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LiteraturaCineBiografía

Córdoba, Lucho (1902-1981)

Actor cómico chileno, nacido el 26 de julio de 1902 en Lima (Perú) y fallecido el 14 de abril de 1981, cuyo verdadero nombre fue Luis Garreaud Fernández, que llenó con su carisma toda una época del teatro chileno.

Vida

Hijo de un diplomático francés, Emilio Garreaud Mainvillier, y de una actriz chilena, Leila Fernández, casada en segundas nupcias con el anterior. Su madre se separó de su marido a los pocos meses del nacimiento del niño y retornó a Chile, donde Luis hizo sus estudios primarios en la escuela pública y dio sus primeros pasos en las tablas de la mano de su madre, que actuaba en la compañía del valenciano Pepe Vila.

La muerte de su madre cuando contaba tan sólo con dieciséis años de edad dio un giro radical a su vida, pues tuvo que marchar a Valparaíso a vivir con la familia del anterior marido de Leila. Allí se matriculó en el Instituto Comercial, en el que obtuvo el título de contable, y volvió a Santiago para trabajar en la Compañía de Tracción Eléctrica. Sin embargo su vocación teatral era más fuerte que la seguridad de su empleo, así que, apenas transcurrido un año, en 1922 abandonó el trabajo y se incorporó a la compañía de Arsenio Perdiguero, con la cual inició una larga gira, durante la cual se dio a conocer con el nombre que luego le haría famoso, Lucho Córdoba.

En 1928 marchó a Buenos Aires, donde fue contratado por la compañía de Esteban Serrador; luego pasó a la Leoncio Aguirrebeña y, posteriormente, a la Alejandro Flores, donde conoció a una actriz española, de nombre María del Olvido Leguía Maritorena, con la que formó su propia compañía y luego contajo matrimonio. Fue una unión feliz tanto en el plano personal como en el teatral, buena prueba de lo cual es que se mantuvo durante más de cuarenta años. Poco después de su matrimonio, la pareja tomó la decisión de dedicarse al teatro cómico, se instaló en un teatro de Santiago y empezó a poner en escena sus obras con considerable éxito entre el público chileno.

En 1937, Lucho comenzó a escribir sus propias comedias, basadas en temas cotidianos, cercanos a las gentes, que trató siempre con un humor blanco. Se reveló como un prolífico autor, pues a la primera de estas obras, Más sabe el diablo por viejo que por diablo, siguieron otras setenta, consideradas en muchas ocasiones por la crítica obras clásicas del género, caso de, por ejemplo, A mí me lo contaron. En 1939 la compañía Córdoba-Leguía alquiló el Teatro Imperio; durante los dieciocho años que representaron allí cosecharon sus mayores triunfos y realizaron numerosas giras por provincias con su compañía, además de lo cual el genial actor hizo varias incursiones en el cine con películas como Un hombre de la calle, El padre Pitillo, La mano del muertito o Chófer de taxi, y sacó tiempo para participar en programas de radio.

En 1941 Pedro de la Barra fundó un teatro experimental para el que solicitó la ayuda de Lucho en vestuarios, decorados e incluso su sala del Teatro Imperial. La primera obra que montaron fue La guarda cuidadosa, de Cervantes, que se estrenó ese año y que puso los cimientos del futuro Teatro Experimental de la Universidad de Chile. En 1947 Lucho Córdoba presentó El avaro, de Molière, obra con la que fue largamente elogiado, y a la que siguieron Harvey, que había tenido una previa versión cinematográfica, y Blum, de Disciépolo, considerada por muchos la obra cumbre de la carrera del actor.

Para cuando se retiró de las tablas, Lucho Córdoba había participado en más de mil seiscientas obras, pero todos estos años de trabajo pasaron inevitablemente su factura; al final Córdoba actuaba con la voz desgastada, lo que no le impidió continuar trabajando. Un año antes de su muerte todavía puso en escena Hotel Paradis, de Feydeau, y al poco comenzó el montaje de Lisístrata, de Aristófanes. Su precario estado de salud le obligó a abandonar los ensayos de esta última obra poco tiempo después. A su muerte, acaecida un 14 de abril de 1981, había sido condecorado con la Orden de Isabel la Católica (1976).

Autor

  • Lourdes Mata Anchisi