvo sitiada la ciudad de Seringapatam, obligando, así, al sultán a negociar una paz muy desventajosa, por la que tuvo que ceder a los británicos la mitad de sus extensos dominios y pagar una importante indemnización de guerra.

El 13 de agosto de 1793 Cornwallis terminó su mandato como gobernador general de la India y regresó a Inglaterra. En 1795 entró en el gobierno británico con el cargo de director general de municiones, puesto desde el que se encargó de la organización de las defensas del país frente a una eventual invasión marítima francesa.

En 1798 fue nombrado lord virrey y comandante en jefe para la provincia de Irlanda, cargo que ocupó hasta 1781. Arribó a Irlanda tras el estallido de una importante rebelión contra el gobierno inglés. Tras suprimir la insurrección nacionalista y rechazar una invasión francesa en su apoyo el 9 de septiembre de 1798, Cornwallis insistió ante el gobierno londinense para evitar una represión generalizada y consiguió que sólo fueran castigados los cabecillas de la revuelta. Su talante negociador le granjeó el apoyo tanto del partido protestante (orangista) como del católico. Al igual que había hecho en India, Cornwallis puso en marcha una serie de reformas administrativas destinadas a limpiar de corrupción la administración colonial irlandesa. Apoyó decididamente la unión parlamentaria entre Gran Bretaña e Irlanda, promovida por el vizconde de Castlereagh y consumada el 1 de enero de 1801. Asimismo, defendió ante el parlamento la concesión de derechos civiles y políticos a la población católica, pero la oposición del rey Jorge III a tolerar esta medida le obligó a dimitir de sus cargos poco después.

Al año siguiente actuó como plenipotenciario británico en las negociaciones de paz anglo-francesas que pusieron fin a la guerra napoleónica mediante el tratado de Amiens del 27 de marzo de 1802. En 1805 fue nuevamente designado gobernador general de la India, pero murió poco después de su llegada al subcontinente. En 1859 se publicó en Londres su Correspondencia.

Bibliografía

  • ASPINWALL, A. Cornwallis in Bengal. Manchester, 1931.

Autor

  • Victoria Horrillo Ledesma